De Altamira a La Real Academia

Guillermo Laich
23/01/2013 15:42

Pablo Picasso (1881-1973) importante pintor y escultor español del siglo XX: “El arte es una mentira simbolica que nos permite comprender la realidad.” 

Guillermo Laich (1945 -): doctor en medicina y profesor universitario: "La educación no consiste en aprender un oficio o llenar la mente de una infinidad de datos sueltos y desconexos; sino en aprender y comprender lo que realmente significa la vida, estableciendo nuevas conexiones asi como encendiendo un autentico y apasionante fuego creativo en la mente." 

 

 

La historia del ser humano, tanto individual como en grupos, es la historia de un vertebrado evolutivamente avanzado en constante busqueda de alimentos para poder sobrevivir y reproducirse. La prehistoria de este ser humano, ademas, representa un tiempo de gran mobilidad o nómada por excelencia. De hecho, todos los pueblos de la prehistoria humana fueron nómadas antes de desarrollarse la agricultura y la ganaderia como medios de subsistencia. Muchos pueblos continuaron siendo nómadas aun después de esta época. 

No obstante, y gracias a tal impulso, deseo, o necesidad de mobilidad, de caracter constante, todos los continentes lograron ser colonizados por el nomadismo de la especie humana. Se estima que tal mobilización o diseminación comenzó hace unos dos millones seiscientos mil años, y partiendo desde un foco comun: el continente africano.

Para elevar nuestro grado de precisión semantica, el termino "nómada o nómadas" se refiere a comunidades o pueblos de personas que se trasladan de un lugar a otro, en lugar de establecerse permanentemente en un solo lugar. En el mundo actual se estima que alrededor de treinta a cuarenta millones de personas viven en pueblos nómadas. Aquellos pueblos que se movilizan estacionalmente, pero qué no obstante pueden decir que poseen un hogar permanente durante una parte del año, se denominan "seminómadas."

Tanto los pueblos nómadas como los seminómadas de ninguna manera configuran poblaciones filosoficamente anarquicas y por lo tanto carentes de limites y/o restricciones, errantes, y sin sentido o dirección. Sus ritmos, movimientos, y elecciones geograficas de vida estan basadas en la existencia de centros temporales bien definidos cuya estabilidad social depende de la capacidad de supervivencia en terminos de continuidad, disponibilidad de suministros de alimentos, y tecnologia para su explotación.

De ahí que las distintas culturas nómadas sea clasificadas y estudiadas de acuerdo a tres categorias basicas segun el tipo y grado de especialización económica en: cazadores-recolectores, pastores nómadas, y nómadas itinerantes.

Por todo lo anterior, nosotros, los seres humanos, hemos sido nómadas desde nuestros comienzos. Siempre sabíamos con relativa exactitud la posición de cada arroyo, cada monte, o cada árbol en diez o quince kilómetros a la redonda. En aquellos tiempos ya eramos capaces de predecir lo que iba a suceder y estábamos allí pacientemente esperando cuando los deliciosos y nutritivos frutos de los árboles llegaban a su punto de maduracion. Hemos seguido a los rebaños una y otra vez en sus migraciones anuales y eramos capaces de intuir los momentos mas idoneos para salir a cazar animales de carne roja.

En aquellos tiempos nuestros avanzados cerebros eran ya muy habiles. Con astucia, picardia, sigilo, amagos, y todo tipo de engaños organizábamos nuestras futuras batallas, trampas, emboscadas, y enfrentamientos. Teniamos la capacidad para unirnos en grupo y cooperar los unos con los otros, y pensando y planificando relativamente bien, conseguíamos todo aquello que cazando individualmente y por separado, nunca habríamos logrado.

En realidad, dependíamos los unos de los otros, y nos apoyábamos mutuamente y de manera incondicional ante los peligros del recuerdo del pasado, los del presente actual, y también los del futuro. Estabamos muy bien equipados para adaptarnos a la adversidad así como para movernos geograficamente - de manera nómada - con relativa facilidad.

