Escorzo de la Mente

Guillermo Laich
14/03/2020 16:04

 

Una mente escorzada es una mente pequeña y activa, limitada, restringida, y reducida. Representa una chateza y una percepcion cada vez mas limitada que ahonda en la óptica conceptual desde la cual se entiende la vida. Es en ese distorsionado y engañoso mundo donde se diseñan y operan las mentes escorzadas de la actualidad.

 
El termino “escorzo” (en Ingles "foreshorten") hace referencia a un recurso de la pintura, del dibujo, y de la fotografía que se utiliza para dar la falsa sensación de profundidad en tres dimensiones en un plano que solo contiene dos dimensiones. El término proveniente del italiano “scorciare,” y se utiliza para hacer referencia a un cuerpo no simplificado en posición oblicua o perpendicular al nivel visual. El efecto de escorzo existe en todos los cuerpos con volumen, incluso el cerebro y su mente.
 
Hay escorzo cuando la proyección de un objeto no es ortogonal y se produce una contracción proyectiva. En realidad, toda proyección implica escorzo, ya que todas las partes de un objeto representado sufren una deformación de sus proporciones al ser trasladadas de su forma tridimensional al plano bidimensional. Cuando hablo de un plano bidimensional me refiero a un lienzo o trozo de papel.
 
Por ejemplo, un escorzo de la figura humana sería aquella parte del cuerpo que fuese en dirección al espectador – o sea que no se aleja de uno, sino que se aproxima a uno. El escorzo de una mano consistiría en dibujarla o esculpirla de manera que la palma se mostrase en paralelo al suelo, a fin de que el espectador solo pudiera observar de ella la punta de los dedos.
 
El escorzo comenzó a utilizarse con frecuencia en el arte a partir del periodo helenístico, y dejó de utilizarse en la Edad Media. Se utilizaba para dar mayor intensidad de volumen y perspectiva al cuadro. Anteriormente a esa fecha, los pintores no lograban representar exitosamente la tercera dimensión en sus obras y, por lo tanto, se veían forzados a trabajar en dos dimensiones.
 
Se denomina período helenístico, helenismo o periodo alejandrino (por Alejandro Magno) a una etapa histórica cuyos límites cronológicos vienen marcados por dos importantes acontecimientos políticos: la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) y el suicidio de la última soberana helenística, Cleopatra VII de Egipto, y Marco Antonio, tras su derrota en la batalla de Accio (31 a.C.).
 
Es la herencia de la cultura helénica de la Grecia clásica que recibe el mundo griego a través de la hegemonía y supremacía de Macedonia, primero con la persona de Alejandro Magno y después de su muerte con los sucesores. Entre la gente culta y de la aristocracia “lo griego” representaba lo verdaderamente importante y en este concepto educaban a sus hijos.
 
En la filosofía, se ha utilizado el término escorzo como traducción al español del término alemán “abschattung” que significa "sombreamiento" o "sombreado." Este termino fue empleado por el filosofo y matemático alemán Edmund Husserl (1859 - 1938) en su fenomenología transcendental para referirse a la característica de toda percepción - o reproducción de la misma, como la fantasía o el recuerdo - de presentar el objeto o cosa sólo por un lado, en cierta perspectiva o aspecto, o sea de forma parcial e incompleta, y no por completo o en su totalidad. 
 
El objeto, la cosa, no se da nunca a la percepción (ni a ninguna de sus reproducciones) más que de esa manera "escorzado" o, como quizá es mejor decir, "matizado." Tal escorzamiento o matización ocurre no solamente en la percepción visual, sino en la percepción mediante cualquiera de los sentidos. En ninguno de ellos se presenta el objeto en forma absoluta, completa, o total. 
 
