El Concepto de Estres

Guillermo Laich
24/12/2021 18:31

 

Mantra central del ajuste y la adaptacion al estres: "entrenar solo lo necesario, no todo lo posible; trabajar solo lo necesario, no todo lo posible; preocuparse solo lo necesario, no todo lo posible ..."

 

Hay terminos que ilustran no solamente una manera de vivir, sino también la naturaleza social del mundo en que vivimos. Según Bruce McEwen de la Universidad de Rockefeller, tres de tales terminos corresponden al el estrés, la alostásis, y la depresión. 

En terminos generales, el estrés es la reacción que se produce en una persona frente a acontecimientos valorados como desafios a su propia integridad. Concierne un patrón de respuestas específicas, tanto adaptativas como no adaptativas, que realiza un organismo ante un estímulo, que a su vez altera su equilibrio y exige o supera su capacidad de respuesta. En muchas ocasiones se utiliza, generalmente, en referencia a los factores que provocan respuestas subjetivas de ansiedad. 

La ansiedad que se deriva de estímulos estresantes, se manifiesta a menudo a través de respuestas individuales de falta de adaptación a escala fisiológica, cognitiva, y conductual, que obstaculizan el rendimiento global del sujeto. No obstante, junto a las situaciones potencialmente peligrosas, la intensidad de la reaccion subjetiva a los estímulos estresantes depende tambien de factores de personalidad, que orientan la interpretación cognitiva de la situación.

Por esta misma razón, lo que suele ser sumamente estresante para una persona puede no serlo para otra – tanto en terminos psicologicos como fisiologicos. Percepcion es realidad y todas las realidades son parciales..

No obstante, las reacciones que se suceden frente al estrés no son generales, pues dependen de cada individuo, sus recursos y sus demandas. En el actual contexto, el estrés se refiere a cualquier condición que tienda a elevar los niveles plasmáticos de catecolaminas en respuesta a estímulos exogenos o endogenos.

Adicionalmente, la definición de estrés puede caer dentro de tres categorias distintas: 1. el estrés como estímulo; 2.- el estrés como una respuesta; y 3.- el estrés como una interacción entre el organismo y su medio. Las causas de estrés no existen objetívamente ya que cada sujeto difiere de los demás en lo que considera como un factor estresante. 

En realidad, el termino estrés procede de la física. Una viga esta sometida a estrés cuando se la obliga a sostener un peso mayor del que puede soportar. Por analogía el termino se extendió también a las personas para hacer referencia a la situación de sobrecarga a la que pueden estar siendo sometidas. Si la sobrecarga se extiende excesivamente en el tiempo en ausencia de un tiempo adecuado de recuperacion fracasan los mecanismos de adaptación creando fatiga y una sintomatología especifica del estrés crónico.

En todo este proceso, la tensión o “strain” en Ingles, corresponde a la carga inherente de tensión que conlleva la reacción del organismo al factor estresante. 

Según Lopez Rosetti, se entiende por estrés: “aquella situación en la cual las demandas externas (sociales) o las demandas internas (psicológicas) – o bien las demandas fisiologicas del entrenamiento - superan la capacidad de respuesta del organismo. Se provoca así una alarma orgánica que actua sobre los sistemas nervioso, cardiovascular, endocrino, e inmunológico, produciendo un desequilíbrio psicofísico y la consiguiente aparición de la enfermedad.” 

De esta manera cuando se expone al organismo a un daño o a una amenaza, el resultado es un conjunto de reacciones y cambios fisiológicos que se conocen como respuesta de estrés, o simplemente estrés. Todos los estímulos estresantes, ya sean físicos o psicológicos, producen un patron básico y similar de cambios fisiológicos. Sin embargo, el estrés psicológico crónico es el que con mayor frecuencia se ha relacionado con la enfermedad. 

El estrés también puede ser concebido como un sistema de fuerzas que tienden a producir un desgaste sobre el organismo. El proceso suele seguir un patrón de acción evolutivo que Hans Selye delimito en tres fases bien definidas: 1.- alarma; 2.- adaptación; y 3.- agotamiento. 

