Deportistas Humanos y No Humanos

Guillermo Laich
27/04/2020 22:39

 

 

Una simple pulga, en su capacidad de salto, supera ampliamente todas las plusmarcas mundiales humanas.

 

Una indicación de la inmensa potencia contractil del músculo esquelético y su versatilidad se hacen evidentes cuando se estudian ciertas hazañas realizadas por los animales. Algunas aves migratorias, por ejemplo, realizan hazañas realmente increíbles. 
 
El colibrí de garganta rubí es una especie de colibrí que generalmente pasa el invierno en América Central, México, y Florida, y migra al este de EE.UU en el verano para reproducirse. Es, con gran diferencia, el colibrí más común que se ve al este del río Mississippi en EE.UU. Lo más sorprendente de todo es que es capaz de volar más de 2400 kilómetros a través del Golfo de México en aproximadamente 24 horas. 
 
La mariposa monarca es notable por su migración anual hacia el sur a finales del verano, y en otoño desde el norte y centro de EE.UU y el sur de Canadá hasta Florida y México. Durante la migración de otoño, las monarcas cubren miles de kilómetros, con el correspondiente retorno multigeneracional hacia el norte. Lo más sorprendente es que puede volar más de 3200 kilómetros a una velocidad media de 120 kilómetros por día para llegar a su sitio de invernacion. 
 
Las anguilas maduras hacen el épico viaje desde Europa hasta el Mar de los Sargazos, y a veces de vuelta, para engendrar y luego morir. Como la población de anguilas europeas ha estado disminuyendo durante algún tiempo, se han iniciado varios proyectos. En 1997, se inició un proyecto en el que se intentó conseguir que las anguilas europeas se reprodujeran en cautiverio simulando el viaje de 6.500 km desde Europa hasta el Mar de los Sargazos con una máquina de natación para los peces. 
 
El Mar de los Sargazos es una región del Triángulo de las Bermudas. Las anguilas probablemente poseen una estrategia que permite que algunas de ellas lleguen en un período de tiempo relativamente breve, pero otras hacen un viaje más largo y sinuoso, y quizás llegan hasta un año más tarde y engendran en la siguiente temporada.
 
Estos tres ultimos animales están orientados a modo de atletas de resistencia, o sea para cubrir largas distancias a modo de un humano maratoniano o ultramaratoniano. Sin embargo, el mundo animal también produce excelentes velocistas.  
 
Un guepardo (cheetah) puede acelerar hasta llegar a una velocidad de 72 kilometros por hora en 2 segundos e incluso alcanzar los 113 kilometros por hora durante la persecución. Una velocidad, explosión y aceleración mucho mayores se producen en el salto de una pulga, ya que es capaz de propulsarse a una distancia equivalente a 200 veces la longitud de su cuerpo en un solo salto. 
 
Bien, ahora comparemos este enorme salto de la pulga en ralacion a los saltos de Javier Sotomayor (1,95m) de Cuba y Mike Powell (1,88m) de los EE.UU. Sotomayor posee la plusmarca mundial mundial de salto de altura con 2,45m, logrado el 27 de julio de 1993 en Salamanca, España. También tiene el récord mundial en pista cubierta de 2,43m. Sotomayor saltó en la vertical 1,25 veces la longitud de su cuerpo.
 
Powell (1,88m) posee la plusmarca mundial de salto de longitud con 8,95 metros, logrado el 30 de agosto de 1991 en Tokio, Japón. Powell saltó en la horizontal 4,74 veces la longitud de su cuerpo. 
 
Francamente hablando, no existe ni punto de comparación y/o contraste entre lo que es capaz de realizar la pulga con respecto a los otros dos récord mundiales humanos. De hecho, todas estas actuaciones atléticas de los animales son superlativas en comparación con los logros del hombre, pero no hay que olvidar que el hombre es un animal capaz de rendir bien fisicamente en multiples facetas. 
 
Por ejemplo, Usain Bolt, de Jamaica, posee el récord mundial masculino de 100 metros con 9,58 segundos (2009); Florence Griffith-Joyner posee el récord mundial femenino de 100 metros con 10,49 segundos (1988); Eliud Kipchoge, de Kenya, posee el record mundial masculino de la maratón con 2 horas, 1 minuto, y 39 segundos (2018); y en 1977 Max Telford cubrió 8224 kilómetros en menos de 107 días - corriendo desde Anchorage, Alaska a Halifax, Nueva Escocia; Telford también ha volado por 1.5 kilómetros con la ayuda de alas artificiales, pero sin propulsion adicional, y nadó durante 33.7 kilometros a través del Canal de la Mancha en 7 horas y 40 minutos; y finalmente mi querido amigo y mentor el Dr. James (Doc) Counsilman (1920-2004), en el año 1979 y a la edad de 58 años, nadó el Canal de la Mancha. 
 
Además de todas estas extraordinarias proesas humanas, existen muchas habilidades y actividades adicionales del hombre, como esculpir una bella estatua, pintar un cuadro, tocar un complejo instrumento musical, redactar un trabajo de investigación o una novela, impartir una clase universitaria, ejecutar una dificil tecnica de karate, o golpear una pelota en movimiento, entre otras. Todas ellas exigen una gran precisión de movimiento y una extraordinaria coordinación entre los sistemas sensorial y locomotor. 
 
Todo ello implica unos niveles sumamente elevados y complejos de precision y coordinacion que, a su vez, requieren multiples funciones interactivas y retroalimentativas de un cerebro y un sistema nervioso periferico altamente desarrollados. Niveles que no se logran en ninguna otra especie.
 
Finalmente, y con respecto a la enorme potencia contractil de la pulga, parece ser que científicos de la Universidad de Cambridge han resuelto el misterio. Se sabia que la energía que catapulta a una pulga a una distancia de hasta 200 veces la longitud de su cuerpo se debe a una estructura anatomica que se asemeja a un resorte. Pero no se entendía bian cómo trasladaban tanta energía a la tierra para impulsarse – o sea fuerza en velocidad – o potencia. Imágenes de alta velocidad revelaron que las pulgas utilizan sus patas traseras a modo de palancas articuladas. El efecto palanca que logran les permite llevar sus patas al suelo y liberar la energía de forma explosiva, y a modo de un resorte, hacia delante y arriba.
 
No obstante, las pulgas poseen extremidades pequeñas que no pueden producir grandes cantidades de potencia muscular. Pero, como si de un gran y eficaz muelle se tratase, poseen un mecanismo que les permite, antes de saltar, generar y almacenar una gran cantidad de energia potencial. Posteriormente tal energia serviria para catapultarlas hacia arriba y adelante a grandes alturas y distancias. 
 
Se espera que en un futuro no muy lejano este tipo de estudios posibiliten el diseño de robots con capacidad para saltar como las pulgas. Incluso hace tiempo que se esta trabajando para crear musculos esqueleticos artificiales. Tales ideas estan basadas en que las acciones y los movimientos de ciertos animales, son mucho mejores y considerablemente mas eficientes que los de los seres humanos e incluso las máquinas modernas. 
 
El estudio demostro, ademas, que existen púas de gran tamaño ubicadas cerca de las patas de las pulgas. Tales puas actuarian en semejanza a las zapatillas con clavos de un velocista. Las puas serían las que se impulsan hacia el suelo para lograr la debida tracción antes y durante la explosion contractil – en un rapido proceso de accion-reaccion.
 

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