Don Juan DeLirio

Guillermo Laich
14/05/2020 19:39

 

“Don Juan DeMarco” (Columbia Pictures / 1995)

"En la vida solo hay cuatro cuestiones importante de valor: 1.- que es sagrado?; 2.- de que consiste el espiritu?; 3.- para que vale la pena vivir?; y 4.- para que vale la pena morir?. La respuesta a las cuatro es la misma: El Amor."   Don Juan DeMarco

Quizas la mejor parte del amor sea perder todo sentido de la realidad ...

 

Don Juan es un personaje arquetípico de la literatura española, creado por Tirso de Molina (1579-1648) y posteriormente recreado en la literatura universal. Tirso de Molina era el seudónimo de fray Gabriel Téllez, un religioso mercedario español que destacó como dramaturgo, poeta, y narrador del Barroco. Se le atribuye la creación del mito de Don Juan en El burlador de Sevilla, cuya primera versión podría ser de 1617. 

En tal obra, Don Juan, un noble sevillano, altera el orden social deshonrando a cuantas mujeres se le ponen delante. Finalmente es castigado por la estatua funeraria de una de sus víctimas, el padre de una de las damas burladas, que lo mata y lo arrastra a los infiernos.

Pues bien, la pelicula con el titulo de “Don Juan DeMarco” (Columbia / Fantasia Romantica / 1995), una de las más encantadoras comedias románticas de quizas todos los tiempos, describe la esencia de un trastorno delirante mejor que cualquier conferencia o historia clínica. El ingenioso guion del film fue escrito por Jeremy Leven (1941-), un psicólogo que estudio en la Universidad de Yale.

En la pelicula un hombre joven, en la ciudad de New York y vistiendo una máscara y una capa, está parado en una valla y su intención parece ser el suicidio. Es rescatado por la policía y enviado a un consultorio psiquiátrico. De allí es puesto en manos del doctor Jack Mickler (Marlon Brando) un maduro psiquiatra en camino de pensionarse. 

El paciente le cuenta al doctor que él es realmente el gran amante Don Juan DeMarco (su verdadero nombre es John Arnold DeMarco), aquel que ha seducido a mil quinientas mujeres, pero que ha caído en una depresión con pensamientos suicidas al no haber logrado conquistar la mujer de sus sueños. El doctor Mickler tiene un plazo de diez días para tratarlo. A medida que la historia avanza, Don Juan DeMarco - el mejor amante del mundo - le va contando su historia. Como es que fue criado en México y la razón por la cual usa una máscara. 

En una primera toma de contacto, el psiquiatra asignado para tratarlo (Marlon Brando), comienza a creer en la historia de amor ganado y romance perdido que relata el joven. No obstante, y a lo largo de la pelicula van apareciendo diversas pistas que hacen que el psiquiatra dude seriamente si la historia de Don Juan es verdad o plausible, o si son ideas delirantes no extrañas que se encuentra fuera de contacto con la realidad. Los delirios no extraños se caracterizan por poseer un contenido improbable pero no imposible y de ahi que a veces sean dificiles de detectar. 

Es curioso como el joven se refiere al psiquiatra en terminos de “Don Octavio o Don Octavio de Flores,” un noble caballero del siglo XVII prometido de Doña Ana en la obra de Tirso de Molina. El siguiente e ingenioso diálogo entre Don Juan DeMarco y el psiquiatra Jack Mickler demuestra lo proximo a ser plausible – y de acercarse a la realidad -  que puede estar el contenido de un delirio no extraño. Las palabras son del mismo Don Juan DeMarco:

"Las mujeres reaccionan ante mí como lo hacen, Don Octavio, porque sienten que busco la belleza que habita en su interior hasta el punto de superar todo lo demás. Es entonces cuando estallan y no pueden evitar su deseo de liberar su belleza y envolverme en su amor. Así que, para responder a su pregunta, veo tan claro como el día que este gran edificio en el que nos encontramos es su villa. Es su hogar. Y en cuanto a usted, Don Octavio de Flores, es un gran amante como yo, aunque haya perdido su camino ... y su acento."
 
 
Esta obvio que la mente de Don Juan DeMarco se encuentra sitiada por la irracionalidad del delirio - de ahi el titulo de este articulo: "Don Juan DeLirio" - haciendo referencia a la naturaleza de su delirio. Lo que se conoce como un “estado de sitio” corresponde a un régimen de excepción que debe ser impuesto por el poder ejecutivo, en particular por el jefe de estado, y con la autorización del órgano legislativo correspondiente a ejecutarlo.
 
El estado de sitio representa un concepto equivalente al de estado de guerra, y por ello se dan a las fuerzas armadas facultades preponderantes para los actos de represión. Durante el estado de sitio quedan en suspenso las garantías constitucionales, con mayor o menor extensión, según las leyes.
 
