Por Que Los Angeles Pueden Volar

Guillermo Laich
08/03/2021 17:06

 

"Porque se toman a la ligera, los ángeles pueden volar." 

Chesterton (1874-1936)

 

Hay un dicho popular japonés muy especial que dice: "Cuanto más alto es el tallo de bambú, más se inclina." El significado implícito en tal frase es muy claro y directo: a medida que una persona desarrolla su fuerza interior, su profundidad de ser, y su valor y grandeza, más sencilla, humilde, adaptable, y poco imponente será.

Una persona así es capaz de situar su puro y genuino ser por encima y mucho más allá del dominio de ese ego ilusorio y hambriento que reside en su interior. De hecho, algunas personas son incluso capaces de disolver los aspectos negativos de su ego y eliminar todas sus defensas psicologicas en su camino hacia el logro de la madurez y la libertad física, espiritual, y psicológica que anhelan conseguir.

Las personas que son verdaderamente grandes exudan excelencia humana, y casi siempre se encuentran en un estado de ligereza y felicidad serena que los caracteriza. Por grandeza o excelencia del ser se entiende una persona superior que ejemplifica las más altas cualidades humanas alcanzables. En términos de valores, ésta es, con mucho, su mayor baza. Su felicidad apunta a vivir una existencia interna y externa pacífica, a la vez que mantienen una mente y un corazón serenos. 
 
Pero aún hay otro factor que hace que estas personas sea grandes, eso es, que siempre se toman a si mismos a la ligera y sin darse excesiva importancia. De hecho, su actitud desenfadada hacia ellos mismos les da una sensación de ligereza que les permite tratar con ellos mismos y con el mundo con suma facilidad y eficacia. Para estas personas, es más provechoso aceptar y reconocer sus defectos que alardear y presumir de sus logros.  
 
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936), más conocido como G. K. Chesterton o Lord Chesterton, fue un escritor y periodista británico de principios del siglo XX. Fue, por definición, lo que se conoce como un polímata, una persona de amplísimos conocimientos en multiples y distintas areas. De hecho, fue capaz de cultivar, entre otros géneros, la historia, el ensayo, la narrativa, la biografía, la poesía lírica, y el periodismo. Un hombre brillante y de ideas claras, donde los hubo. Un hombre que sabía muy bien que la integridad de los hombres debe medirse por su actitud y su conducta y no por su profesion y cargo.
 
En un momento dado de su vida, Chesterton afirmó lo siguiente: "porque se toman a la ligera, los ángeles pueden volar." El término "ángel," en ciertas religiones, señala la existencia de un ser sobrenatural que ocupa una posición intermedia entre Dios y los seres humanos. De hecho, la existencia de ángeles fue reafirmada por el Papa Juan Pablo II en el año 1986. Sin embargo, ¿qué insinuaba exactamente Chesterton al decir que, "porque se toman a sí mismos a la ligera, los ángeles pueden volar," y en qué dirección apuntaba el largo indice de su mente?
 
Guido di Pietro (1395-1455), más conocido como Fra Angelico, fue un pintor italiano del siglo XIV que combinó la vida de fraile dominico con la de pintor consumado. Pues bien, Fra Angelico representó a todos sus ángeles, no sólo como pájaros, sino tambien como ligeras mariposas. En los antiguos cuadros cristianos, el cielo sobre cada figura es como un paracaídas azul o dorado. Cada figura parece dispuesta a volar y flotar en el cielo. 
 
Pero los reyes con su pesado oro y soberbia representados en sus ostentosas túnicas púrpuras tenderían a hundirse hacia abajo y jamas despegar del suelo. Esto es así porque la tipica e intrinseca pesadez del orgullo humano no es capaz de elevarse hasta la levedad o la levitación. De hecho, el orgullo es el arrastre hacia abajo de todas las cosas hacia un estado de solemnidad, lentitud, pomposidad, pesadez, y todo a dedo y por recomendacion. 
 
