ABC de la Adicción al Alcohol

Guillermo Laich
11/08/2021 13:09

 

Molecula de Etanol 

El atomo rojo en la imagen corresponde al oxigeno. El término alcohol es ampliamente entendido por el público en general como etanol. Su fórmula es C2H5OH. 

 

Introducción

La presencia del alcohol en las bebidas populares como pueden ser la cerveza, vinos, y licores ha contribuido inmensamente y de forma contundente a extender su consumo no solo entre los adultos, sino también, y cada vez mas peligrosamente, entre los niños, los adolescentes, y los jóvenes adultos. En consecuencia, el alcohol se ha convertido en una de las drogas legales mas extendidas y aceptadas en el mundo entero. 

Desde el encuentro informal y casual hasta la ceremonia mas formal y solemne, es raro que en cualquier acto social el alcohol no este presente. La enorme aceptación y popularidad de la que gozan las bebidas alcohólicas desde la antigüedad, así como el lucrativo negocio que supone su producción y venta, dificultan la erradicación del alcoholismo, claramente una de las adicciones mas serias y frecuentes.

Todas las sustancias que alteran la mente producen cuatro tipos de trastornos: 1.- abuso; 2.- dependencia; 3.- intoxicación; y 4.- abstinencia. Entre ellas se encuentra el alcohol, una droga psicotrópica y peligrosa que produce desinhibición y sedación a través de la depresión de la corteza cerebral. El principal neurotransmisor cerebral implicado es el ácido gamma aminobutírico que es el responsable de los efectos ansiolíticos y sedantes. No obstante, también intervienen efectos estimulantes y placenteros derivados de la neurotransmisión dopaminergica en el cerebro. 

El ácido gamma-aminobutírico es un aminoácido no proteico que se encuentra presente ampliamente en microorganismos, plantas, y animales. Es el principal neurotransmisor inhibidor en el sistema nervioso central de los mamíferos. Desde el punto de vista psicológico, el individuo alcohólico quiere alejarse de la realidad lo antes posible.

El alcohol es, tras la cafeína, la segunda sustancia de la que más se abusa. La cafeína es un alcaloide del grupo de las xantinas que actúa como una droga psicoactiva, estimulante del sistema nervioso central. Los consumidores actuales de alcohol se sitúan en el 50% de la población, los que lo han consumido alguna vez se sitúan en el 85% de la población y los que abusan francamente se sitúan en el 13% de la población. Sin embargo, el alcohol es la sustancia más comúnmente asociada con el abuso y la dependencia. 

El alcoholismo consiste un estado de dependencia física y psicológica de la persona que determina una serie de conductas dirigidas al consumo compulsivo y continuado, pese a las múltiples y serias consecuencias negativas. El rasgo mas característico del alcoholismo es la perdida de control. Aproximadamente el 15% de los alcohólicos terminan por suicidarse. 

En ocasiones el alcohol se confunde erróneamente con un estimulante, ya que en un primer momento produce euforia y desinhibición conductual. Esto se debe a que primero afecta a los centros cerebrales responsables del autocontrol, lo que conduce a que el alcohólico se deje llevar por los efectos del consumo de esta sustancia. 

Las complicaciones clínicas producidas por el alcoholismo son las siguientes: desmayos, demencia, amnesia, depresión, ansiedad, encefalopatía de Wernicke (nistagmo, ataxia y confusión) y psicosis de Korsakoff (irreversible en el 75% de los casos, amnesia anterógrada caracterizada por la incapacidad de aprender cosas nuevas y confabulación). El “abuso de sustancias” se convierte en “dependencia” cuando se desarrolla lo que se conoce como “tolerancia” y “dependencia.” 

Orígenes del Alcohol 

Al parecer, las mujeres llevan muchos siglos intentando elongar y oscurecer sus pestañas para que sus ojos parezcan grandes y brillantes. Para ello las mujeres árabes utilizaban un polvo con una granulación muy fina y delicada. La expresión árabe para tal polvo era "al koh'l," que significa "lo finamente dividido."

Los químicos medievales retomaron aquella expresión de “al koh´l” y la transformaron en "alcohol." A continuación, la utilizaron para referirse a cualquier polvo fino, en particular un polvo tan fino que no se podía sentir al tacto. O sea, un polvo tan fino que resultaba ser "impalpable," un termino que procede del latín compuesto por "in" que significa "no" y "palpare" que significa "sentir."

