La Sencilla Complejidad del Zen

Guillermo Laich
17/05/2020 20:01

 

 

Ser feliz es sencillo; lo dificil es ser sencillo.

La sencillez es una cualidad de alta complejidad.  

 

“Cuando era un niño era capaz de pintar con la complejidad de Rafael (1483 - 1520) pero he tardado toda una vida en aprender a transcender esa complejidad y pintar con la sencillez de un niño.”

Don Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso (1881-1973)

 

La Pureza de Pablo Picasso

El sentido de la vista se caracteriza por ser inmediato y de fácil contaminación. Es muy difícil tener una visión totalmente pura de algo. Digo esto porque la vista – el mirar algo - pierde pronto su estado de prístina y primigenia virginidad y se contamina y complica en pos del hábito aprendido. Esto es debido a que todo lo nuevo que los ojos ven tiende a ser inmediatamente asociado a la memoria del repertorio ya formado.

Los cuadros de Pablo Picasso son como suaves y puras caricias pictóricas para el sentido de la vista. Cuando los contemplo suelo quedar turbado en una especie de ensueño mágico por experimentar tanta pureza en el mirar. Me refiero a una pureza prístina y candorosa, como la de un niño jugando libremente, que se presenta sin rastro de contaminación o complicación alguna. 

En semejanza a las sencillas y profundas palabras de Picasso, está claro que solo una mente madura e inteligente, con el tiempo, es capaz de adquirir la habilidad para transcender aquello que es complejo para convertirlo en algo sencillo. 

La Mente

A pesar de los avances en los últimos treinta años, la neurociencia aún no conoce con exactitud como el cerebro produce la mente. Solo sabemos que la mente representa la función mas importante del cerebro. 

La mente proporciona la capacidad para procesar las sensaciones procedentes del medio circundante y los procesos propioceptivos procedentes del propio organismo. También procesa la memoria de las experiencias pasadas para luego crear la información que servirá para guiar las conductas adaptativas que inciden en la supervivencia.  

Llevando este concepto un paso mas adelante, podríamos decir que la mente humana en realidad constituye un biosistema natural que funciona como un reservorio o depósito abstracto y conceptualizado de la experiencia consciente. 

La mente no solo es el lugar donde reside la consciencia, sino que también representa el centro de actividad de diversas capacidades psicológicas como el pensamiento racional, las emociones, los sentimientos, las sensaciones, las percepciones, la enormidad abstracta del lenguaje hablado, y finalmente la memoria a corto, mediano, y largo plazo en todo su espectro funcional. 

La mente también es el lugar donde se producen las funciones ejecutivas cognoscitivas con capacidad para sopesar el valor de aquellos impulsos y deseos que compiten unos con los otros, y proceder a iniciar una acción adaptativa. 

De esta manera, a través del juicio consciente, la evaluación crítica, la decisión, y la elección, un individuo es capaz de dirigir su conducta adaptativa de manera selectiva empleando facultades mentales como el pensamiento, el lenguaje, y la memoria para interpretar el mundo y así generar una amplia gama de acciones y reacciones afectivas. 

El Sistema de La Mente

Ahora bien, todo este increíble y complejo enjambre o amalgama de consciencia, facultades racionales e irracionales, percepciones distorsionadas, impulsos controlados e incontrolados, conductas dirigidas y aprendidas, y dirección ejecutiva, entre otros, es precisamente lo que otorga el carácter de “sistema” a la mente humana. Es así como la mente y su sistema se combinan e integran para permitirnos hablar de un “sistema de la mente.”

Por el termino “sistema” entendemos un grupo de elementos diversos, que funcionan en el seno de una “estructura,” y que además se combinan entre sí para formar un todo integrado que funciona al unísono y, a menudo, con un objetivo o propósito predeterminado. En síntesis, un sistema consiste en la totalidad de las partes y la manera en que tales partes interactúan y se afectan unas a las otras. 

La mente humana se han desarrollado a través de un prolongado proceso evolutivo que en gran parte dependió del azar en relación a su propio ensamblaje, organización, y función adaptativa. En síntesis, la finalidad de la totalidad del sistema de la mente reside en su capacidad para asegurar la adaptacion y la supervivencia. 

Fiabilidad y Validez

Por todo lo anterior, es obvio que la vida mental representa una enorme complejidad que merece ser comprendida y explicada sobre la base a dos criterios operativos fundamentales: 1.- fiabilidad; y 2.- validez. 

En la actualidad no existe una teoría única con la suficiente fiabilidad (el grado de precisión en nuestros métodos de observación y criterios operativos); y validez (el grado de fiabilidad en nuestras observaciones y presunciones) que unifique los conceptos relacionados con la forma y la función del cerebro y la mente respectivamente. Pero si sabemos que la mente representa una complejidad superior a la del cerebro que la produce. No obstante, consideramos que este modelo conceptual, basado en la forma (cerebro) y la función (mente), requiere adicional aclaración. 