En tal caso, la seriedad no representa una virtud y, ante ella, uno parece instalarse en una especie de falsa y eminentemente critica seriedad de corte egoísta impenitente, en la que se toma a sí mismo con una excesiva y muy pesada gravedad. Tal gravedad molesta. Tales personas tienden a juzgar desfavorablemente a los demas, sin señalar ni ver mas que las faltas, las deficiencias, las razones para dudar, y sospechar. Asi entendido, el espiritu critico, que seria preferible llamar espiritu de critica negativa o "criticon" por su alegria perversa, consiste en la tendencia a subrayar los defectos ajenos.
 
Segun Ortega y Gassett, la autentica o verdadera critica consiste en todo lo contrario. De hecho, consiste en potenciar el hecho, la obra, o el autor estudiados, convirtiendolos en una forma especial de humanidad y obtener de ellas, por este procedimiento, un maximo de reverberaciones culturales. El sentido critico autentico, por implicar claridad y mesura, nunca es peyorativo. Entendiendose asi, los niños y los jovenes tienen mayor necesidad de modelos y criticas positivas que de criticas negativas.
 
La razón de todo esto es que tan cuestionable conducta suele ser la más fácil de adoptar. La solemnidad fluye naturalmente de tales hombres y mujeres; pero la ligereza y la risa fluyen de otros tipos de seres, y lo hace porque exige un cierto salto hacia arriba de madurez, introspeccion, y experiencia. En resumen: resulta fácil ser pesado y solemne, pero muy difícil ser ligero y sencillo.
 
La verdad es que hoy en día vemos a muchas personas cuyos rostros, cuerpos, y lenguaje están embotados por una apariencia de pesada y solemne seriedad que, si se debiera a alguna forma de pérdida, desgracia, o pena, sería de muy fácil comprension. Pero el tipo de seriedad ultrapesada e imponente que arrastra a estas personas, y que eventualmente acaba por destruir sus vidas, tiene que ver con un juego impulsado por el ego. Un juego de corte macabro en el que el jugador se autoengaña a si mismo hasta tal punto que incluso se identifica excesivamente con su papel de persona de muy alto logro y/o importancia. Se trata de un caso grave de falsa autopercepción, pero asi es como viven sus vidas. 
 
Con el tiempo, esta forma de imponer una actitud pesada y excesivamente seria hacia ellos mismos, hacia otras personas, y hacia la vida en general, se convierte en un rasgo de personalidad extremadamente falso, negativo, e incluso repelente. Y lo hace en el momento en que uno se identifica erróneamente y depende obsesivamente de su percibido papel, rango, riqueza, o posición en la vida. Coresponde a una falsa sensación de estatus humano que teme en cualquier momento perderlo todo … y convertirse en un don nadie. 
 
Estas personas viven en cárceles autoimpuestas y autoconstruidas y, por definición, carecen de una autentica libertad … tanto de su mente como de su propia conciencia. Podemos considerar tal libertad como la más importante e indispensable de todas las libertades. Todo ello por no comprender que la autotrascendencia y la autoconquista es la mayor de las victorias. Para todos los demas, y al concluir el dia, no hay almohada tan suave como una conciencia limpia.
 
Este curioso fenómeno humano, que combina el conveniente autoengaño con el accionar de un ego hambriento y poderoso, se da con bastante frecuencia en nuestro mundo moderno - un mundo caracteristicamente impulsado por la fuerza del ego. No obstante, sus raíces se remontan a los tiempos del jurista, político, filósofo y escritor Marco Tulio Cicerón (106 a.C-42 a.C.), o quizás un poco mas ...
 
Si miramos más de cerca, cuando esos individuos chatos y muy poco iluminados desarrollan esa gravidez o pesadez del ser, una completa falta de naturalidad, y una fragil rigidez espiritual, en realidad están exponiendo una vacuidad interna de caracter egocéntrica. A partir de ahí, utilizan su aparente dignidad como un par de elevados zancos para mantener su cabeza por encima de la diversidad, así tambien como sobre la de otros seres humanos. 
 