Originalmente el término “sitiar” significaba rodear completamente un emplazamiento enemigo e impedir la entrada y la salida del mismo para lograr su rendición – o sea bloquearlo y limitarlo. Por lo tanto el hecho de sitiar o asediar hace referencia un bloqueo militar prolongado a una determinada posición, que suele ir acompañado del asalto a esta, con el objetivo de su conquista mediante la fuerza o el desgaste. 
 
De modo analogo, en nuestro caso, y cuando nos referimos a “una mente sitiada,” nos referimos a una mente delirante, a una mente que a sido sitiada por la irracionalidad y la perdida de contacto con la realidad. Una idea delirante es una creencia falsa e irracional basada en una inferencia incorrecta de la realidad. Ademas es irrefutable y firmemente sostenida por el sujeto, a pesar de que los demás crean lo contrario (ordinariamente no es aceptada por otros miembros de la subcultura o cultura a la que pertenece el sujeto) y de que haya pruebas o evidencias incontrovertibles de su inconsistencia.
 
Los trastornos del pensamiento se dividen en dos grandes apartados: 1.- trastornos formales del pensamiento (la forma anormal en que los pensamientos se conectan entre si); y 2.- trastornos del contenido del pensamiento (lo que se esta pensando). El delirio de Don Juan DeMarco corresponde a un trastorno del contenido del pensamiento. En psiquiatría y psicología, delirio (del latín de-lirare, "salir del surco al labrar la tierra") es un síntoma propio de las psicosis.
 
Los delirios son tan comunes que forman parte de más de cincuenta condiciones médicas generales y psiquiátricas. Los pacientes con delirios tienen un proceso de razonamiento alterado conocido como "apofenia." La apofenia es el fenómeno en el que las ideas arbitrarias o falsas se consideran como hechos sin poseer las pruebas adecuadas. La persona apofenica establece conexiones y relaciones donde estas no existen. Los eventos y los objetos se impregnan de un significado personal y autista, cosa que se conoce como "residuo."
 
La palabra "apofenia" también se utiliza para referirse a la atribución de nuevos significados a ciertos acontecimientos psicológicos. Los pacientes delirantes hacen inferencias amplias basadas en pequeñas cantidades de información, un proceso conocido como "generalización." No utilizan para nada sus conocimientos o experiencias para modificar sus creencias. Es importante recordar que el contenido de los delirios no es aleatorio, sino una representación altamente personalizada de la vida mental del paciente.
 
Los delirios se pueden clasificar en varias categorias: 1.- según la causa (primarios o desconectado a ideas o eventos previos, y secundarios o conectados a ideas o eventos previos); 2.- según el estado de animo (congruentes o apropiado al estado de animo del paciente, e incongruentes o inapropiados al estado de animo de la persona);  3.-  según la pausibilidad (no extraños o quizas posibles, y extraños o totalmente imposibles); y 4.- según el contenido (de grandiosidad, de persecusion, de referencia, de culpabilidad, hipocondriacos, De Clerembault o Erotomaniaco, de Otello o celos patologicos, de nihilismo, y de infestacion).
 
Todas aquellas creencias no extrañas que caen dentro de la realidad (ser rico y famoso, haber descubierto un medicamento contra el Covid-19, descubrir el secreto del antienvejecimiento o una cura para el cáncer, afirmar que uno es doctor en algo sin haber realizado una tesis doctoral, etc.). Todas ellas son relativamente frecuentes e insulsas formas de perderse en una interfase de ilusiónes creadas por la propia mente delirante. Quizás la forma más fácil de diferenciar estos ultimos de los autenticos delirios es que los delirios son de naturaleza "apodícticos," es decir, que son irreductibles a cualquier argumentacion o contrastación racional, y parten de un conocimiento personal no compartido e incierto.
 
Una mente enferma y apodíctica emite opiniones y juicios dogmaticos que incluso ni se prestan a la discusion. Por ejemplo, la existencia de la tierra y su gravedad es de caracter apodíctica. El termino "apodictico" proviene del griego y significa "demostrar," y se aplica a cosas o hechos que han sido demostradas más allá de toda duda. Una afirmación apodíctica es total y absoluta, completa en si, e incuestionablemente cierta.
 
Por lo general, y en nuestro caso, se aplica a un pensamiento, declaración, o argumento de tipo delirante que es absolutamente hermético, rigido, y dogmatico. Todo ideacion delirante es apodíctica por definicion y, por lo tanto, no tiene sentido cuestionarla. Tal es el caso de nuestro protagonista, Don Juan DeMarco. 
 