Avanzando un poco en el tiempo, y desde que nuestra especie Homo Sapiens inicio su andadura hace unos doce mil años fuimos cazadores y agricultores. En esas épocas no existían las fronteras, propiamente dichas. Las fronteras estaban en todas partes, e incluso en el tiempo. Solo nos limitaba la extension de la geografía terraquea, y de vez en cuando algún que otro animal peligroso o vecino humano altamente agresivo y/o hostil. Cuando las condiciones climacticas era favorables y el alimento abundante, tendiamos a permanecer en un lugar fijo en el cual podíamos pensar, crear, interactuar, y prosperar.

En los últimos diez mil años – literalmente un rápido parpadeo de ojos o breve suspiro  en la historia del Género Homo, cuyos orígenes se remontan más de dos millones de años – hemos logrado abandonar la vida nómada que nos caracterizaba, hemos sabido asentarnos con mayor tranquilidad, hemos aprendido a convivir y a trabajar en conjunto y equipo, y nos hemos cultivado y civilizado. Pero de alguna manera, y desde alguna oscura y misteriosa zona de nuestro cerebro, la llanura o el campo abierto, la constante lucha por la vida, y el eterno deseo de conquistar y dominar lo desconocido sigue llamando una y otra vez a nuestro espíritu.

Si leemos detenidamente el contenido de todo lo anterior, practicamente toda acción humana realizada en la actualidad puede ser históricamente relacionada con nuestro pasado. Digo esto porque nuestras tantas y tan diversas acciones no solamente van dirigidas a rendir en el momento presente, si no también en el futuro, en preparación a lo que aún está por suceder. Por ejemplo, cuando una persona enfoca sus acciones en el momento presente: haga lo que haga, lo hará tarde.

Para ser efectiva, la mente humana debe ser capaz de imaginar en el presente lo que desea que suceda en el futuro. La mente del ser humano posee la capacidad de ir por delante del momento actual, trasladando sus pensamientos y acciones hacia lo que desea que suceda varios segundos, minutos, dias, semanas, meses, o años más adelante.

Esa habilidad de proyección mental hacia un futuro aun inexistente, e incierto por definicion, es la más valiosa y poderosa habilidad humana imaginable. Concierne la capacidad para trasladar simbólica e imaginariamente el pasado o el presente hacia el futuro dentro de los confines de la propia mente. Al igual que sucedió hace diez o quince mil años, esa propiedad, conocida como “extrapolación”, constituye una maquinaria simbólica de la mente humana que se mueve, gracias a su ágil  capacidad de imaginación, de un lado al otro en el tiempo. Una sofisticada maquinaria recursiva y extrapolativa que nos permite anticiparnos y adaptarnos al futuro.

El hombre, relativamente hablando, es una figura física fragil y humilde dentro del reino animal. Para equilibrar la balanza de poder tuvo que desarrollar habilidades, herramientas, y armas para su protección y defensa. No obstante nos obligamos a planternos la siguiente pregunta: ¿por qué hace precisamente quince mil años, y conjuntamente con esos inventos, tuvo el ser humano la necesidad de desarrollar el arte y el idioma simbólico como nos indican las figuras en las cuevas de Altamira ubicadas cerca de Santillana del Mar a treinta kilómetros de la ciudad de Santander? ¿Por qué decidieron vivir en esas cuevas y realizar esas pinturas de manos y bisontes en las paredes? ¿En esos monentos, cómo exactamente pensó la mente que vivia en la cueva, y por qué?

He tenido el gusto de estar personalmente y en varias ocasiones en esas cuevas, y la respuesta es relativamente obvia: realizaron las pinturas porque sencillamente les concedía un poder muy especial. Un poder de la mente humana que los diferenciaba y aventajaba de los demás ¿Pero en que consistió ese poder exactamente?

Expresado en las paredes de las cuevas por vez primera, ese poder era el poder del simbolismo, el poder de la imaginación, el poder que permitía la capacidad de conceptualizar y anticiparse al futuro. En esos tiempos, ese poder tuvo su inicio y también su primera expresión. Era la capacidad de la imaginación humana para trasladar el mundo actual dentro de la propia mente mediante imágenes, conceptos, y símbolos, bien hacia el pasado o bien hacia el futuro. Era la capacidad para utilizar los conocimientos del pasado y del presente para conjeturar, inferir, predecir, y moldear lo que iba a suceder en el futuro.