Mas adelante, a principios del siglo XVI, los químicos comenzaron a aplicar el término a aquellos vapores que podían ser emitidos por ciertos líquidos. Tales vapores también eran impalpables en su naturaleza. Lo cierto era que el vino, al aumentar su temperatura, desprendía un vapor que primero se llamó "alcohol de vino" y luego simplemente "alcohol."

Cuando se calienta el vino, el alcohol que contiene tiende a hervir más fácilmente que el agua. Por lo tanto, el vapor es substancialmente más rico en alcohol que el vino original. Si se procede a enfriar ese vapor, el líquido resultante consiste en una bebida característicamente más fuerte que la original. Este proceso se llama "destilación," y procede del latín "de" que significa "abajo" y "stilla" que significa "una pequeña gota." De hecho, cuando se enfrían tales vapores, se recogen en forma de pequeñas gotas que caen en el interior de un recipiente.

Las bebidas alcohólicas reforzadas en alcohol de esta manera son los licores destilados, y el aparato en el que se lleva a cabo el proceso se llama popularmente "alambique." En realidad, la destilación es un importante proceso químico que se utiliza para separar compuestos individuales de muchos tipos de mezclas líquidas.

Finalmente, el sufijo "ol" de la palabra "alcohol" es utilizado actualmente para nombrar cualquier compuesto que, como el alcohol, contiene un grupo hidroxilo (-OH). Este grupo se denomina como tal porque su estructura molecular combina un átomo de hidrógeno con otro de oxígeno. El alcohol del vino corriente, como veremos a continuación, contiene un grupo de dos carbonos en su molécula similar al del éter, por lo que se llama "alcohol etílico" o "etanol." 

Química del Alcohol

El término "alcohol" se refiere a cualquier sustancia orgánica formada cuando un grupo hidroxilo (-OH) es sustituido por uno o más átomos de hidrógeno (H) en un hidrocarburo en forma de (R-OH). La letra "R" es una abreviatura de "radical" y representa cualquier grupo en el que un átomo de carbono o de hidrógeno se une al resto de la molécula. Así, tenemos un alcohol primario en forma de (-CH2OH), un alcohol secundario en forma de (--CHOH) y un alcohol terciario en forma de (---COH). 

El término "alcohol" es ampliamente entendido por el público en general como "etanol" y su fórmula es (C2H5OH). El metanol se considera un alcohol primario. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el término "alcohol" es un nombre general para un gran número de sustancias químicas que contienen el grupo hidroxilo del alcohol (-OH). 

El tipo de alcohol que se suele utilizar en las bebidas alcohólicas es el etanol, que se deriva de la fermentación del azúcar con la levadura. De hecho, todas las bebidas alcohólicas se elaboran mediante la fermentación de algún tipo de brebaje azucarado en etanol y CO2. Una vez ingerido el alcohol, el cuerpo lo convierte en un combustible a base de azúcar. 

Todos los alcoholes tienen acciones farmacológicas ligeramente diferentes. La mayoría de las bebidas alcohólicas contienen pequeñas cantidades de otros alcoholes, en particular los alcoholes alifáticos de cadena larga. Los alcoholes alifáticos tienen cadenas abiertas y también algunas cadenas cerradas.  En este sentido, el alcohol que más preocupa desde el punto de vista médico es el metanol (CH3OH). 

Los dos principales metabolitos del metanol, el formaldehído y el ácido fórmico, son mucho más tóxicos que el etanol, ya que pueden causar ceguera y una muerte rápida. En muchas partes del mundo, los bebedores empedernidos de alcohol metílico tienden a infligirse graves problemas orgánicos.

El consumo elevado de etanol está actualmente muy extendido en todo el mundo. Se ha calculado que un número importante de personas ingiere entre el 15% y el 25% de su energía total en forma de etanol. El metabolismo y los efectos nocivos del alcohol sobre las estructuras del sistema nervioso central están muy bien documentados. 

Una “borrachera” consiste en la intoxicación característica que provoca la ingestión exagerada de bebidas alcohólicas. Cuando el nivel de alcohol en sangre supera los 5 gramos / litro se pierde el conocimiento, se entra en coma, y puede sobrevenir la muerte. En tal caso el alcohol afecta el centro respiratorio del cerebro y la persona muere. El centro respiratorio, situado en el tronco encefálico del cerebro, controla de forma involuntaria la respiración.