En primer lugar, aparece una fase de alarma en la cual el organismo confronta al factor estresante y reacciona ante el; en segundo lugar se desarrolla una fase de resistencia en la cual el organismo intenta adaptarse a las demandas del factor estresante durante un tiempo determinado; y en tercer lugar, si el estresante continua activando el mecanismo del estrés, se produce una fase de agotamiento en la cual el organismo no lo tolera más, y eventualmente se rinde. 

El ser humano, desde las fases prenatales de su existencia, se ve empujado a reaccionar ante los estímulos psicofísicos (positivos y negativos) y ejercita modalidades de reacción con el fin de adaptarse lo mas adecuadamente a las demandas. El sindrome general de adaptacion (Selye, 1936), establece precisamente el cuadro relativo a las distintas manifestaciones que se combinan en un sujeto sometido a estrés (un estimulo que lo lleva a reaccionar) – donde se distinguen tres fases.

La primera fase, de alarma, se caracteriza por la aparición de alteraciones a cargo del las funciones del sistema nervioso simpático y, simultáneamente, por la disminución de las defensas generales del organismo (sistema inmunitario). Se producen variaciones en los distintos sistemas (muscular cardiocirculatorio, gastrointestinal, y hormonal) y el organismo se prepara para la acción.

En particular, el sistema responsable de la regulación del estado de vigilancia del sujeto es la formacion reticular ascendente (FRA), una densa red de structuras nerviosas situada en el tronco del encéfalo. La FRA se encuentra unida a todos los haces ascendentes (sensibilidad esteroceptiva, propioceptiva, y enteroceptiva) y, por ello, puede registrar toda la información que llega desde la periferia.

Recogiendo esos estímulos y enviandolos, bajo la forma de una señal específica, a los centros superiores (tálamo, hipotálamo, y corteza) puede poner al organismo en estado de alerta mediante la activación o hiperactivacion del sistema simpático. 

Cuando el estímulo especifico alcance, a través de las entregas aferentes, el área cortical adecuada, será posible identificarlo, señalarlo, y reaccionar rápidamente. Ademas, la FRA se encuentra conectada directamente o indirectamente, con el hipotálamo, a traves del cual puede intervenir en los aspectos emocionales, y gracias a su conexión con la hipófisis también puede intervenir en los procesos de regulación autónoma del sistema endocrino. 

Según Selye, superada esta primera fase crítica, aparece una segunda fase, de resistencia, durante la cual el organismo se adapta a la nueva situación y recupera estados de defensa normales. Su duración puede depender de la intensidad del agente estresante, el estresor, al cual se ve sometido, y de otras variables relacionadas con las condiciones físicas y psíquicas generales (como el tipo de entrenamiento, el volumen y la intensidad del entrenamiento, la dieta, el ritmo sueño-vigilia, el clima, etc.) del sujeto estresado.

Según Pancheri, superados ciertos niveles, a la fase de resistencia sigue una tercera fase, de agotamiento, en la que las defensas generales se situan nuevamente a niveles muy bajos, y si no intervienen mecanismos de recuperacion y si el agente estresante continúa actuando, el organismo puede llegar a condiciones de cansanio, de agotamiento, de tension, de enfermedad o, incluso, a la muerte. 

Ademas, el estrés puede provenir tanto de experiencias negativas como positivas y constituye, por eso, un fenómeno inevitable y, dentro de ciertos límites, una función de adaptación importantísima para la supervivencia de la especie. Los niveles óptimos de estrés influyen sobre el grado de estabilidad del organismo y sobre el nivel eficaz de su rendimiento. Si estos niveles son superados, el grado de activación se hace excesivo y se asiste a un estado de agitación que lleva a un desorden completo de las acciones. 

Analogamente, la total ausencia de estímulos o la intensa y prolongada experiencia de privación sensorial provocan un aumento de los niveles de estrés. Con referencia al valor subjetivo del estímulo estresante, se ha observado que, además de los estímulos físicos, también los de naturaleza psicológica o social pueden actuar como agentes estresantes, y por eso, en la realidad cotidiana, el individuo vive una condición crónica de sobreestimulación. 

Cabe aclarar que las respuestas de alarma y adaptación no se agotan, porque los estimulos son muchos y repetidos en el tiempo, mientras que sí se agota la energia adaptativa del organismo. Esto produce daños físicos y psíquicos y ello se debe a que las estructuras nerviosas controlan las respuestas fisiologicas y del comportamiento.