En contraste con los delirios extraños, poco convencionales, y totalmente imposibles que presentan los enfermos los esquizofrénicos, los que padecen un trastorno delirante suelen tener creencias falsas no extrañas (quizas plausibles) y que, para los no iniciados, incluso podrían considerarse plausibles. Esto es precisamente lo que en la primera entrevista sucedió entre el psiquiatra y Don Juan DeMarco en la pelicula. Por tal motivo hay que prestar detenida atencion – en referencia al la plausibilidad de realidad - a todo lo que el supuesto delirante esta expresando.
 
Según el actual DSM 5, el trastorno delirante presenta cinco criterios diagnósticos: A.- Ideas delirantes no extrañas (por ejemplo, que implican situaciones que ocurren en la vida real, como ser seguido, envenenado, infectado, amado a distancia o engañado por el cónyuge o amante, o tener una enfermedad) de por lo menos un mes de duración; B.- nunca se ha cumplido el Criterio A para la esquizofrenia - en el trastorno delirante puede haber alucinaciones táctiles u olfatorias si están relacionadas con el tema delirante; C.- excepto por el impacto directo de las ideas delirantes o sus ramificaciones, la actividad psicosocial no está deteriorada de forma significativa y el comportamiento no es raro ni extraño; D.- si se han producido episodios afectivos simultáneamente a las ideas delirantes, su duración total ha sido breve en relación con la duración de los períodos delirantes; y E.- la alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (por ejemplo, una droga o un medicamento) o a enfermedad médica.
 
Adicionalmente, este trastorno se puede clasificar en seis distintos tipos en base al tema delirante que predomine: 1.- tipo erotomaníaco: ideas delirantes de que otra persona, en general de un status superior, está enamorada del sujeto; 2.- tipo de grandiosidad: ideas delirantes de exagerado valor, poder, conocimientos, identidad, o relación especial con una divinidad o una persona famosa; 3.- tipo celotípico: ideas delirantes de que el compañero sexual es infiel; 4.- tipo persecutorio: ideas delirantes de que la persona (o alguien próximo a ella) está siendo perjudicada de alguna forma; 5.- tipo somático: ideas delirantes de que la persona tiene algún defecto físico o una enfermedad médica; y 6.- tipo mixto: ideas delirantes características de más de uno de los tipos anteriores, pero sin predominio de ningún tema.
 
Para ser mas especifico la psicopatología define delirio como una creencia que se vive con una profunda convicción a pesar de que la evidencia demuestra lo contrario. El termino no debe confundirse con delirium, confabulación, dogma, ilusión, alucinación, y otros efectos de percepción alterada.
 
La palabra “delirio” ha evolucionado hasta significar la creencia de que “se sale de la norma” establecida por el grupo social. En el lenguaje cotidiano, describe una creencia que es falsa, extravagante o derivada de un engaño. En psiquiatría, implica que la creencia es patológica – o sea el resultado de una enfermedad o proceso de una enfermedad psiquica. Como patología, es distinta de una creencia basada en información falsa o incompleta o de ciertos efectos de la percepción que se denominan, con más precisión, apercepción o ilusión.
 
Los delirios suceden normalmente en un contexto neurologico, aunque no están vinculados a ninguna enfermedad en particular y se ha encontrado que ocurren en el contexto de muchos estados patológicos (físicos y mentales). Sin embargo, tienen importancia particular en el diagnóstico de las psicosis y, particularmente, en la esquizofrenia, la manía, los episodios bipolares, y el trastorno delirante. 
 
El delirio o la idea delirante debe cumplir varios requisitos: 1.- ser firmemente sostenida pero con fundamentos racionales inadecuados; 2.- ser irrefutanble e incorregible con la experiencia o con la demostración logica de su imposibilidad; y 3.- ser inadecuada para el contexto (por ejemplo, cultural) del sujeto que la sostiene.
 
Estos requisitos son necesarios porque hay muchas ideas que pueden ser sostenidas con firmeza y convicción más o menos incorregibles por diversas personas (por ejemplo, ideas religiosas o políticas) y, sin embargo, no constituir un delirio. Para que sea un autentico delirio se requiere que el proceso por el que se llega a la convicción sea racionalmente inadecuado.
 
Por ejemplo, un sujeto puede afirmar que es portador de una verdad que debe propagar por el mundo, dado que escuchó su nombre en la radio o la televisión. El delirio no se diagnostica por la convicción de “ser portador de una verdad que revelar” – ya que muchas otras personas podrían decir algo parecido - sino por la forma extravagante e irracional por la cual llega a esa convicción (haber escuchado su nombre por la televisión o bien haber sido mencionado en algun otro medio).
 
Generalmente, ante la argumentación de que sus afirmaciones son absurdas y carece totalmente de sentido lógico, el sujeto persiste aun mas en su convicción. Dado que no es una convicción habitual, habría que verificar si acaso pertenece a alguna secta o bien a algún grupo religioso fanatico que sostenga convicciones similares. Sin embargo, incluso en este caso, los propios miembros de su grupo podrían haber detectado una alteración en la lógica del pensamiento que considerarían extraña. En tal caso, la idea se considera delirante.
 
