Desde hace años, muchos de nosotros nos hemos planteado incontables incógnitas respecto a la verdadera función del calentamiento pre-actividad física: 1.- ¿es verdad todo lo que se comenta y escribe sobre las funciones del calentamiento?; 2.- ¿cuál es la auténtica finalidad fisiológica del calentamiento pre-entrenamiento o pre-competitivo?; 3.- ¿cuál debería ser el tiempo y la intensidad idónea de tal procedimiento según las exigencias fisiológicas y biomecánicas de la actividad física a realizar?; y 4.- ¿qué sucedería, en términos de lesiones y menor o mayor capacidad de rendimiento, si un atleta o un equipo profesional pasa directamente a la competición sin realizar previos ejercicios de calentamiento?

 

Las respuestas a estas y otras preguntas nos las han proporcionado ? de forma clara y directa ? los propios atletas. A continuación pasamos a explicar algunas de ellas.

 

Después de competir en las series eliminatorias un velocista masculino (sub 10.00) pasó una hora pensando que no había clasificado para la final de cien metros. Para su sorpresa, y de forma repentina, los tablones y altavoces del estadio confirmaroń que estaba clasificado. Inmediatamente, y con cara de pánico, nos pregunto que debía hacer ya que estaba frío y sin calentar, y que se daría la salida de la final en menos de cinco minutos.

 

Con mucha calma le respondimos que bajase a la pista, se ponga los clavos, y que simplemente corra en frío sin calentar ni alongar en absoluto. Pues bien, el atleta no solo corrió, sino que logro establecer una plusmarca personal diez centésimas de segundo mejor que la que había logrado en las series anteriores ... para cada una de las cuales realizo un calentamiento metódico de cuarenta y cinco minutos.  

 

Otro velocista masculino (sub 10.00) - y aunque parezca mentira - no escucho el despertador y se quedo dormido en la habitación de su hotel y llego tarde a la competición, motivo por el cual no tuvo suficiente tiempo para calentar. El resultado fue casi el mismo que en el caso anterior, de hecho mejoro con mayor diferencia que el caso anterior su plusmarca personal.

 

Una velocista femenina, que el año anterior había logrado ser finalista olímpica, se encontraba a punto de competir en la final mundial de pista cubierta en los sesenta metros lisos. Su calentamiento de entrenamiento solía durar sesenta minutos y el de competición noventa minutos. En un momento determinado nos preguntó cuál de los dos calentamientos seria el mas idóneo para su competición, le contestamos: ¿ninguno de los dos, solo tienes cuatro minutos hasta que den la salida, baja a la pista, ponte los clavos, y corre.?

 

Inmediatamente y con cara perpleja nos respondió: ¿están locos, si no caliento no rendiré al máximo de mi capacidad y, además, me lesionare? Pues bien, bajo a la pista, no calentó ni un solo segundo, y el resultado fue una nueva plusmarca personal muy próxima a la plusmarca mundial ... y sin lesiones. 

 

Un velocista masculino y una velocista femenina estaban a punto de competir en la final de sesenta metros lisos en un certamen internacional de nivel mundial. No realizaron calentamiento alguno, y ambos establecieron nuevas plusmarcas mundiales. Uno de ellos es mi amigo y extraordinario velocista Andre Cason, cuya foto se encuentra encabezando este articulo. Cason logro una nueva plusmarca mundial de 6.41 segundos en los 60 metros (Madrid). 

 

Y así, una y otra vez, a lo largo de los años, con un gran número de atletas y, además, sin haberse producido la mas minima lesión muscular. ¿Interesante, no?

 

Las razones fisiológicas para realizar un calentamiento previo a una determinada actividad física tienen como fin una serie de objetivos fisiológicos bien determinados: 1.- aumentar la temperatura corporal; 2.- acelerar los procesos enzimáticos involucrados en la transferencia de energía; 3.- enviar la sangre hacia la musculatura esquelética; 4.- reducir la fricción entre las distintas fascias musculares; y 5.- y modular la actividad del sistema nervioso simpático.