Las alteraciones de uno o de las otras provocan reacciones que afectan a todo el organismo, el cual, junto a la repetida actuación de determinadas respuestas tónicas (poca amplitud y larga duración), puede dejar de ser capaz de reestablecer el equilibrio funcional, incluso cuando el estímulo estresante, que imponía ese tipo de respuesta, no se produce.

Simplemente por el hecho de estar vivo, los cambios estresantes que se producen de manera natural son inevitables en nuestras vidas. De hecho, los cámbios repentinos, inesperados, e indeseados que se producen constantemente en nuestras vidas constituyen la base funcional del estrés en el ser humano. Pero existe una diferencia fundamental.

Tal diferencia se basa en que, si bien los cambios moderados y asimilables tienden a hacer la vida mas saludable e interesante, los cambios bruscos y fuertes pueden conducirnos al desgano, la apatía, y la enfermedad.

Un estresante es un evento estimulatório que requiere una respuesta adaptativa. Los factores estresantes constituyen una fuente de origen de estrés, y de hecho,  la suma total de los efectos adversos que un estresante cualquiera produce sobre el organismo conduce al estrés. Un factor estresante consiste en un estímulo que el organismo considera amenazante, desagradable, e indeseable.

Tambien puede ser un simple o complejo programa de entrenamiento fisico. Sea cual sea el caso, el organismo reacciona típica y defensívamente con una hiperactividad del sistema nervioso simpático asi como con una respuesta neuroendocrina. 

El factor estresante, por lo tanto, es el responsable de inducir la respuesta de estrés; mientras que el propio estres corresponde al estado inducido por el factor estresante. Por todo esto, el estrés corresponde a un patrón de respuestas específicas y no específicas del organismo ante estímulos estresantes que amenazan y/o alteran la  capacidad de adaptación.

En este proceso, la valoración cognitiva de la situación o contexto del estres que experimenta el individuo interacciona con el factor estresante. También interacciona con los recursos físicos, sociales, y personales disponibles por el organismo para hacerle frente e intentar lograr la adaptación a la demanda impuesta. 

No obstante, y en función de la individualidad y diversidad humana, de tiende a responder ante tales amenazas con respuestas variables que parten de perspectivas físicas, emocionales, conductuales, y cognitivas. Algunas respuestas tienden a ser mas adaptativas mientras que otras tienden a ser mas desadaptativas, e incluso pueden llegar a ser letales. 

Por definición, una adaptación consiste en una modificación en la estructura y/o función de un organismo que benefícia la vida en un medio interno o externo novedoso, alterado, o estresante. Las adaptaciones pueden ser del orden “positivas” si favorecen al organismo, o de orden “negativas” si desfavorecen al organismo. 

Independientemente del tipo de factor estresante que este presente, el organismo crea una alarma generalizada e indiscriminada que llega a todos los organos del cuerpo, produciendo una cascada de reacciones autonómicas de tipo simpáticas asi como hormonales, donde ambas preparan al cuerpo para luchar o huir del estresante percibido.

Cabe aclarar que la cuantia del estrés producido sobre el organismo no resulta tanto de la cantidad o de la calidad del evento estresante, sino mas bien de la manera en que cada organismo percibe o el poder que otorga al factor estresante, asi como de la percepcion de los recursos que tiene para afrontarlo.

Cuando un factor estresante es reconocido el organismo inmediatamente entran en acción con la finalidad de activar medidas defensivas para tratar con la urgéncia. El resultado es un estado de alerta y movilización de recursos biológicos que caracteriza al estrés.

En base a este proceso de percepción, los estresantes y la respuesta al estrés pueden poseer una carga positiva o negativa según la percepción individual de la situación por cada organismo en particular. La percepción de un estresante, asi como uno proceso de cognición, son factores individuales que depende de la carga genética del individuo, asi tambien como de su educación y previas experiencias.

El carácter humano no solo es constituido y formado por el estrés, sino que tambien determina la forma en la cual este reacciona ante el estrés. 

El estrés, percibido y administrado incorrectamente, y durante prolongados periodos de tiempo, tiende a efectuar un giro en redondo enfocando toda su fuerza sobre el própio organismo. En tales situaciones el estrés se convierte en un enemigo interno cuya actividad desadaptativa crónica debilita el sistema inmunológico hasta el punto de no ofrecer protección ante la enfermedad.