Como sucede en todo juego finito donde se intenta ganar, aquel que va un paso por delante del pensamiento y/o las acciones del oponente tiene una gran ventaja. A través de sus pinturas rupestres el cazador-recolector de Altamira se familiarizaba, por decirlo así, con los peligros que le aguardaban en las llanuras o los bosques. Peligros a los cuales algún día se tendría que enfrentar para sobrevivir. Peligros ante los cuales la capacidad simbólica, imaginativa y extrapolativa de su mente le permitía la enorme ventaja de estar preparado e ir "un paso por delante."

Gracias al poder de sus figuras, el instante de temor o de alegría que aun yacían en el futuro se le hacía presente en el ahora. El artista Altamirano del Alto Paleolítico (Magdaleniense) había logrado congelar ese singular instante, a modo de una fotografía, mediante el simbolismo implicado en sus dibujos. Los demás cazadores penetraban en el momento futuro a través de esas pinturas, como si lo hicieran por una ventana o túnel del tiempo simbólico. Pablo Picasso definió este proceso con aplastante sencillez y claridad: “El arte es una mentira simbólica que nos permite comprender la verdad.”

Pablo Diego Jose Francisco de Paula Juan Nepomuceno Maria de los Remedios Cipirano de la Santisima Trinidad Ruiz y Picasso, conocido como "Pablo Picasso," fue un pintor y escultor español, creador, junto con Georges Braque y Juan Gris, del movimiento cubista. Por muchas razones que superan la amplitud y profundidad de este artículo, comprender un cuadro de Picasso exige sin duda mayor elasticidad y extrapolacion mental que comprender a Rembrandt. 

En las palabras del propio Picasso. "En el arte no existe el pasado ni el futuro. Si una obra de arte no puede vivir siempre en el presente, no debe considerarse siquiera. El arte de los griegos, de los egipcios, de los grandes pintores que vivieron en otras epocas, no es un arte del pasado; quizas este mas vivo hoy que nunca. Todo lo que he pintado simbolicamente sobre el lienzo fue hecho para el presente y con la esperanza de que siempre siga perteneciendo al presente." ¿Que quizo decir Picasso con esto?

Para la mayoría, las pinturas de Altamira solo sirven para recrear el estilo de vida de un grupo de cazadores-recolectores mediante un registro pictórico de su historia. Miramos las formas y estas nos introducen en el pasado en el cual vivió - o sea en el presente o la actualidad en la cual vivian aquellos seres humanos. Pero para el cazador de esas épocas, y a diferencia de la epoca en la cual vivio y pinto Pablo Picasso, las pinturas simbolizaban algo más que simples registros históricos ya que la habilidad del hombre para simbolizar lo eleva más allá del simple y primitivo mecanismo estimulo-respuesta de los sistemas biológicos. De hecho lograban colocarlo en un punto intermedio, altamente poderoso y estrategico, entre el estimulo y la respuesta, de tal manera que este pueda pensar y elegir la respuesta mas idonea antes de responder ante un estimulo determinado.

Varios autores de relevancia opinan que las pinturas de Altamira representaban una especie de telescopio bidireccional de la imaginación humana. Sus mentes conferían a las formas la tercera dimensión que faltaba en los dibujos bidimensionales y les daban vida, también las dotaban de movimiento. Representaban una realidad que no se experimenta directamente, sino que era inferida e imaginada mediante símbolos, dentro de sus propias mentes. Correspondía a un idioma simbólico semejante al que el lector está leyendo e interpretando en estos momentos. De la vuelta a la pagina (o el ordenador) 180 grados y vera como inmediatamente los simbolos linguisticos que estoy utilizando para expresar todos estos conceptos carecen de significado. 

El arte y la ciencia consisten en una exquisita mezcla de ambos, son acciones características de la mente humana que se ubican totalmente fuera de la capacidad de todo organismo que no sea humano. Tanto el uno como el otro derivan de la misma facultad humana: la habilidad para conjeturar, inferir, conceptualizar, imaginar, y visualizar simbólicamente el futuro. Los miembros de la Real Academia de la Lengua Española constantemente inventan nuevas palabras o simbolos para expresar ideas y conceptos de manera simbolica. 