Pero lamentablemente la mente humana también ha sufrido un cierto proceso de escorzamiento fragmentado, especialmente a lo largo de los últimos 60 años. Y lo ha hecho porque el conocimiento humano se ha incrementando exponencialmente y además se ha vuelto demasiado amplio y profundo para ser abarcado en su totalidad por la mente. La persona altamente cultivada y con una mente eminentemente integradora, la que desde una perspectiva filosófica es capaz de visualizar un concepto global y coherente del mundo, sin necesidad de fragmentar los datos y conceptos, es una especie excepcionalmente rara en la actualidad. 
 
En consecuencia, todo lo que nos queda es el típico profesional inculto y ultra especializado en un área especifica del conocimiento, una persona educada mas allá de la capacidad de su inteligencia que progresivamente sabe cada vez mas y más sobre menos y menos. La contrapartida a tal fenómeno concierne al típico especulador filosófico – no al autentico filosofo - que progresivamente sabe menos y menos sobre mas y mas. Aunque parezca paradójico, todo apunta a que la humanidad actual se mueve rápidamente en ambas direcciones de forma simultanea. Veamos todo esto en mayor detalle.
 
El ultra especialista – sea cual sea su particular especialidad – virtualmente se ciega para no ver del mundo más que un pequeño y relativamente insignificante punto. Un punto sobre el cual mantiene enfocado – de manera crónicamente obsesiva - todo su interés, su atención, la totalidad del poder cognitivo y emocional de su mente. Debido a tal fenómeno, las capacidades de perspectiva y comprensión de semejantes personas  se han ido perdiendo con el paso de los años y el aumento de la información. Los hechos fríamente calculados han reemplazado a la autentica perspicacia y comprensión de tales hechos. 
 
La única solución humana para manejar tan ingentes cantidades de datos ha derivado en que el conocimiento se ha dividido y subdividido en millones o miles de millones de fragmentos aislados y aparentemente desconexos y que, en consecuencia, tales personas son incapaces de comprender y/o generar una autentica base conceptual que sirva de base para la construcción racional de los temas.
 
La consecuencia de todo este proceso ha sido un autentico colapso en la cantidad y calidad de la sabiduría humana, entendiéndose por “sabiduría” la capacidad de pensar, sentir y actuar en consecuencia y con benevolencia por medio del conocimiento, la experiencia, la comprensión, el sentido común, y la perspicacia. Todo esto requiere integración, y no fragmentación.
 
Con el paso del tiempo, cada una de las áreas de especialización fue desarrollando una terminología técnica de altísimo volumen y precisión, una jerga que en la actualidad resulta ininteligible para la mayoría de los seres humanos. Entendemos por una “jerga” un léxico o discurso específico para los representantes de una profesión o una actividad común caracterizada por un léxico especializado.
 
Y así, y a medida que la humanidad fue aprendiendo mas y mas sobre el mundo, esta se encontró progresivamente con mayores problemas para comunicar a los demás seres humanos lo que de verdad habían descubierto y aprendido. 
 
De esta forma, la brecha existente entre la esencia de la vida misma y el increíble volumen de conocimiento abstracto acumulado se fue haciendo cada vez más amplia, profunda, independiente, y distante. Este proceso ha llegado a tal punto que aquellos seres intelectualmente miopes, listos, y pragmáticos, que ocupan ciertos puestos de liderazgo son totalmente incapaces de comprender a los intelectuales que, de verdad, saben pensar y procesar los datos. Además, y como si esto fuera poco, aquellos que desean saber mas sobre el mundo y su gente también son incapaces de acceder incluso a los conceptos fundamentales. 
 
De esta forma creció y floreció la actual ignorancia popular, eligiendo las personas mas ignorantes, incultos, carentes de integridad para gobernar los grandes países del mundo. En medio de todo este descalabro educativo y cultural los chamanes, las pseudociencias, y las viejas supersticiones recobraron con creces el terreno que habían perdido. 
 
El resultado final ha resultado ser francamente desastroso. Tan desastroso que los hombres y mujeres corrientes y comunes se encuentran francamente solos, aislados, y confundidos ante la constante evolución del conocimiento. Finalmente, y sin otra alternativa disponible, fueron forzados a elegir entre un sacerdocio técnico murmurando un pesimismo ininteligible, y un sacerdocio espiritual murmurando esperanzas increíbles.
 