Si el estrés es bien percibido y administrado, puede enviar señales adaptativas al cerebro para liberar mas combustibles energéticos, proveer más fuerza para contrarrestar una situación inmediata, y fortalecer al organismo para el próximo encuentro adaptativo. 

Por todo esto las actuales y masivas cantidades de investigación sobre el estrés nos envía un claro mensaje: no hay que eliminar todo el estrés de nuestras vidas, sino que hay que buscar sus niveles óptimos. O bien: “no se debe entrenar todo lo posible, sino solo lo necesario.”

La gran parte de los conocimientos actuales sobre el estres se deben a los trabajos del investigador canadiense Hans Selye. Selye fue el primero en describir la respuesta de estrés en la década de los años cincuenta, y rapidamente se dió cuenta de su naturaleza dual o bipolar. A corto plazo el estres produce cambios adaptativos que ayudan al organismo a responder ante el estímulo estresante.

Tales cambios toman la forma de movilización de recursos de energía, inhibición de la inflamación, y resistencia a la infección. A largo plazo el estrés tiende a producir cambios desadaptativos tales como el aumento del tamaño de las glandulas adrenales.

En su momento, Selye atribuyo la respuesta de estrés a la activación del sistema del hipotálamo, hipófisis anterior o pituitaria, y corteza adrenal. Este sistema también es conocido como el eje HPA, donde sus siglas significan hipotálamo, pituitaria (hipófisis), y glandula adrenal.

Selye eventualmente llego a la conclusión de que los estimulos estresantes que actuan sobre los circuitos neurales estimulan la liberación de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) desde la hipófisis anterior; que la ACTH provoca a su vez la liberación de glucocorticóides por la acorteza adrenal; y que los glucocorticóides producen muchos de los efectos de la respuesta al estrés.

En toda esta cascada hormonal, la medida fisiológica del estrés empleada con mas frecuéncia corresponde al nivel de glucocorticoides circulantes.

Al otorgarle tanta importancia a la función del eje HPA, Selye, en gran medida dejó de prestar atención a las funciones del sistema nervioso autónomo simpático. En la actualidad se sabe que los estimulos estresantes, aparte de activar el eje HPA, tambien activan el sistema nervioso autónomo simpático, con la consecuente liberación de adrenalina y noradrenalina por parte de la medula adrenal.

Hoy en día, las teorias mas modernas del estrés reconocen el papel de ambos sistemas: el hormonal via el eje HPA, y el sistema nervioso autonómo simpático.

Según Selye existen tres lecciones básicas que nos enseña la reacción general del estrés: 1.- que el organismo es capaz de afrontar los estresantes y las agresiones mas diversas mediante un mecanismo que pone en marcha un respuesta adaptativa generalizada; 2.- que tal mecanismo puede ser comprendido objetivamente mediante efectos fisiológicos, bioquímicos, y hormonales tales como cambios estructurales en ciertos organos o en la producción de ciertas hormonas; y 3.- que esta información básica es esencial y necesaria para establecer los fundamentos científicos de cara a nuevos estudios y tratamientos.

En otras palabras hemos visto que el organismo posee una serie de mecanismos complejos de equilíbrio dinámico que a su vez ayudan a mantener el equilíbrio del medio interno, o sea la homeostasis. Tales mecanismos son altamente efectivos en terminos de adaptar al organismo a casi cualquier eventualidad de la vida.

La funcionalidad biológica esencial de tales sistemas concierne la preservación de la vida, no de provocar su destrucción. No obstante, esta sofisticada maquinária biológica de millones de años de evolución no siempre funciona de una manera adaptativa.  

En ocasiones las respuestas al estrés son demasiado débiles o demasiado breves, de tal manera que no ofrecen una protección adecuada ante el estímulo estresante. En otras ocasiones las respuestas son demasiado fuertes y demasiado prolongadas, de tal manera que es el propio organismo el que inflige daños sobre si mismo.

Gran parte de los humanos invierten la mayoría de su energía en proteger sus fronteras físicas y psicológicas. De hecho, en el organismo siempre existe una batalla para poder defenderse de fuerzas invasivas que podrian producir daño al organismo y/o a su atmosfera psicológica. 

