El verdadero y duradero crédito pertenece a aquellos que aun están de pie y luchando en el centro de la arena, y cuya cara está cubierta de polvo, sudor, cortes, y sangre. Son aquellos que, pase lo que pase, continúan luchando contra todas las probabilidades imaginables. Son aquellos que siempre se esfuerzan al maximo, siempre, y con valentia; que se equivocan y se quedan cortos una y otra vez; porque no hay esfuerzo ni valor que venga sin errores y tropiezos. 

 

El crédito pertenece a aquellos se esfuerzan por hacer las cosas bien; que conocen el entusiasmo y la devoción de quienes se entregan en alma y vida a causas dignas y honorables. Personas con suficiente inteligencia y fortitud intestinal para saber lograr y valorar el mayor triunfo, y que, en el peor de los casos, si les va mal y fallan, al menos lo han hecho con honor y corage. 

 

Este tipo de gente hace todo esto y más, y sabiendo en lo mas profundo de su ser, que su sitio en la vida nunca sera junto a esas almas frías, tímidas y cobardes que no conocen ni el éxtasis de la exito ni la agonía del fracaso.