El problema con tales personas es que, en la mayoría de los casos, y en lugar de interpretar su papel como personas genuinas y reales, su papel las interpreta a ellas, haciéndolas así parecer absurdas y francamente ridículas frente a todo aquel que pueda ver a través de su disfraz. Debo confesar que a lo largo de mi vida he visto incontables individuos “aparentemente pesados” pero realmente “vacios y fragiles” que han encajado a la perfeccion con esta definicion.
 
De hecho, todas esas personas pesadas y autocelebradas tienden a perder su aparente dignidad ante una inspeccion más proxima y penetrante; mientras que aquellas personas ligeras de corazón y humildes tienden a ganar autentica dignidad ante una mirada más penetrante. Esta claro que la mejor parte de la educación y el valor siempre se ejemplifican con la ausencia de engreimiento y discreción. 
 
La educación, la cultura, el respeto, y el autoconocimiento hacen que las personas sean fáciles de dirigir, pero muy difíciles de manipular; fáciles de gobernar honestamente y con principios, pero imposibles de engañar y esclavizar. En la vida de esos contados seres educados e independientes con carácter “liviano,” en ocasiones el mal suele triunfar, pero nunca los restringe ni los esclaviza.
 
Es precisamente ese falso aspecto de pesadez impositiva la que, en las sabias palabras de Chesterton, impide a tales personas disfrutar y volar por sus vidas con la sonrisa y la ligereza de los ángeles. Tal vez, y para entender mejor este concepto, debamos fijarnos en el antiguo término budista "anatman." Quizas su longevo significado nos ayude a aclarar el dónde, el cómo, y el porqué de la pesadez autoimpuesta de quienes son incapaces de volar por la vida con la ligereza de los ángeles. 
 
El término budista "anatman" se refiere a la enseñanza central que estipula que los humanos no existe alma (elemento espiritual) y que tampoco existe un Yo o Ego (elemento psicológico). El termino proviene del negativo del término "atman," que es la noción hindú de que un alma es eterna, sobrevive después de la muerte, y luego entra en otro cuerpo. 
 
En el pensamiento budista, esa noción forma parte del engaño del Yo o Ego, y de una especie de permanencia que nos mantiene sujetos a la rueda representada por el sufrimiento humano. La verdadera liberación de esa rueda sólo se produce cuando uno es consciente de que en realidad el Yo o Ego no existe como tal, y que, por lo tanto, en ese mismo momento cesa toda sensación de ser. Es ahí cuando uno se libera de la fuerte atracción gravitatoria psicológica del Yo o Ego, y es capaz de entrar en intimo contacto íntimo con todo de forma natural, instintiva, intuitiva, y simultánea.
 
Es precisamente ese elemento de desprendimiento y libertad, de y desde el alma (espíritu) y el Yo (Ego), lo que da verdadero sentido a la metáfora japonesa del tallo de bambú alto, así como la de los ángeles de Chesterton. Ambos conceptos se relacionan directamente con una "ligereza y humildad del ser" a medida que este gana en valor y estatura como ser humano. Dos elementos que, inteligentemente combinados con la inocencia y la experiencia, son absolutamente necesarios para lograr la debida autenticidad y la ligereza de espiritu con uno mismo, con los demás, y con el mundo. 
 
Siendo así, tendriamos ante nosotros un ser humano grande, profundo, y capaz de trascender la pesadez prepotente y limitante de su propia y erronea auto-percepción, asi como la de su distorsionado y hambriento Yo o Ego. O sea, una persona ligera, sencilla, y feliz - capaz de volar tan lejos, tan alto, y tan rápido como desee, en cualquier momento y a todas las partes ... como un ángel.
 

Añadir un comentario:

Nombre:

E-Mail: (no será público)

Comentario:

Enviar >>