Metabolismo del Alcohol

El hígado es el principal lugar de oxidación del etanol y representa más del 90% del etanol metabolizado a una concentración en sangre de aproximadamente 200 mg / 100 ml. El resto del etanol absorbido se excreta directamente a través de los pulmones, los riñones y la piel. En el hígado, el etanol se oxida primero a acetaldehído. La principal enzima responsable de ello es la enzima alcohol deshidrogenasa, una enzima dependiente del zinc que se encuentra en el citoplasma de los hepatocitos. 

La enzima alcohol deshidrogenasa humana está codificada por al menos siete genes y existe en forma de seis o más isoenzimas, compuestas por tres tipos de subunidades. Una isoenzima se refiere a cada una de las dos o más enzimas que tienen una función idéntica pero una estructura química diferente. Estas isoenzimas se distribuyen de forma diferencial en los tejidos, y la mayoría presenta la mayor actividad en el hígado. 

Se trata de una enzima muy inespecífica que cataliza la oxidación de otros alcoholes primarios y poli hídricos, como el metanol y el etilenglicol, respectivamente. La oxidación es un proceso en el que se elimina un electrón de una molécula durante una reacción química. En otras palabras, durante la oxidación hay una pérdida de electrones mientras que en la reducción hay una ganancia de electrones.

El segundo sistema hepático para catalizar la oxidación del etanol es la oxidasa de función mixta conocida como sistema microsomal de oxidación del etanol. Este sistema implica un citocromo específico conocido como P450, que también es capaz de oxidar muchos fármacos. Este hecho puede explicar por qué la ingestión de etanol es capaz de aumentar por competencia la concentración circulante de muchos fármacos. 

Alrededor del 5% al 20% de la producción de acetaldehído se debe a esta reacción, mientras que el 80% al 95% restante del etanol es oxidado por la enzima alcohol deshidrogenasa. Alrededor del 80% del acetato producido por la enzima aldehído deshidrogenasa sale del hígado y se somete a un metabolismo posterior en tejidos como los músculos esqueléticos y el corazón. 

Sin embargo, se ha demostrado que el acetato también puede convertirse en ácidos grasos, colesterol y aminoácidos. Un aspecto importante del metabolismo del etanol es la acción que ejerce sobre los niveles redox del citosol y las mitocondrias de los hepatocitos. El término "redox" significa oxidación y reducción consideradas conjuntamente como procesos complementarios.

Aunque existen todas estas vías potenciales para la reducción del NADH, un efecto muy característico del etanol es el cambio de la relación entre el NAD+ libre y el NADH libre en el citosol, que pasa de unos 1000 en ausencia de etanol a unos 250-300 en presencia de este. Este cambio se debe a un aumento de tres a cuatro veces en el NADH libre, mientras que la correspondiente disminución del NAD+ libre es insignificante. 

Como consecuencia de ello, las proporciones de lactato a piruvato y de 3-hidroxibutirato a acetoacetato aumentan sustancialmente en la sangre venosa que sale del hígado. Las letras NADH son la abreviatura de nicotinamida adenina dinucleótido, un importante cofactor o "asistente" que ayuda a las enzimas a realizar sus funciones bioquímicas en todo el organismo vivo.

Cuadro Clínico

Los trastornos por consumo de alcohol implican un patrón de consumo causante de un deterioro o malestar físico y psíquico significativo. El abuso de alcohol se caracteriza por una serie de rasgos que incluyen craving (antojos), tolerancia, beber más de lo previsto, esfuerzos infructuosos por reducir el consumo, dedicar un tiempo excesivo a actividades para obtener alcohol o bien recuperarse de su uso, consumir a pesar de existir consecuencias peligrosas, actividades vocacionales e interpersonales afectadas negativamente por la bebida, y/o el uso continuado del alcohol a pesar de los problemas derivados de su ingesta. La intoxicación por alcohol se caracteriza por lo siguiente: 1.- dificultad para hablar o habla farfullante; 2.- presencia de afecto lábil; 3.- alteración del raciocinio y el juicio; y 4.- mala coordinación motora. En los casos graves también puede existir hipoglucemia, estupor y coma.