Cuando el organismo sufre una injúria, este suele producir un cese de toda actividad que no se relaciona con su curación y su regeneración. Incluso durante los periodos de salud, la mayoría de la energía disponible suele ser invertida en hacer entrar y salir materiales para conservar la estabilidad interna (homeostasis), y por lo tanto el bienestar y la salud. 

Este proceso constante, en el cual el organismo activa tales sistemas, es sumamente complejo, pero a modo de sintesis podemos decir que esencialmente el ser humano depende de tres sistemas fisiológicos interrelacionados para mantener la homeostasis y por lo tanto la salud: 1.- el sistema nervioso; 2.- el sistema endocrino; y 3.- el sistema inmunitario.

Por lo tanto, la manutención de la homeostasis, o sea de un medio interno estable y consistente con la vida, es una tarea de proporciones monumentales que requiere miles de respuestas orgánicas respecto a una multitud de stimulos y cambios que se suceden con gran rapidez. Tanto la salud como la operatividad del sistema homeostatico depende de la capacidad del organismo para hacer frente a las demandas del medio externo mediante los tres sistemas fisiológicos mencionados anteriormente. 

En primer termino, el sistema nervioso comprende la base de la consciencia, y por lo tanto es el centro de dirección y comunicación tanto para los cambios internos como externos, asi como el regulador de las respuestas internas y externas. También actua a modo de mediador entre la consciencia y el propio cuerpo físico.

Cuando por algún motivo u otro el cerebro recibe demasiada información y demasiado de prisa – proceso que se denomina “sobrecarga” – lo que sucede es semejante a intentar beber agua de una manguera de incendios de alta presión. 

En tales situaciones el cerebro simplemente se encuentra sobrecargado de información y no es capaz de procesarla corréctamente y a su debida velocidad. Este proceso constituye un factor estresante.

El sistema nervioso central comprende al cerebro y a la medula espinal. No obstante, y dentro de la estructura general, se encuentran dos subsistemas: 1.- el consciente o sistema nervioso voluntario (SNV); y 2.- el inconsciente o sistema nervioso autonomo (SNA). Estos dos subsistemas se desarrollaron en distintos periodos de la evolución humana.

El SNA posee dos patrones o modos operativos básicos denominados simpático y parasimpático, que adaptan al organismo a funciones prácticamente opuestas, pero también igualmente de esenciales.

El SNA con sus 2 ramas: simpática y parasimpática, pertenece al sistema nervioso periférico conjuntamente con los 12 nervios craneales y los 31 nervios espinales voluntarios, y cumple una función eminentemente integrativa, ya que casi todas las funciones del cuerpo dependen del funcionamiento central y periferico del SNA. Estamos hablando de funciones del sistema cardiovascular, del sistema gastrointestinal, de los sistemas evacuativos y organos sexuales, de la regulación de la temperatura y el metabolismo, y de la defensa de los tejidos. 

Ademas, el SNA lleva las señales del SNC a todos los organos y tejidos del cuerpo excepto a las fibras musculares esqueléticas. Es evidente que el funcionamiento equilibrado del SNA, en sus vertientes simpática y parasimpática, corresponde a una función básica tanto para la supervivencia como para el bienestar humano. En terminos generales cuando se activa la rama simpática hay mucho a lo cual el organismo debe adaptarse, y cuando se activa la rama parasimpática hay poco a lo cual debe adaptarse. 

La respuesta simpática corresponde a un patron de alerta, activación, y alarma general de tal manera que el organismo pueda operar mediante una respuesta de lucha o huída contra cualquier amenaza o peligro externo. Este patron de respuesta también esta caracterizado por una reacción emocional que puede llevar al organismo al limite. 

No obstante, y a pesar de la intensidad de la reacción simpática, el organismo es incapaz mantener tal estado de activación y movilización indefinídamente, y en consecuencia necesitara periodos de relajación y reconstitución proporcionados por los patrones estimulatórios ejercidos por el sistema parasimpático. En caso de que esto no suceda, el sistema simpático se mantendra activado cronicamente, y eventualmente procedera a agotarse.

La respuesta parasimpática implica todo lo contrario de la respuesta simpática y se caracteriza mediante la implementación de patrones de relajación, recuperación, y regeneración. Tal respuesta permite que los nutrientes sean digeridos o excretados, y que los músculos se relajen.

