Una Pequeña Llama

Guillermo Laich y Jose Baeza
16/01/2020 22:36

 

Un recipiente de agua necesita una gran llama para elevar su temperatura, pero luego una pequeña llama es capaz de mantener el calor.

 

Las mejores, mas simples, y mas elegantes explicaciones sobre lo que sucede en nuestras respectivas vidas suelen ser las mas breves y económicas, o sea las que logran expresar mucho con poco. Tales explicaciones suelen ser escuetas, y tienden a aclarar conceptos y hechos importantes con la mayor nitidez y precisión. 

Hace varias décadas uno de nuestros ilustres maestros de karate se expreso de la siguiente manera al comienzo de una clase avanzada: “el karate tradicional es como un recipiente de agua que, al principio necesita la energía de una gran llama para elevar la temperatura, pero luego solo precisa la constante energía de una pequeña llama para mantenerse.”

 

Los autores comprenden perfectamente que nuestro maestro de karate no era licenciado en ciencias físicas, pero si una persona muy versada en las constantes vicisitudes de la vida, y especialmente en las artes marciales. No obstante, lo que nos dijo contenía un profundo y fuerte sentido físico como filosófico ya que relacionaba la ley física de mayor importancia con la esencia filosófica del karate tradicional.

 

El maestro se refería a los efectos derivados de la segunda ley de la termodinámica – en combinación con las bases filosóficas de las artes marciales - para explicar el correcto proceder en el aprendizaje y la enseñanza del karate tradicional. 

 

La termodinámica – donde “termo” significa a calor y “dinámica” significa al conjunto de hechos o fuerzas que actúan con un fin determinado – es el estudio del calor y de su transformación en energía mecánica. En otras palabras, es la rama de la física que estudia la relación entre el calor y la energía o el trabajo mecánico, así como la conversión de uno en otro. Tal relación esta caracterizada por dos leyes o principios fundamentales denominados primer y segundo principios de la termodinámica.

 

La ciencia de la termodinámica se desarrollo a mediados del siglo XIX, antes de que se entendiese la teoría atómica y molecular de la materia. Los fundamentos de la termodinámica son la conservación de la energía y el hecho de que el calor fluye de los objetos calientes a los objetos fríos, y no en sentido inverso.

 

El primer principio es claro y sencillo, y dice: “la energía es indestructible y, por lo tanto no puede ser creada ni destruida; lo único que puede hacer es cambiar de forma.” En otras palabras, que cuando un sistema recibe calor, este se transforma en una cantidad de alguna otra forma de energía.

 

Entendemos por sistema cualquier grupo de átomos, moléculas, partículas, u objetos del que deseamos ocuparnos. Por lo tanto el sistema puede ser el vapor de una maquina de vapor, la atmosfera terrestre en su totalidad, el cuerpo de un organismo viviente, o el volumen agua contenida dentro de un recipiente.

 

Si suministramos energía calórica al recipiente de agua mediante una llama, por ejemplo, el sistema podrá realizar trabajo sobre objetos externos. La energía suministrada puede hacer una de dos cosas, o ambas: 1.- incrementar la energía interna del sistema elevando la temperatura si permanece en el sistema; y 2.- realizar trabajo externo si sale del sistema en forma de vapor de agua. De esta manera, podríamos enunciar el primer principio de la termodinámica de una manera algo mas especifica: “”el calor suministrado al sistema equivale al aumento en la energía interna mas el trabajo externo realizado.”

 

El segundo principio es mas complejo y dice: “la entropía del universo tiende a un máximo.” Este principio nos indica la dirección en la que fluye la energía en los procesos naturales de tal manera que la podríamos sintetizar de la siguiente manera: “el calor nunca fluye espontáneamente de un objeto frío a un objeto caliente.” En verano, el calor fluye del calido aire exterior al fresco interior de las casas, o sea de lo caliente a lo frío. Este proceso unidireccional se puede considerar a modo de un flujo “cuesta abajo” y siempre de lo caliente a lo frío. 