Forma y Funcion

El cerebro humano representa una estructura orgánica que esta viva y que por lo tanto representa una “forma,” mientras que la mente representa un sistema de vida mental o “función.” De esta manera por “forma” entendemos la existencia de un cerebro con estructura y funciones biológicas, mientras que por “función” entendemos la existencia de una mente donde radica el psiquismo. 

Metafóricamente hablando, podemos deducir que la estructura biológica y molecular del cerebro (forma) constituye el telón de fondo o trasfondo para la proyección de una mente (función), o sea de una propiedad emergente del cerebro aun mas compleja.

A pesar de nuestra relativa ignorancia con respecto a la mente humana, podemos acceder con facilidad a sus elementos constitutivos. Tales elementos se nos presentan a diario en tres formas distintas: 1.- pensamientos; 2.- emociones; y 3.- conductas. 

Como estos tres elementos mencionados no son imaginarios sino reales, pueden ser comprendidos y descritos a otras personas. De ese modo se hacen lo suficientemente objetivos como para poder identificarlos y definirlos con claridad. 

El intercambio de estos tres elementos constituye el punto de contacto o interfase, entre dos o mas personas, y corresponde a la existencia de una consciencia personal. En ocasiones, una mente privilegiada es capaz de combinar los tres elementos con la experiencia del mundo real para crear arte en su máxima sencillez. ¿Pero de donde procede el elemento o la característica de sencillez en todo esto?

La Vida Mental

La vida mental de una persona suele organizarse en varios niveles. En algunas personas el proceso de organización se estructura de una manera sencilla, mientras que en otras se estructura de una forma complicada. En otras esa misma organización representa un sistema complejo, mientras que en otros representa un sistema simple, respectivamente. 

Las cuatro opciones no se suelen presentar a modo de “todo o nada” sino mas bien ubicadas a lo largo de un espectro o dimension que va de menos a mas y viceversa.

En múltiples ocasiones los especialistas en salud mental y psicopatologia clinica, tratamos con individuos cuya vida mental es complicada y simple, mientras que en otras lo hacemos con individuos cuya vida mental es compleja y sencilla. En tales casos, si bien los cuatro términos utilizados son parecidos, definitivamente no expresan lo mismo.

Muy al contrario de lo que sea capaz de dictar la intuición, la complejidad, en estrecha combinación e interacción con la sencillez, es de muy difícil desarrollo y/o adquisición. De hecho, resulta relativamente fácil poseer una mente simple y complicada (o sea chata, pequeña, y activa), como suele ser la mayoría; pero se presenta muy difícil - y ademas muy raro - poseer una mente fresca y sencilla que a la vez sea increíblemente compleja (o sea profunda, amplia, e inteligente).

Si bien todo lo anterior puede resultar relativamente difícil de entender, queda perfectamente aclarado cuando comparamos y contrastamos los pares de opuestos que yacen “del otro lado” de los términos simple y sencillo.

Lo Sencillo

El termino “sencillo,” en el contexto que es empleado en este artículo, tiene muy poco que ver con el termino “simple.” El verdadero contrario opuesto de sencillo no es complejo, si no complicado; mientras que el contrario opuesto de simple no es complicado, sino complejo. Si bien lo sencillo es puro, también es sencillo aquello que es amplio e ilimitado.

Al aclarar estas diferencias, la relación entre sencillo y simple tiende a tomar otro camino semántico, y se nos presenta una importante diferencia entre ambos términos. Salvo pequeñas excepciones, es prácticamente la misma diferencia que existe entre complejo y complicado. 

Por el termino “sencillo,” entendemos algo que no presenta dificultades, ni adornos, ni composturas, ni complicaciones y que además resulta de fácil comprensión. Una mente sencilla es plena de por sí, y no necesita ostentar artilugio o efecto cosmético alguno para ensalzar, deformar, y/o agrandar la imagen. 

El término se aplica a aquellas personas cuyo estilo de vida, comportamiento, y lenguaje es claro y natural, así como carente de grandilocuencias, circunloquios, e insulsos artificios retóricos. Aunque sean personas poseedoras de una formación muy superior, no obstante suelen dar un trato de deferencia e igualdad hacia los demás. Tratan a los demas con la sencilla deferencia y dignidad que los caracteriza.

Lo Simple

Por el termino “simple” entendemos todo aquello que carece de una composición o que no presenta dificultades ni complejidades. Corresponde a la cualidad de simple, o sea formado por un solo elemento. Si bien lo simple es puro, también es simple aquello que es restringido y limitado. 

Cuando el término hace referencia a una determinada persona, o sea a una mente simple, se entiende que esta es infantil, llana, ingenua, apacible, incauta, y que por ser poco inteligente puede presentar complicaciones. En tal contexto, su uso suele denotar un cierto grado o tinte de desprecio. 

Lo Complejo

Por el termino “complejo” entendemos aquello que posee una determinada complejidad de composición en su estructuración, y que presenta un conjunto intrincado y de profunda y difícil comprensión. 

Cuando el termino hace referencia a una persona determinada, o sea a una mente compleja, se entiende que esta está altamente instruida, es sumamente inteligente, se comporta como adulta, y posee una gran capacidad de síntesis. En tal contexto, su uso suele denotar una gran capacidad, admiración, y aprecio. 