En segundo termino, la respuesta simpática activa el sistema hormonal para que se produzca el sindrome de adaptación general (SAG). De hecho, varios cámbios tanto neurológicos como hormonales son producidos en la primera fase de alarma del sindrome de adaptación general. Una vez que el SAG es activado el organismo inícia un proceso de resisténcia aguda haciendo entrar en acción su sistema de defensas. 

En tercer termino encontramos al sistema inmunitário que posee sus propias unidades autónomas de inteligéncia molecular asi como otras diversas y variadas formas de artillería molecular para coordinar su misión defensiva.

En el eje central de este proceso existen una serie de sistemas con propiedades estimulatórias e inhibitorias. La activación de estos sistemas depende de acciones tipo causa y efecto. No obstante, y en algunas ocasiones, pierden el control de sus sistemas de retroalimentación negativa tornandose cada vez mas auto-destructivos. 

El eje HPA configura el ejemplo clasico de un sistema estimulatório con una miriada de acciones, reacciones, y sistemas de control basados en la retroalimentación negativa. Tambien configura un perfecto ejemplo de un sistema que en ocasiones puede perder el control y activarse a si mismo mediante procesos de retroalimentación positiva, y en consecuencia entrar en una función de sobreactivación desadaptativa.

Normalmente el eje HPA funciona a modo de un sistema clónico y pulsatil cuya función es controlar la producción de energía asi como la adaptación al estrés. El producto final de este sistema suele ser los glucocorticóides (cortisol), asi como una serie de hormonas adicionales con amplios y multifuncionales efectos catabólicos y estimulatórios, incluyendo la liberación de glucosa de los depósitos hepáticos. 

Las glandulas adrenales son dos glandulas híbridas compuestas de una corteza, que contiene una zona glomerular, una zona fasciculada, y una zona reticular. La zona glorerular de la corteza segrega mineralcorticoides en forma de aldosterona (95%), la zona fasciculada  segrega glucocorticoides en forma de cortisol (95%) y cortizona (5%), y la zona reticular segrega androgenos. La medula adrenal segrega adrenalina y noradrenalina. 

Las funciones fisiológicas primordiales de la aldosterona son: 1.- incrementar la retencion renal de sodio; 2.- incrementar la retension de agua; y 3.- incrementar la excresion renal de potasio e hidrogeniones. 

Las funciones fisiologicas basicas del cortisol son actuar como: 1.- hiperglucemiante; 2.- glucogénico; 3.- gluconeogénico 4.- lipolítico; 5.- catabólico de proteinas; 6.- antagonista de la insulina en musculo y grasa; 7.- supresor del sistema inmune; 8.- anti inflamatorio; y 9.- factor influyente en el estado de animo y el comportamiento. 

La adrenalina y la noradrenalina son moleculas similares que producen practicamente los mismos efectos – pero no obstante existen algunas diferencias. La adrenalina es una hormona con las siguientes propiedades: 1.- liberación lenta; 2.- acción generalizada; 3.- eliminación lenta; y 4.- efectos a largo plazo. Corresponde a la catecolamina principal en la regulación del metabolismo.

En contraposición, la noradrenalina es un neurotransmisor con las siguientes propiedades: 1.- liberación rápida; 2.- acción local; 3.- eliminación rápida; y 4.- efectos a corto plazo. Corresponde a una catecolamina con importantes funciones metabólicas y como neurotransmisor en el sistema nervioso autónomo simpático.

Esta respuesta fisiologica al estres, mediada por el eje HPA, es el resultado de un proceso paralelo de estimulos con efectos positivos y negativos que, al llegar a la intensidad de umbral a nivel del núcleo paraventricular del hipotálamo (NPV), activan las funciones del eje HPA. No obstante, se debe tener claro que existen dos sistemas responsables de la activación de este proceso, conocidos como sistema primario o sistémico, y el sistema secundario o neurogénico. 

El sistema primario, también conocido como sistémico, concierne un mecanismo de máxima prioridad para la supervivencia del organismo. Su activación requiere una respuesta inmediata ante un estresante crítico a modo de un flujo contínuo de estimulos que se dirigen a la región del núcleo paraventricular (NPV) del hipotálamo. Los estresantes críticos que pueden causar tal respuesta corresponden a una pérdida importante de la volémia, o bien una seria insuficiéncia respiratória, entre otras. 