Existen cinco factores fundamentales de riesgo del abuso del alcohol: 1.- ser varón; 2.- ser un adulto joven; 3.- poseer una predisposición genética, donde los gemelos homocigóticos tienen mayores tasas de concordancia que los visigóticos; 4.- ausencia de rubor o enrojecimiento facial, donde el riesgo de alcoholismo disminuye en aquellos individuos que muestran enrojecimiento facial inducido por el alcohol debido a la mutación del gen que codifica la enzima aldehído deshidrogenasa, causando que el acetaldehído sea metabolizado más lentamente; y 5.- presencia de factores estresantes de la vida, como problemas económicos, problemas de convivencia y emocionales de relación, y ciertas profesiones con alta carga estresante.

Alcohol e Hipoglucemia

La ingestión ocasional de alcohol provoca una hipoglucemia grave y la supresión del suministro de glucosa hepática en los seres humanos. La disminución resultante de la glucosa en sangre provoca un suministro inadecuado de glucosa al cerebro, lo que puede causar una grave alteración de la función cerebral y posiblemente la muerte. De hecho, un valor elevado de la relación NADH / NAD+ en el hígado es probablemente el factor principal en la supresión de la gluconeogénesis. 

El proceso de gluconeogénesis se produce principalmente en el hígado y los riñones, y consiste en sintetizar glucosa a partir de sus propios productos de descomposición o de los productos de descomposición de los lípidos o las proteínas. El aumento de la relación NADH / NAD+, característico de la oxidación del etanol, puede afectar a las secuencias glucogénicas de diferentes maneras.

Alcohol y Lípidos

En marcado contraste con los efectos sobre la glucosa plasmática, la ingestión de alcohol provoca una hiperlipidemia grave. La hiperlipidemia es un término general que hace referencia a cualquiera de los diversos trastornos adquiridos o genéticos que dan lugar a un nivel elevado de lípidos, como grasas, colesterol y triglicéridos, en la sangre circulante.

Alcohol y Vitaminas del Grupo B

El alcoholismo es la principal causa de desnutrición en los países con un suministro adecuado de alimentos. Las dietas típicas de muchos alcohólicos son significativamente pobres en vitaminas y minerales, aunque suelen ser adecuadas en energía. Para obtener las necesidades diarias recomendadas de vitaminas hidrosolubles del grupo B, por ejemplo, habría que beber unos cuarenta litros de cerveza o doscientos litros de vino. Los licores tienen una mayor concentración de etanol que los vinos y no contienen prácticamente ninguna vitamina. 

Además, la ingesta crónica de alcohol provoca, por un lado, un aumento de las necesidades de ciertas vitaminas y, por otro, una mala absorción, un menor almacenamiento y una mayor descomposición de algunas vitaminas. La consecuencia de estos efectos es que los alcohólicos pueden mostrar signos manifiestos de deficiencias vitamínicas, especialmente en el grupo hidrosoluble, como la vitamina B1 (tiamina), la vitamina B6 (piridoxina), la vitamina B9 (folato) y la vitamina B12 (cianocobalamina).

Palabras Finales

La población mundial actual se aproxima a los 8,000 millones de personas y la especie humana ya logro proporciones de plaga, o sea la capacidad para causar daños o desgracias que afectan a gran parte de la población y que, además, causan graves y a veces irreversibles perjuicios. Se viven tiempos difíciles colmados de enfermedad e incertidumbre, y donde resulta difícil o imposible distinguir y ubicarse entre lo verdadero y lo falso. Lamentablemente, y después de 6,000 años de historia, este es el triste panorama al cual hemos llegado. Además, todo apunta a que estamos otorgando mucho mas valor a aquellos factores relacionados con la economía monetaria que a los relacionados con la salud humana. 

En el año 2019 aproximadamente el 5% de los adultos padecieron estados depresivos y aproximadamente el 10% preocupaciones excesivas, nerviosismo, inquietud, insomnio, o ansiedad. Desde tal año la actual pandemia de COVID-19 ha aumentado considerablemente las necesidades de atención en salud mental al mismo tiempo que ha restringido el acceso. Las consecuencias a largo plazo permanecen desconocidas. 

Entre agosto 2020 y febrero 2021 hubo un aumento aproximado del 36% al 40% en adultos con síntomas de ansiedad o depresión. Mas del 12% de ellos se quejaron, y con razón, sobre sus reiteradas necesidades de atención en salud mental no satisfechas. Las urgencias hospitalarias relacionadas con la salud mental de los niños y adolescentes aumentaron aproximadamente un 30% entre los años 2019 y 2021, con aumentos correspondientes en el abuso de sustancias y suicidios. 