Y con toda seguridad es así como todos nosotros, en semejanza a los hombres y mujeres de Altamira, estudiamos y preparamos el futuro personal y laboral de nuestras respectivas vidas cada semana. Nuestra capacidad simbólica humana actúa como un sofisticado telescopio mental con poderes extrapolativos sobre el pasado, el presente, y el futuro. Poderes eminentemente humanos que nos permite mover nuestras mentes en el tiempo para diseñar y crear las más idóneas y efectivas tácticas y estrategias con el fin de competir bien con los demas y triunfar.

El paralelo que he establecido entre Altamira y la Real Cadademia es obvio. Los hombres que realizaron las pinturas en las cuevas, comenzaron a mirar con sus mentes hacia el futuro, cosa que también hace cada uno de nosotros. Todos miraron, y miran, hacia el mismo punto de convergencia: hacia un proceso de evolución individual y colectivo caracterizado por el aprendizaje, el crecimiento, la cooperación, la adaptación, la supervivencia, la permanencia, la superación, el triunfo, – y más que todo – el establecimiento de una visión coherente que les permita visualizar e incidir convenientemente sobre el futuro.

En realidad nada ha cambiado, los mas o menos cuatrocientos escasos kilómetros que separan las Cuevas de Altamira de la Real Academia de la Lengua Española en Madrid también representan quince mil años de evolución de la mente humana, no obstante, en ambas épocas nuestras mentes realizaron, y aun realizan, el mismo cometido: la anticipación al futuro mediante el proceso de inferir y conjeturar lo que va a suceder partiendo de la memoria del pasado o de la realidad actual.

Existen múltiples habilidades especiales que son características del hombre, pero en el eje central de todas ellas se encuentra un núcleo a partir del cual surge nuestro empuje, nuestro conocimiento, nuestros seis mil idiomas, nuestro desarrollo, nuestra unión, nuestra fuerza como pueblo, y nuestra cultura. Es justamente ahí donde se encuentra la habilidad humana por excelencia.

La singular habilidad del Homo Sapiens Sapiens, u "hombre que piensa dos veces" - o sea, sobre el resto de las cosas (consciencia exterior) asi como sobre uno mismo (consciencia interior) - permite reconocernos a nosotros mismos en el pasado a puertas del presente o del futuro. Eso es lo que nos hace humanos y también lo que nos convierte en el cerebro pensante y dominante de nuestro planeta.

Este singular proceso tambien genera la desagradable sensacion de ansiedad asi como los trastornos de ansiedad que tantos problemas nos causan. Quizas la ansiedad sea el caro precio que debemos pagar por poseer lobulos frontales altamente evolucionados y con la capacidad para predecir el futuro.

Lo interesante de todo esto es que a traves del tiempo hemos dado un interesante y perfecto giro evolutivo de trescientos sesenta grados. Hemos vuelto a nuestros antiguos nomadismos basicos, pero de otra manera. Continuamos siendo nómadas o seminómadas a modo de "nómadas simbolico-intelectuales," donde nuestros constantes movimientos e incursiones son de caracter mas simbolico que físico. Ahora nuestros cuerpos no se mueven como antes, son nuestros libros y ordenadores quienes nos transportan a todos los confines del universo.

Por lo tanto, y en la actualidad, nómada es aquel que investiga en internet sobre cualquier tema que le plazca o interese; nómada es quien investiga mediante el ordenador sobre las distintas religiones occcidentales y orientales para intentar ser una persona con mayor cultura; nómada es el investigador cientifico que utiliza simbolos para establecer y comprobar sus hipotesis, y publicarlas para el beneficio de todos; nómada es usted mismo al leer mis expresiones simbolicas quizas a miles de kilometros de distancia, y nómada soy yo por llegar a usted ... "Hola, Hello, Wie Geht´s, Aloha ..."  

En las paredes de las cuevas de Altamira hay dibujos y pinturas rupestres de bóvidos, équidos, cérvidos y manos humanas. Manos humanas, planas, y rojizas que nos dicen: “Fui yo, la mano, en estrecho sinergismo con la capacidad simbólica humana, quienes desarrollan la actual capacidad simbolica del cerebro; y no viceversa.” Un mensaje sólido y profundo que a través de quince mil años nos dice: “Aquí estoy yo; esta es mi identidad; esto es lo que soy; ….esto es el hombre.

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