 

Fue precisamente a este segundo principio direccional de la energía al que se estaba refiriendo nuestro maestro. De esta manera el calor fluye de la llama al recipiente de agua, del sensei a sus alumnos, de una federacion o asociación a sus socios, y de un gobierno determinado a los ciudadanos, por ejemplo. Si bien es posible forzar el calor a fluir en el sentido inverso, o sea de lo frío a lo caliente, solo se logra a expensas de un esfuerzo externo. En ausencia de tal esfuerzo, el calor siempre fluirá de lo mas caliente a lo mas frío.

 

Ahora bien, el primer principio de la termodinámica nos dice que la energía no se puede crear ni destruir, mientras que el segundo añade que en toda transformación de energía una porción de la energía se degrada convirtiéndose en energía de desecho. La energía de desecho no es utilizable y por lo tanto no esta disponible para convertirse en trabajo. De ahi que tal energia tienda a perderse.  

 

Otra forma de formular lo anterior seria decir que la energía organizada (la concentrada y utilizable) se degrada convirtiéndose en energía desorganizada (energía dispersa y no utilizable). Por lo tanto, la calidad de la energía se reduce en cada sucesiva transformación de tal manera que la energía organizada tiende a desorganizarse avanzando cada vez hacia estados mas desordenados. El concepto de que la energía ordenada tiende a desordenarse esta contenido en el termino “entropía.”

 

Por entropía se entiende una medida del grado de desorden, aleatoriedad, o caos que existe en un sistema. Un aumento de entropía significa que los fenómenos se desarrollan desde un estado de relativo orden hacia un estado de desorden; una disminución de la entropía significa que los fenómenos van de un estado de desorden a un estado de orden. Si el desorden aumenta, la entropía aumenta. Además, el aumento progresivo del desorden (entropía) suele ir acompañado de un paralelo y creciente grado de complejidad.

 

Por lo tanto, la entropía es una medida del grado de desorden o de la tendencia a la degradación progresiva de cualquier sistema. Tal tendencia causa que las cosas tiendan a evolucionar desde un estado de relativo orden hacia un estado de desorden. Como bien sabe todo instructor de karate, basta dejar de realizar el cotidiano trabajo de manutención en el dojo durante un tiempo para tener un convincente ejemplo de lo que significa la tendencia al abandono y desorden. Cuanto mayor sean la dejadez, el abandono, y el desorden en el dojo y los alumnos… mayor será la entropía.

 

Ludwig Boltzmann (1844-1906) fue un físico austriaco, pionero de la mecánica estadística, que estudio en la Universidad de Viena. Murió por suicidio, de hecho se ahorco a los 62 años en Duino, Italia. Este hecho quizás se produjo por el poco o nulo reconocimiento académico de los conceptos sobre los principios de la termodinámica que el mismo había ideado.

 

No obstante, al poco de su muerte tales conceptos fueron aceptados por la comunidad científica, especialmente la expresión matemática de la entropía desde el punto de vista de la probabilidad. Cabe aclarar que el hecho de que la entropía nunca disminuya representaba un concepto altamente paradójico para los científicos del siglo XIX, y de ahí que no aceptasen las teorías de Boltzmann.  

 

El primer principio de la termodinámica es una ley física rígida y universal de la naturaleza para la que, hasta la fecha, no se ha encontrado excepción alguna. El segundo principio, sin embargo, es una afirmación probabilística que da lugar a situaciones y eventos que si bien son posibles, no son probables. 

 

Según este ultimo concepto, la entropía no disminuye porque el segundo principio no representa una ley física rígida como lo es el primer principio, sino que representa un principio eminentemente mas elástico – o sea probabilístico y estadístico. El segundo principio nos indica los sucesos mas probables, pero no los únicos posibles. Esto se debe a que dado el tiempo suficiente, pueden ocurrir hasta los estados mas improbables; la entropía puede a veces disminuir espontáneamente.

 

Visto desde el punto de vista de la probabilidad y la estadística significa que si lanzamos una moneda al aire mil veces, no obtendremos mil caras y cero cruces. Es mas, por mas veces que lancemos la moneda, y según las probabilidades estadísticas, tal hecho no sucederá. 

 

Ahora nos surgen dos preguntas fundamentales: 1.- ¿es “posible” que tal hecho suceda?, la respuesta es que SI, lo es - y lo es porque no viola ninguna ley física; y 2.- ¿es “probable” que tal hecho suceda?, la respuesta es que NO, no lo es en absoluto. La formulación de Boltzmann respecto a la segunda ley fue a la vez sencilla y prudente ya que en lugar de sentenciar que la entropía “definitivamente” no disminuye, dijo que la entropía “probablemente” no disminuye. Ahí esta la diferencia. Si todo esto aun no se ha logrado comprender permítanos emplear algún que otro ejemplo.