 

La investigación científica actual apunta a que, en realidad, el proceso de calentamiento dura un total de ocho minutos. Esos ocho minutos representan la totalidad del tiempo requerido por el organismo para elevar la temperatura corporal hacia un punto fisiológico óptimo. A partir de ese punto la temperatura se estabiliza y no se eleva más. 

 

Ahora bien, y tomando en cuenta todo lo dicho anteriormente: 1.- ¿es realmente necesario y científicamente coherente invertir entre 45 y 90 minutos en un calentamiento pre competitivo cuando todo el proceso culmina a los ocho minutos?; y 2.- incluso, ¿existe la posibilidad de poder prescindir de esos ocho críticos minutos de calentamiento en la alta competición y rendir al máximo, incluso sin incurrir en lesión muscular alguna? 

 

Todo apunta a que la respuesta a todas estas interesantes incógnitas es un rotundo "SI." Para aclarar este punto, entremos de lleno en el mundo animal y dediquemos unos momentos para considerar el comportamiento motriz de algunos animales de caza sumamente veloces y explosivos.

 

El guepardo, también conocido como chita o cheetah, es un miembro de la familia de los félidos. Acelera rápidamente y alcanza una velocidad punta superior a los 100 Km/h en pocos segundos, y además los mantiene a lo largo de distancias que oscilan entre los 400 a 500 metros. Curiosamente, los guepardos jamás calientan ni un solo segundo antes de arrancar de forma explosiva y esprintar al cien por cien de su capacidad detrás de su presa a lo largo de medio kilómetro, mas o menos. 

 

Es mas, si la presa en cuestión es un antílope, este animal tampoco realiza ejercicios de calentamiento antes de salir corriendo por su vida - simplemente porque no tiene tiempo alguno que perder. O corre por su vida o se lo comen, asi de simple. A todo esto nos preguntamos: ¿alguna vez alguien vio un guepardo o un antílope, o bien un tigre, o un puma, o un sabueso, o una liebre, desgarrar sus músculos isquiotibiales mientras corría a mas no poder tras su presa o por su vida? A que la respuesta es un rotundo "NO." Tampoco hemos visto un toro de 600 Kg realizar ejercicios de calentamiento antes de una corrida de toros o bien desgarrar sus musculos isquiotibiales. Estos animales simplemente no calientan antes de ir al maximo de sus posibilidades. Los animales no piensan obsesiva o ritualmente las cosas como suelen hacer los seres humanos, simplemente hacen lo que tienen que hacer a modo de: "just do it."

 

A modo de comparación y contraste, y para comprender la brutal y masiva capacidad de aceleración y velocidad punta del guepardo en esos 400 o 500 metros, recordemos que la velocidad media del plusmarquista mundial de 100 metros, Usain Bolt (100m en 9.58 segundos y despues de haber calentado) fue de 37.5 Km/h, alcanzando un pico de 44.7 Km/h entre los 60 y 80 metros.  Por otro lado, el guepardo es capaz de activar sus fibras musculares explosivas anaeróbicas directamente y totalmente en frío, y a posteriori recorrer los 100 metros en menos de 5 segundos - o sea sacándole a Usain Bolt mas de 50 metros en cada 100 metros a lo largo de medio kilómetro. No esta nada mal.

 

En realidad, los atletas que calientan son aquellos que compiten en carreras de cuatrocientos, ochocientos, mil quinientos, y tres mil metros obstáculos. Y lo hacen porque el componente aeróbico es progresivamente mayor según la distancia y, además, porque suelen lograr buenos resultados. 

 

La alta complejidad del metabolismo aeróbico - con diferencia mucho mayor que la del metabolismo anaeróbico - precisa la activación de sus vías energéticas antes de funcionar y rendir al máximo de sus posibilidades. En contraposición, el mas sencillo y rudimentario metabolismo anaeróbico, que predomina en los velocistas, logra su máxima eficacia en menor tiempo y a menudo sin calentamiento previo alguno.

