Vispera de la Destrucción

Guillermo Laich
29/03/2022 00:43

 

 

Ahora, dime … una y otra y otra vez, mi amigo … que no crees que estamos en la víspera de la destrucción ... 

 

 

Nuestro mundo está explotando

La violencia abunda y las balas se cargan

Tenemos edad para matar, pero no para consumir alcohol o votar

No creemos en las guerras, pero llevamos el fusil al hombro

Y en las aguas del Rio Jordan flotan cuerpos sin vida


Ahora, dime … 

Una y otra y otra vez, mi amigo …

¿Que no crees que estamos en la víspera de la destrucción?


Quizás no entiendas lo que te quiero decir, mi amigo …

Quizás no sientas los miedos que siento hoy …

Si alguien aprieta el botón, no existirá escapatoria alguna

No habrá nadie a quien salvar, ya que el mundo yacerá en su tumba

Solo mira alrededor de ti, mi amigo … 

Te aseguro que te asustaras 


Ahora, dime … 

Una y otra y otra vez, mi amigo …

¿Que no crees que estamos en la víspera de la destrucción?


Mi sangre esta tan llena de ira que esta a punto de coagularse 

Aquí me siento solo a contemplar

No puedo distorsionar la verdad, ya que esta no conoce reglamentos

Y un pequeño grupo de senadores no pasan ninguna legislación

Y las marchas y manifestaciones solidarias no aportan ninguna solución

Cuando el respeto humano va camino a la desintegración

Esta claro que este mundo loco resulta demasiado frustrante


Ahora, dime … 

Una y otra y otra vez, mi amigo …

¿Que no crees que estamos en la víspera de la destrucción?


Piensa en todo el odio acumulado en el mundo

Pieza en todo el odio acumulado a tu alrededor

Puedes escapar al espacio cuatro o mas días

Pero al bajar a la Tierra, será el mismo sitio de siempre

Escucharas tambores de guerra, y sentirás orgullo y desgracia

Incluso podrás enterrar los caidos sin dejar huella

Podrás odiar a tu vecino, pero no olvidar dar las gracias


Ahora, dime … 

Una y otra y otra vez, mi amigo …

¿Que no crees que estamos en la víspera de la destrucción?

 

Las palabras que acaban de leer corresponden a una canción que lleva el mismo titulo que encabeza este articulo: “víspera de la destrucción.” Fue escrita por P.F. Sloan en el año 1965 e interpretada por Barry McGuire cuando este ultimo solo tenia 19 años. 

Si bien han transcurrido 57 años desde que la canción se emitió por vez primera, es muy probable que su contenido tétrico y pesimista sobre la agresividad e inmadurez humana sea considerablemente mas relevante en el momento actual (año 2022), de lo que fue en el año de su emisión. Desde entonces no hemos aprendido nada.

Ahora bien, ¿exactamente que motivo a P.F. Sloan para que escribiese una canción de protesta de tal magnitud en contra de la misma humanidad?  Según el mismo Sloan, lo hizo a modo de una plegaria a la divinidad expresada en forma poética. En tal poema Sloan pedia una mayor claridad y comprensión respecto al deplorable y peligroso estado de un mundo y su gente al borde de la destrucción total. 

Posteriormente, Sloan aclaro que no albergaba deseo alguno en continuar viviendo en un mundo dónde el odio, la agresividad, y la hipocresía valían mucho mas que el amor y la belleza. La música para la canción fue desarrollada cierto tiempo después de la escritura del poema.

El ser humano es un animal eminentemente competitivo, agresivo y territorial por naturaleza, así como egoísta impenitente. Pero el ser humano también es un animal social que necesita la cercanía, la interacción, y el apoyo de otros de su propia especie. Por otro lado, también precisa tener determinados adversarios de quienes se pueda diferenciar, comparar, y contrastar. Todo ello con el singular objeto de lograr afirmar su sentido de la propia identidad. 