El Sindrome de De Clerembault, tambien conocido como Erotomanía, se acerca bastante al delirio que padecia Don Juan DeMarco en la pelicula. Tal sindrome consiste de un trastorno mental inusual que figura en el DSM-5 como un subtipo de un trastorno delirante. Se trata de una condición paranoide relativamente poco común que se caracteriza por los delirios de un individuo de que otra persona se encuentra enamorada de ellos. La paranoia es una enfermedad mental caracterizada por la aparición de ideas fijas, obsesivas, y absurdas, todas ellas basadas en hechos falsos o infundados, junto a una personalidad bien conservada, sin pérdida de la conciencia ni alucinaciones.
 
Este sindrome se observa con mayor frecuencia (aunque no exclusivamente) en pacientes femeninas que son tímidas, dependientes, y sin experiencia sexual – pero tambien se lo ha observado en el seco masculino. Los hombres son más propensos a exhibir comportamientos violentos y de tipo acosador asociados a la misma. 
 
El médico parisino, Bartholomy Pardoux (1545 - 1611) se dedico a estudiar el tema de la Erotomanía. Jacques Ferrand, el el año 1643, menciono el “Mal de Amores o Mélancolia del Amor” en una publicacion. También se le ha llamado "Paranoia Erótica" y "Delirio Erótico Autorreferencial," hasta la emergencia del uso común de los términos Síndrome de De Clérambault. 
 
Este último término surgido del extenso informa sobre el tema publicado en 1921 por Gaëtan Gatian de Clérambault (1872–1934), con el título “Las Psicosis Pasionales.” En los años 1971 y 1977, Mary V. Seeman, profesora emérita de Psiquiatría en la Universidad de Toronto, se refirió al trastorno como "Síndrome del Amante Fantasma" y tambien como "Reacción de Transferencia Psicótica Erótica y Amor Delirante." 
 
El síntoma central del trastorno es que el delirante tiene una creencia inquebrantable de que otra persona está secretamente enamorada de ellos. En algunos casos, el delirante puede creer que varias personas a la vez son "admiradores secretos." Con mayor frecuencia, el individuo tiene delirios de ser amado por un sujeto inalcanzable que generalmente es un conocido o incluso alguien que la persona nunca ha conocido. 
 
El delirante también puede experimentar otros tipos de delirios al mismo tiempo, como los delirios de referencia, en los que el admirador percibido comunica secretamente su amor por métodos sutiles como la postura del cuerpo, lo que expresa verbalmente, o la disposición de los objetos. Algunos delirios pueden ser extremos e incluir detalles no plausibles dentro de la realidad. Los objetos focales del delirio pueden ser reemplazados por otros con el tiempo, o bien pueden ser crónicos y mantenerse en formas fijas.
 
La negación es un mecanismo de defensa que consiste en enfrentarse a los conflictos negando su existencia o su relación o relevancia con el sujeto. Se rechazan aquellos aspectos de la realidad que se consideran desagradables.
 
Pues bien, la negación es característica de este trastorno, ya que los pacientes no aceptan el hecho de que el objeto de su delirio pueda estar casado, no disponible, o incluso desinteresado. El amante fantasma también puede ser imaginario o fallecido. Por lo general el síndrome de De Clerambault tiende a existir aislado (solo), en ausencia de comorbilidades, posee un inicio repentino, y finalmente un resultado crónico.
 
Finalmente, y si bien un delirio se aparta de la realidad e implica un serio trastorno mental, es recomendable poseer una amplia y sana capacidad para dar rienda suelta a la imaginacion y crear ciertas fantasias. Digo esto porque un exceso de realidad en la vida del ser humano puede ser casi o tan nocivo como la falta de contacto con la realidad de Don Juan DeMarco. La mente humana necesita mezclar un cierto grado de irrealidad y fantasia con la dura realidad de la vida. Por lo contrario la vida seria muy dificil de soportar.
 
Quizas lo mas conveniente e inteligente consista en saber balancear - de una forma prudente e inteligente - la frialdad inherente la dura realidad con la magia y la ilusion de la fantasia. Cada vez que vamos a ver una pelicula o una obra de teatro estamos haciendo precisamente eso ... desconectar nuestras mentes durante unas horas y sencillamente alejarnos de la realidad.
 
Va sin decir que la de todo ello consistiria en lograr y mantener una vida sana y feliz ... muy feliz ... donde la "locura de la ilusion y el amor" nos lleve a una sana y apasionada desconexion con la realidad. De hecho, asi lo comprendio el psiquiatra Jack Mickler al final de la pelicula. En ocasiones, hasta de un delirante se pueden aprender cosas interesantes.
 
 

Añadir un comentario:

Nombre:

E-Mail: (no será público)

Comentario:

Enviar >>