Adicionalmente, una persona puede ser considerada compleja cuando su personalidad esta compuesta por múltiples y profundas raíces y ramificaciones tanto vivenciales como académicas y culturales. No obstante, y no por poseer estas características, tal persona es un ser complicado, ya que al expresar su complejidad con sencillez sabe como descomponerla en partes de fácil asimilación intelectual que resultan relativamente sencillas de comprender.

Lo Complicado

Finalmente, por el termino “complicado,” entendemos algo enmarañado y/o enrevesado, confuso, y de difícil comprensión. Cuando se aplica a una persona suele denotar un pensamiento, un carácter, y una conducta muy difíciles de entender. Por definición, sus propias complicaciones y conflictos mentales les impide acceder al mundo de lo complejo y sencillo.

La Mente Compleja y Sencilla

En base a las definiciones anteriores podemos deducir que las personalidades adultas, maduras, ilimitadas, y serias tienden a ser fieles reflejos de mentes sencillas y complejas; mientras que las personalidades infantiles, inmaduras, limitadas, y superficiales tienden a reflejar mentes simples y complicadas. 

En realidad aquel individuo que ha alcanzado la autentica sencillez – como puede ser el caso de Pablo Picasso en la expresión de su arte pictórico, por ejemplo - conoce muy bien la esencia de su propia naturaleza humana, y en consecuencia ha logrado superar su orgullo, sus miedos, y su soberbia. Cuando un individuo logra establecer una convivencia seria, directa, e intima con su naturaleza interna, entonces posee la capacidad para vivir y convivir sencillamente hacia el exterior.

La Sencilla Complejidad del Zen

Para lograr una mejor comprensión de todo lo anterior, podemos establecer una leve analogía con el Budismo Zen. Para poder entender el Zen hay que saber comprender la sencilla complejidad de la consciencia humana. Por esto el Zen resulta muy difícil de comprender por la simple y complicada mente occidental. Esto ocurre porque el Zen, en realidad, no es ni simple ni complicado, sino que es sencillo y complejo – como la realidad misma. 

El Zen contempla la existencia como una serie de instantes. Una de las metas del Budismo Zen es vivir sencillamente, sin complicaciones ni preocupaciones. De ahí que el Zen, en su minima expresión, o sea en su relación directa e inefable con la realidad, sin distorsiones cognitivas ni conceptuales, ni intermediario abstracto alguno, requiere la presencia de una mente capaz de combinar, comprender, y convivir con la mas transparente sencillez, así como con la mas impenetrable complejidad. 

Es así como el monje Zen es capaz de comprender la consciencia en su mas absoluta sencillez y complejidad a modo de: “Cuando hay vida, solo hay vida; cuando hay muerte, solo hay muerte.” 

En el ejemplo anterior, nos estamos refiriendo a una transparencia de carácter impenetrable que si bien es asequible a una mente oriental sencilla, profunda, ilimitada, y compleja escapa totalmente del alcance de la mente occidental simple, superficial, limitada, y complicada. Salvo muy raras excepciones, este tiende a ser el caso.

En semejanza a lo que sucede con el Budismo Zen, hay personas cuyas mentes son fieles reflejos de esa inefable y aplastante sencillez. Lo son porque en realidad son personas muy profundas y muy complejas a la vez. En el sentido inverso, las mentes de estas personas son capaces de llegar a entender la gran complejidad, precisamente porque a la vez son mentes sencillas. La puerta de la consciencia de la realidad se abre para ambos lados.

La sencillez no es algo que se adquiere de forma barata y/o a bajo precio. De hecho es muy cara, carísima, y no existe regateo alguno. Lograr convertirse en una persona sencilla es tanto un arte como una virtud, e implica haber evolucionado profundamente hacia una edición más natural y autentica de uno mismo. Una versión capaz de estar en contacto con todo simultáneamente, sin más. 

Para la mente occidental el Zen es considerado como algo muy abstruso, precisamente por su dificil acceso. El termino “abstruso” consiste en un adjetivo que significa estar escondido, recóndito, oculto, reservado, y de difícil acceso y comprensión. Su etimología se compone del latín “abstrūsus” que significa oculto o escondido, participio pasivo de “abstrūdĕre” que significa encubrir o encerrar muy adentro y del prefijo “ab” que significa “lejanía” y “trūdĕre” que significa “impeler con fuerza.” Solo una mente sencilla y totalmente libre de conceptos y abstracciones es capaz de acceder al Zen.

Según las sinceras y acertadas palabras de Pablo Picasso, que dan un honorable inicio a este artículo, el camino interno hacia la propia sencillez es largo, muy largo, pero para quienes desean recorrerlo, bien vale la pena. En esencia, todo apunta a que el circulo donde habita la mente sencilla y compleja posee un centro bien definido pero ninguna circunferencia discernible. 

Se suele decir que toda gran obra de arte consiste en una sublimacion de los instintos y las intuiciones mas primitivos del ser humano. En tal caso, Pablo Picasso, a su manera, comprendia la esencia del Zen.

 

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