Que el ser humano es una criatura agresiva por excelencia es algo que difícilmente discutirá cualquier persona cuerda y con una mente racional. Salvo la excepción de ciertos roedores como la pequeña musaraña, ningún otro vertebrado mata habitualmente a miembros de su misma especie. Es mas, ningún otro animal disfruta practicando actos de la mas espantosa crueldad sobre otros de su misma clase. 

Si bien los actos de crueldad humana suelen ser atribuidos a instintos atávicos procedentes de anteriores etapas de la evolución biológica vía selección natural, lo cierto es que nuestra especie es, con gran diferencia, la mas despiadada de cuantas habitan el planeta. A modo aclaratorio, por instintos atávicos entendemos aquellos instintos que proceden de tiempos y antepasados remotos, y que permanecen latentes y listos para su brutal expresión en las generaciones inmediatas.

Generalmente describimos los ejemplos mas repulsivos de la crueldad humana como algo inhumano, brutal, o bestial. Con estos tres adjetivos damos a entender que semejante comportamiento es característico de animales considerablemente menos desarrollados que nosotros. A decir verdad, sin embargo, los casos extremos de comportamientos “brutales” y “bestiales” están limitados al ser humano, y nuestro salvaje trato mutuo no tiene paralelo en la naturaleza. 

Lo tristemente cierto es que somos, con gran diferencia, la especie mas cruel y despiadada que jamás haya pisado la tierra. Aunque podemos sentirnos profundamente avergonzados y horrorizados cuando nos enteramos en un periódico, algún libro de historia, o un noticiero televisivo sobre las atrocidades que el ser humano ha cometido con otros seres humanos en los últimos seis mil años de historia, en nuestro fuero interno sabemos perfectamente bien que cada uno de nosotros alberga dentro de si los salvajes e irrefrenables impulsos que conducen al abuso, al maltrato, al asesinato, a la tortura, y a la guerra.

La preocupación actual de la sociedad occidental por el problema de la agresividad humana esta dictada por el temor a la destrucción total de la vida en el planeta por las armas nucleares que constantemente nos amenazan a todos. De hecho, y en estos momentos, el problema y la amenaza de una guerra nuclear es mas apremiante de lo que jamás lo ha sido en la historia del ser humano. Lamentablemente, a este punto hemos llegado hoy en dia.

En términos analíticos, las complejidades eminentemente emocionales e irracionales inherentes a las circunstancias que provocan las guerras son tales que ni una sola persona aislada ni un único punto de vista son capaces de abarcarlas y comprenderlas en su totalidad. Es mas, quien prometa una solución para semejante problema seria demasiado presuntuoso para merecer credibilidad y/o confianza y, en consecuencia, en este articulo no se adelantará ningún tipo o clase de solución. 

En su momento el filosofo ingles Thomas Hobbes (1588-1679) afirmo que “el hombre es un lobo para el hombre.” No cabe duda que Hobbes se estaba refiriendo a los instintos agresivos y predatorios de los cuales hablamos anteriormente y que anidan en el ser humano, no solo de cara a otros animales, sino también de cara a otros miembros de su misma especie.

La enorme cantidad y variedad de crímenes, asesinatos, y matanzas de toda índole que el ser humano viene perpetrando con otros seres humanos desde los albores de la humanidad hasta el momento presente, dan cuenta de la parte de verdad que entraña la frase de Hobbes.

Si tuviese el don de la conciencia respecto a los prejuicios humanos, quien realmente tendría todo el derecho a protestar ante tal afirmación, seria probablemente el mismo lobo. Además, su protesta estaría basada en dos razones de peso. 

Primero, alegaría el lobo, tal frase da por sentado que el lobo representa un prototipo de agresividad y maltrato para el ser humano, al colocarlo en esta frase como modelo. En cambio, la realidad demuestra que los asesinatos mas viles, las torturas mas crueles, y las matanzas mas monumentales las ha cometido el ser humano. 