Series insulsas, concursos, y reality shows de mal gusto han transformado la indignidad en una virtud y espectáculo de masas. El nihilismo se esta propagando como el propio coronavirus y el fatalismo ha sumido a la conciencia humana en el mayor sopor, pasotismo, e indeferencia. Todo parece ser una especie de juego macabro donde todo vale, todo resbala, y nada importa demasiado.
 
La adicción a los avances del mundo virtual digital tiende a difuminar los limites que existen entre la autentica realidad consensual y la mas abstracta ficción. Ya no se sabe lo que es real o falso, lo que es verdad o mentira, o lo que es digno o indigno. Las identidades personales están en entredicho y, de hecho, hay ciudades como Las Vegas donde la gente lleva documentación falsa y no son quienes dicen ser. Los medios de comunicación funcionan como una masa de persuasores ocultos que convenientemente distorsionan, modulan, y mienten de forma sistemática. 
 
Así, la mayoría del mundo es mantenido en un perpetuo estado de ignorancia planeada y concientemente forzada. El rey ocio supera todo el resto de las actividades, es degradante, y la mal llamada democracia  se ahoga en el cieno (lodo blando depositado en el fondo de lugares donde hay agua acumulada) de una corrupción cada vez mas descarada, globalizada, y alarmante. La virtud, los valores abstractos, y la integridad personal y colectiva son nulos y totalmente irrelevantes ante la posibilidad de lograr un minuto de notoriedad en el campo que sea. A algunos que conozco personalmente les daría igual morir con tal de lograr ser “rey o reina por un día.” Francamente hablando: ¿qué mundo hemos creado?
 
En esta deplorable situación la función actual y futura del padre o madre de familia, del maestro de escuela, del consultor estudiantil, o bien del erudito profesor universitario queda muy bien definida. Su función primordial radica en saber eliminar las barreras existentes que hemos construido e intentar mediar entre la mente del especialista, la del culto, y la naturaleza mas básica de la gente común no especializada. Todo ello para crear un mundo mejor.
 
En resumidas cuentas, se trata simplemente de llegar a la verdadera causa y consecuencia de la mente escorzada. Todos y cada uno de nosotros somos maestros o profesores imperfectos, y por lo tanto tenemos muchísimo que aprender, tolerar, mejorar, y educar. El valor de nuestras enseñanzas se miden por su capacidad de instruir e inspirar a la posteridad en todas sus vertientes – así como formar gente de bien. A pesar de nuestras buenas intenciones, y muy lamentablemente, hemos fracasado … y la decadencia va cada vez a mas.
 
Volviendo al escorzo, recordemos que es una técnica que nos permite poder visualizar una pintura o cuadro de dos dimensiones con una falsa ilusión de volumen y/o profundidad. Es decir, es un recurso que engaña nuestra mente para percibir la profundidad de una obra. De esta manera, la técnica del escorzo, permite plasmar una tercera dimensión en lugar de dos. Básicamente es una ilusión creada por el artista, quien deforma o modifica las proporciones del objeto para crear la ilusión de profundidad y perspectiva. Y eso es precisamente lo que sucede con una mente plana, chata, y sin profundidad intelectual alguna donde el escorzo logra dar la aparente sensacion de cierta cultura y/o capacidad intelectual. El efecto es esencialmente una mentira que, en el fondo, define una verdad.
 
No obstante quizá logremos el merito de ser absueltos por nuestros errores y consecuentes culpas si, de verdad, hemos avanzado un poco en este complejo y preocupante asunto. Lo importante es intentar hacerlo lo mejor posible, con integridad, sin potenciar la creación de mentes escorzadas, y con autentica pasión … mucha pasión.
 
La mente humana, como la vida misma, debe ser esculpida y ampliada en multiples dimensiones intelectuales y espirituales, no estrangulada y escorzada en un superficial e insulso plano de dos dimensiones …
 
 
 

 

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