 

Todo lo anterior indica que, en el caso de actividades de velocidad y explosión en atletas y deportistas bien entrenados, el calentamiento pre competitivo actúa mas a modo de un sofisticado ritual estilo placebo que como un efecto fisiológico científicamente valido y demostrable. No obstante, y los autores son plenamente consciente de ello, la gran mayoría de los atletas consideran ser incapaces de competir sin calentar previamente. Para ellos representa una especie de ritual tipo obsesivo o semi-obsesivo y compulsivo que repiten una y otra vez de forma consciente o inconsciente una y otra vez. Para muchos tal ritual representa una desconexión temporal de la presión y el estrés pre competitivo.

 

Consideramos que en tales atletas, y mucho más importante que calentar, seria realizar un calentamiento de tipo mental para lograr auto-regular y poner en marcha (kick-start) el sistema nervioso simpático, así como visualizar e interiorizar las distintas fases de la carrera. Estos datos son de especial importancia para los elevados componentes de velocidad y explosion requeridos por las acciones del karate, donde el tiempo como tal virtualmente no existe ... solo existe el instante. En ese pequeñisimo instante se decide todo.

 

DESCALENTAMIENTO

 

Los mismos criterios que hemos visto anteriormente aplican para el descalentamiento post entrenamiento. Por cierto, el término "descalentamiento" en realidad no es del todo correcto. Y no lo es porque al finalizar la actividad física el cuerpo automáticamente se relaja y los sistemas de termorregulación reducen de forma gradual la temperatura corporal. Si el atleta continúa rodando lentamente y en actividad, el proceso de reducción de la temperatura corporal tardara considerablemente más tiempo.

 

Por lo tanto, aparte de cuestionar seriamente la valía del calentamiento, en años anteriores se llego a pensar que el descalentamiento post actividad física o competición servía para eliminar los productos tóxicos intermedios del metabolismo anaeróbico aláctico y láctico, tales como el amonio y el lactato. 

 

Ahora bien, si el entrenamiento anaeróbico produce tales metabolitos como productos finales: ¿por qué tendríamos tanto interés en eliminarlos rápidamente del organismo? ¿No sería más conveniente si tales metabolitos permaneciesen mayor tiempo en el organismo con el fin de lograr las adaptaciones fisiológicas a las demandas impuestas que deseamos?

 

Este concepto no solo es aplicable al amonio y al lactato sino también a una gran cantidad de productos intermedios y señales metabólicas moleculares de tipo inflamatorio. Tales productos son de carácter bioquímico y suelen producir una cascada secuencial de procesos fisiológicos que conducen a la hipertrofia y la adaptación de los tejidos a intensidades que se asemejan ? e incluso superan - a las de la alta competición. De ahí que muchas medidas medicas de orden antiinflamatorio, utilizadas después de los entrenamientos, empeoren la respuesta adaptativa global del atleta.

 

PALABRAS FINALES

 

Nuestro objetivo en escribir este articulo consiste en estimular a nuestros lectores para que todos pensemos de una forma mejor y distinta a lo previamente establecido. Nos referimos a pensar "fuera de la caja" y de tal manera que podamos determinar, crear, y establecer programas de entrenamiento mejor adaptados y mas efectivos para atletas individuales, grupos deportivos, y equipos de competición. Dese luego pensar fuera de la caja no es una tarea fácil de realizar, desde cualquier perspectiva y/o ángulo que se le mire. Si alguien alguna vez le ha dicho que es fácil, le aseguramos que ha mentido o no sabe de lo que habla. 

 

Finalmente, y a todo esto, nuevamente nos preguntamos: ¿alguna vez han visto a un guepardo o un antílope, o bien un tigre, un puma, o un lobo, o un sabueso, o una liebre, realizar un lento rodaje de calentamiento, para luego realizar ejercicios de elasticidad, un descalentamiento - y/o lesionarse gravemente los musculos isquiotibiles - antes o después de perseguir, atrapar una presa, o correr a toda velocidad por su vida?  Nuevamente la respuesta es un rotundo NO! 

 

Aprendamos de la sencillez y la eficacia adaptativa del mundo animal, y recordemos que los seres humanos, a pesar de ser los vertebrados mas evolucionados y desarrollados, siempre podemos mejorar.