Cuando esto sucede, todos los mecanismos de restricción e inhibición son automáticamente anulados, y el organismo entra en un modo de respuesta crítica, sistémica, e inmediata ante el factor estresante que esta poniendo en peligro su supervivéncia. 

El sistema secundario, tambien conocido como neurogénico, requiere una serie de procesos preliminares de activación cerebral para determinar si el estres posee suficiente relevancia para provocar la activación del núcleo paraventricular (NPV) del hipotálamo. Este proceso requiere una conducción directa del mensage estimulatório, tal como dolor, a traves de la corteza cerebral, la corteza prefrontal, el hipocampo, la amigdala, el septum, y otras regions cerebrales adicionales.

El locus coeruleus es una estructura cerebral capaz de liberar cantidades masivas de catecolaminas, en su mayoría noradrenalina, que pueden producir el efecto de un ataque de pánico en su máxima expressión. Debido a lo anterior, su activación es capaz de activar indirectamente el núcleo paraventricular del hipotálamo (NPV). Además, toda estimulación de tipo estresante, mediada a traves del rafe dorsal, también constituye un sistema moderado de estimulación del sistema compuesto por el núcleo NPV y el eje HPA.

Anatómicamente hablando, el locus coeruleus esta ubicado en el suelo del cuarto ventriculo, especificamente en la parte anterior de la protuberancia. Corresponde al principal núcleo noradrenergico del cerebro. Gracias a sus multiples proyecciones dirigidas hacia diversas areas  del cerebro y la medula espinal, esta pequeña estructura regula la excitación y la atención, asi como el tono del sistema nervioso autónomo.

En función de su estrecha conexión con la amigdala, el locus coeruleus es activado cuando un sujeto percibe que existe un estresante a modo de un peligro o amenaza. 

A diferencia del locus coeruleus que actua como fuente especificamente adrenergica, la amigdala es una estructura cerebral cuya neurotransmisión depende de las tres catecolaminas: adrenalina, noradrenalina, y dopamina. La activación de la amigdala se refleja en respuestas adaptativas que preparan al organismo para huir o luchar ante la amenaza percibida. 

Debido a que el estres de alta intensidad siempre crea un estado de hiperactividad crónica en el locus coeruleus, los indivíduos que han sufrido un trastorno de estres post traumático suelen experimentar sintomas de lucha o huída, tales como aumento del reflejo de excitación o sobresalto, hiperactividad autonómica, y niveles aumentados de vigília, en respuesta a estimulos de relativamente baja intensidad que no constituyen una franca amenaza para el organismo – pero que facilitan el recuerdo del evento estresante original.

Adicionalmente, varios cámbios en la cantidad y calidad de los líquidos y electrolítos, asi como modificaciones en la presión arterial, pueden causar una liberación inmediata de varios peptidos, siendo uno de ellos la angiotensina II, que posee un efecto indirecto sobre el núcleo NPV y el eje HPA.

Esta modulación multisistémica referente al proceso de filtración del estres corresponde a un requerimiento variable y previo a la carga de activación del núcleo NPV. No obstante, una vez cargado a su nivel de umbral, el núcleo NPV activa el eje HPA, y la respuesta sistémica ante el estrés se pone en marcha de manera irrevocable.

Aparte de los procesos mencionados anteriormente, el eje HPA constituye solo un aspecto de las múltiples funciones del sistema límbico en el proceso integral de la respuesta al estres. El sistema límbico influye en multiples areas adicionales del cerebro, donde el núcleo NPV y el eje HPA constituyen solo uno de ellos.

Los sistemas involucrados en los relevos finales de este proceso aseguran un control apropiado del grado de intensidad de la respuesta proveniente del eje HPA, donde parte de ella puede incluso cronificarse y convertirse en hábito mediante un proceso que combina el aprendizaje y la memória celular.

Con respecto a los glucocorticoides, es sabido que los niveles de cortisol fluctuan a lo largo de un periodo de venticuatro horas, en el cual esta también involucrado el ritmo circadiano. De hecho las variaciones son amplias ya que los niveles de cortisol llegan a ser cuarenta veces superiors por la mañana – o sea hasta 150 ng/ml – y decendiendo hasta casi cero ng/ml por la tarde.