 

Imaginemos una alta y empinada colina que, en su parte superior o cima, confluye en un punto muy estrecho. Ahora imaginemos una grande y pesada bola de jugar a los bolos perfectamente inmóvil y balanceada en la cima de la colina. De repente una suave brisa hace que ruede cuesta abajo por la colina, y nosotros la atrapamos al pie de la colina. 

 

A continuación hagamos que los hechos se produzca en sentido inverso, o sea: 1.-que la bola se separe de nuestras manos; 2.- que la bola ruede cuesta arriba por la colina; y 3.- que la bola finalmente, y con infinita delicadeza, llegue a la cima y se detenga en lugar exacto – ni mas ni menos - por su propia cuenta. 

 

¿Es “posible” que esto suceda? Sí, pero muy remotamente. ¿Es “probable” que esto suceda? No, pero my remotamente existe la probabilidad de que suceda. O sea: imposible no; improbable si. Para que tal hecho ocurra, tendríamos que lograr un nivel de precisión virtualmente perfecto para conseguir trasladar la pelota a la cima, y mucho menos para que se detenga en equilibrio en el punto exacto. Una pequeña discrepancia – sea cual sea - en el trascurso del proceso y obtendríamos una serie de eventos distintos.

 

Habiendo comprendido los conceptos y ejemplos anteriores nos permite analizar y comprender porque nuestro maestro dijo lo que dijo: “el karate tradicional es como un gran recipiente de agua que, al principio necesita la energía de una gran llama para elevar la temperatura, pero luego solo necesita la constante energía aportada por una pequeña llama para mantenerse.”

 

A igual que una pequeña gota de tinta negra se disipa y pierde su pureza original entre las moléculas de agua, el karate tradicional shotokan tiende hacia la misma entropía de desgaste y degradación con el paso del tiempo. En consecuencia, resulta difícil y consume energía mantener la calidad e identidad original del karate tradicional a medida que transcurre el tiempo.

 

Se requiere tiempo y energía para mantener un sistema como tal funcionando de acuerdo a su estructuración original, y sin que se desorganice y/o pierdan por completo sus virtudes fundamentales. Ahí es precisamente donde se produce la conexión – o bien el enlace - entre la segunda ley de la termodinámica y la filosofía fundamental del karate tradicional.

 

Eso es lo que nos intento comunicar el maestro en su momento, y debemos admitir que ambos autores hemos aprendido muy bien la lección impartida. Es precisamente en esa infatigable lucha – para intentar neutralizar los efectos de la degradación y el desorden creados por la entropía - donde se posiciona el núcleo directivo y técnico de la AEKA (Asociación Española de Karate Amateur). Su objetivo consiste en formar gente de bien, así como proteger y potenciar la esencia del karate tradicional.

 

Tal proceso tuvo sus comienzos en el año 1978, y desde entonces nuestro karate tradicional esta colmado de pasión por continuar la línea original, e incluso mejorarla. En esencia, esta es la forma en que funciona y se supera nuestra asociación, la AEKA. Nuestra llama siempre esta encendida y emite una constante energía con el fin de mantener nuestro karate, tan tradicional y puro como sea posible.

 

A lo largo de este articulo hemos intentado aclarar lo que nuestro querido maestro – de manera tan elegante, con tanta claridad y nitidez, y en pocas palabras -  nos intento transmitir: “que mantener el karate tradicional funcionando, con el rigor técnico y la elegancia filosófica con los que fue concebido, es necesaria una constante fuente de energía tanto en su interior como en su exterior. De ahí que demos la bienvenida a todo aquel que este interesado en practicar el karate tradicional en su mas prístina y mayor expresión.

 

La energía es el concepto mas fundamental de toda la ciencia y corresponde a la capacidad para realizar trabajo. Como instructores de la AEKA que somos, es nuestra obligación moral continuar trabajando y aportando esa pequeña pero constante llama de energía, así como intentar optimizar la singular línea filosófica que nos ha conducido hasta el momento actual. 

 

 

 

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