Numerosos deportistas que participaron en los juegos olímpicos de Tokio han puesto en clara evidencia la enorme fragilidad de la psique humana ante situaciones de estrés y presión constante. Todo ello causa un profundo y desagradable malestar interno con tendencia a querer escapar de la dura y estresante realidad. Para eso existen varias vías y mecanismos no del todo recomendables.

Lo que se conoce como “craving” consiste en el deseo, ansias, o necesidad psicológica de carácter intenso e irrefrenable por introducir una sustancia en el cuerpo o abandonar la abstinencia. El craving consiste en desear algo que uno mismo sabe que es altamente perjudicial para la propia salud física y mental. Eventualmente, el craving se convierte en un parasito imponente e imparable que toma control del propio organismo. Obviamente el craving no es un parasito per se sino un producto originado por el propio cerebro. De hecho, todo el mundo es vulnerable al craving, así como a las distintas adicciones, y oficialmente no existe tal cosa denominada personalidad alcohólica o personalidad con tendencia al abuso de sustancias.

Todo craving, por las razones o sinrazones que sean, procede del interior de uno mismo. No obstante, existe la posibilidad de atenuarlo o detenerlo por completo, si uno reconoce y acepta plenamente la situación, y se esfuerza en resolverla gradualmente y paso a paso. También, y como la negación de la realidad siempre esta presente en estos casos, es muy posible que uno precise ayuda profesional en la forma de medicación y/o psicoterapia para lograrlo. Sea cual sea el caso y siempre, el primer paso obligado consiste en reconocer que uno tiene un problema con el alcohol o con lo que sea, y actuar en consecuencia con un buen terapeuta a partir de ahí.

En tal caso el paciente aprenderá sobre la naturaleza de su craving y los factores que causan las recaídas, así comprenderá y será capaz de lidiar con las sensaciones de culpa y vergüenza que acompañan a estos procesos. El paciente también comprenderá el origen de sus emociones negativas y sus sensaciones de vació existencial que lo conducen hacia el abuso del alcohol o lo que sea de forma crónica. Eventualmente se examinarán una larga y decisiva serie de decisiones que lo conducirán hacia un mayor crecimiento y maduración como persona, un mayor grado de autocontrol, y los deseados cambios en sus pensamientos, sentimientos, y comportamientos.

Todas las drogas son peligrosas desde el punto de vista físico y mental cuando se consumen con regularidad y durante períodos prolongados. Ahora bien, ¿en qué momento el consumo de alcohol, drogas, sexo imprudente, juegos de azar, o cualquier otro comportamiento impulsivo e incontrolable se convierte en un serio problema? Según ciertas religiones, cualquier consumo de alcohol o drogas es considerado pecaminoso. Por otro lado, la mayoría de los gobiernos regulan el consumo de alcohol, drogas, juegos de azar, y las relaciones sexuales extramatrimoniales, entre otras actividades. 

Cabe aclarar que los especialistas en salud mental no suelen considerar tales impulsos o actividades como intrínsecamente anormales. De hecho, es normal que la mayoría de estas actividades sean placenteras, y por ello resultan tan tentadoras y difíciles de controlar y abandonar. En realidad, los profesionales de la salud mental se centran en si la actividad en cuestión se encuentra fuera o dentro del control del individuo, y si tiene un impacto negativo y/o destructivo sobre la propia vida o sobre la de los demás.

En todo caso, lo mas importante es no darse por vencido/a cuando se produce una recaída, y comenzar nuevamente lo antes posible. En retrospectiva, y figurativamente hablando, quizá la única y exclusiva valla de detención que el alcoholismo y las demás drogas y adicciones sean incapaz de superar consista en poseer un alto grado de autoestima. La autoestima se refiere a la manera como cada persona se evalúa a sí misma. Nos referimos a aquella solida, resiliente, e indestructible valla compuesta por tres elementos clave: 1.- el autovalor; 2.- la autoeficacia; y 3.- una clara y decidida aceptación y enfrentamiento a la realidad consensual en el aquí y ahora, y sea cual sea. El intento de escape de esa realidad conduce, de una forma u otra, a todas las adicciones anteriormente mencionadas – con el alcohol a la cabeza.

 

 

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