Díganme, ¿que lobo ha empalado a otro lobo?, ¿qué lobo ha hecho morir de hambre lentamente a otro lobo?, ¿que lobo le ha sacado los ojos a otro, partido el cráneo, cortado el rabo, mutilado los genitales, y descuartizado lentamente hasta su ultimo aliento? No se molesten en buscar a tal lobo ya que simplemente no existió en el pasado, ni existe en la actualidad, ni existirá en el futuro. Solo el ser humano es capaz de tales barbaridades

Segundo, alegaría el lobo, la frase de Hobbes es técnicamente incorrecta. Y lo es porque el lobo ataca, pero ataca a las ovejas y no a otro lobo, o quizás no tanto como el ser humano a otro ser humano. Así que, concluiría el lobo plenamente satisfecho con su discurso, aplicando una mayor precision conceptual podríamos afirmar que “el lobo es un hombre para el lobo,” en el mismo sentido, pero a la inversa, que la frase de Hobbes. Por todo ello, no cabe duda que el ser humano es un formidable modelo de agresividad descontrolada. 

Continuando con el concepto de lobo, existe un interesante cuento corto del frances Boris Vian (1920-1959) titulado “El lobo-hombre, escrito entre los años 1945 y 1952.  El cuento narra la historia de un lobo llamado Denis que es un fiel admirador del ser humano. Y no porque deseara comérselo, sino porque anhelaba ser uno de ellos. cada noche de luna llena se encaminaba hacia la ciudad de París para coleccionar algunos objetos de uso cotidiano del ser humano.

Pero su pasion no acaba ahí ya que Denis también espiaba a las parejas mientras se amaban en la oscuridad. Una noche, sorprendido espiando mientras hacia su ronda nocturna, fue visto por un mago —el mago del Siam – quien lo muerde. A partir de ese momento, Denis ya no es el mismo y - a diferencia de la clásica leyenda del hombre lobo— cada noche de luna llena se convierte en hombre.

Denis decide aprovechar esto y se propone vivir y hacer lo que hacen los humanos, tanto en lo bueno como en lo malo. Al observar que comienza a atardecer, Denis abandona la ciudad, mientras regresa a su forma natural. Cuando por fin la recupera, se da cuenta de que ahora es un lobo cargado con problemas humanos, y la tranquilidad de la que gozaba siendo simplemente un lobo se ve interrumpida por todo el peso de una humanidad irrespetuosa, agresiva, y despiadada.

En ese momento se da cuenta de que la esencia humana, que ahora corre por sus venas, lo ha llevado a concebir el peso existencial eminentemente negativo que conlleva ser un ser humano. En resumidas cuentas, el lobo Denis estaba mucho mejor siendo un simple lobo.

Pues bien, y típicamente, el ser humano definitivamente no es un lobo, pero siente necesidad y verdaderas ganas de controlar y afirmar su superioridad frente a los demás haciendo que los demás acaten sus ordenes … por las buenas o por las malas. Por lo tanto, el estudio de la agresividad humana y de su control tiene interés para el problema de la guerra, aunque, por si solo, no puede de ninguna manera proporcionar una respuesta satisfactoria y/o completa.
 

Entretanto, debemos hacer lo que podamos con conceptualizaciones inconclusas tales como especulaciones, conjeturas, e hipótesis incompletas. Elementos, todos ellos, que aun se encuentran muy lejos de poder ser verificados y comprobados categóricamente.

Finalmente, y en el ultimo análisis, solo cabe esperar y confiar en que algunas pocas mentes inteligentes, educadas, tranquilas, pacificas, respetuosas, y maduras sepan guiar los pasos de la humanidad en estos tiempos tan difíciles, agresivos, peligrosos, e impredecibles que vivimos.

Francamente hablando, y en terminos generales, aun no hemos aprendido nada de nada ...

 

 

 

 

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