En situaciones de estrés, el cortisol, puede incluso llegar hasta los 400 ng/ml. No obstante, y dependiendo del momento en que aparece el factor estresante, este efecto puede ser mayor o menor. Si el estrés es de muy alta intensidad, la hora del día en que se produzca sera irrelevante ya que la respuesta de cortisol siempre sera elevada.  

A pesar de estas elevaciones, despues de un evento estresante el organismo tiende a retornar a sus niveles basales de cortisol. Inicialmente, y en primer termino, parte de la señal estresante sera amortiguada debido a la liberación de beta endorfinas. Tal liberación a su vez tiene una acción inhibitória sobre el eje HPA. En Segundo termino, la presencia de niveles elevados de cortisol tendran un efecto de retroalimentación negativo sobre la subsiguiente activación hipotalámica. 

De esta manera, y en una primera fase, el organismo acusa el estres; luego en una segunda fase, procede a responder mediante una activación; y finalmente en una tercera fase se desactiva para volver a la normalidad. En caso de que esta última fase se extienda indefinidamente, o bien no se produzca, el organismo eventualmente se agotara, incluso con posibilidades de morir.

Por todo esto, y como hemos dicho anteriormente, la totalidad del proceso de respuesta ante el estres puede ser considerado como un evento clónico y pulsatil.  

Este bién diseñado sistema de estimulación aguda, clónica, y pulsatil produce resultados desadaptativos cuando se convierte en crónico, tónico, y pierde su caracter pulsatil. El resultado sería una activación continuada sin opción a la desactivación.

Una activación prolongada del hipotálamo de este tipo conduce inexorablemente a un fallo en los mecanismos de retroalimentación negativa de tal manera que el eje HPA se convierte en un sistema cuya activación pasa de ser clónica a crónica y tónica, y caracterizada por niveles constantemente altos de glucocorticoides. Este proceso, a su ves, puede ser la causa de trastornos orgánicos de elevada gravedad.

Intentar ejercer una influéncia moduladora sobre el control del eje HPA concierne proceso delicado y complejo. Tal es asi que una insuficiente activación por parte del factor estresante sobre el eje HPA puede crear una insuficiente o inadecuada respuesta de adaptación, mientras que una excesiva – y tambien inadecuada - activación tambien puede conducir a adaptaciones indeseadas. 

Desafortunadamente no existen pruebas sencillas sirvan para cuantificar las distintas respuestas al estres. Tampoco existen parametros que delimiten con exactitud cuales son los niveles de respuestas mas optimas e idóneas.

Los trabajos de investigación actual apuntan a que el medio neuropsicobiológico, que ejerce influencia sobre el comportamiento humano, asi como sobre la respuesta ante el estrés, se asemeja a un recipiente de plástico lleno de un fluido donde una pequeña alteración en cualquier punto sirve como punto de partida para transmitir y provocar repercusiones interactivas en la totalidad del sistema. Ademas, es muy probable que en la actualidad solo estemos estudiando una pequeña e insignificante parte del sistema. 

Por lo que podemos deducir de todo lo anterior, el estrés representa un enemigo engañosamente simple e ilusório. Adicionalmente, cometeriamos un grave error si solo consideramos al estrés como una entidad de caracter exclusívamente externa. De hecho, la gran parte del estrés que sufre el ser humano corresponde al estrés generado por las própias respuestas psicofisiológicas ante los cambios externos, asi como ante las amenazas y dificultades percibidas.

Cuando la percepción se distorsiona ante la presencia de un factor estresante, la reacción de estrés es tipicamente excesiva. En tal caso la cascada de eventos neuroendocrinos que se desatan dentro del organismo causa trastornos negativos. 

A medida que se considera el estres como una reaccion al medio en que se vive, asi como una reacción a la própia atmósfera psicológica interna el control del proceso suele ser mayor. Cuando se reconoce y amplifica el control consciente que se posee sobre la respuesta al estrés, las posibilidades de tratar de una manera mas efectiva con la totalidad del proceso mejoran significatívamente.

 

Añadir un comentario:

Nombre:

E-Mail: (no será público)

Comentario:

Enviar >>