No Pain, No Gain ... True or False?

Guillermo Laich y Cato Feilzer
04/10/2022 18:15

 

Todos los deportistas de élite aprenden a “jugar” con el dolor. Un profesional del deporte suele tener una carrera limitada y perderse un mes o dos significa mucho tiempo. Las personas normales solo desean experimentar una sensación de salud y bienestar en su cuerpo que los acompañe durante toda la vida.

 

En el día de Año Nuevo del año 1925, la Universidad de Stanford se enfrentó en un partido de futbol americano a la Universidad de Notre Dame en el Rose Bowl de Pasadena. El fullback de Stanford era el gran Ernie Nevers, quien jugó todo el partido en ataque y defensa - con ambos tobillos fracturados.

Sus tobillos fueron vendados con tanta fuerza que Nevers no sentía nada por debajo de sus rodillas. De hecho, sus compañeros le ayudaban a ponerse de pie después de cada jugada. Aun así, Nevers tuvo 34 acarreos, logro 114 yardas totales, y realizó el 75% de los tacles en defensa. 

¿Valió la pena?, ya que Notre Dame ganó el partido por 27 a 10. La respuesta es SI y NO. 

El autor (Guillermo Laich) habla con experiencia propia ya que fue jugador de futbol americano (fullback) en los EE.UU. durante 14 años, jugando en varios partidos de nivel bachiller y universitario en los cuales supero las 180 yardas en 20 acarreos. Además, formo parte de equipos seleccionados en el norte de California.

Habiendo vivido semejantes momentos les aseguro que los mejores partidos fuero aquellos que el autor jugo lesionado o bien con los huesos propios nasales o alguna otra estructura ósea fracturada. Así somos los seres humanos.

Es sabido que los mejores deportistas siempre han soportado el dolor físico como un precio a pagar en el altamente selectivo mundo del alto rendimiento. Pero incluso aquellos que no están ni por asomo cerca de pertenecer al nivel de élite tienen que aprender a soportar algo de dolor en ciertas ocasiones. 

Muchos de ellos, alentados por frases populares como: “no pain, no gain” – o sea: "sin dolor, sin mejoría," muchas personas incluso contratan personal militar con muy “pocas pulgas” – o sea poca tolerancia a los límites y el dolor ajeno - para que los ponga en forma. La conclusión de todo esto es que el dolor infligido y percibido durante el entrenamiento físico vende … y vende mucho. 

El dolor físico es una experiencia sensorial y emocional desagradable que pueden experimentar todos aquellos seres vivos que disponen de un sistema nervioso central. Es una experiencia asociada a una lesión tisular o expresada como si ésta existiera. El dolor resulta de la activación de los nociceptores periféricos por la liberación de neurotransmisores, y por la disminución del umbral de respuesta de las fibras nociceptivas. Cuando existe una injuria tisular los nociceptores “silentes” son reclutados, respondiendo posteriormente a una serie de estímulos.

No obstante, reiterados estudios relacionados con la exploración funcional del cerebro han determinado que no existe tal cosa como un centro cerebral específico para el dolor. El dolor surge de la activación de zonas asociadas con la atención y la emoción. Es por esto que muchas veces no notamos el dolor intenso cuando nuestros cuerpos están gravemente heridos en momento en que nuestra atención y emoción están enfocadas y atrapadas por objetivos más importantes y/o urgentes. 

¿Podría ser esto lo que sucedió a Ernie Nevers de Stanford en el partido de futbol americano contra Notre Dame en el Rose Bowl del año 1925? Muy probablemente la respuesta es un rotundo SI. No obstante, habría que elevar dicha consulta específicamente a la corteza cingular anterior del cerebro de Nevers, un área que esta principalmente asociada con la atención y la emoción, y que es de esencial importancia en la determinación del dolor consciente. Además, un cerebro que experimenta dolor físico se asemeja enormemente a otro que siente dolor emocional. Tal vez sea este el motivo por el cual los términos que se emplean para describir tanto el dolor físico como el emocional sea virtualmente los mismos.

Las distintas formas de dolor son procesadas y controladas por nervios diferentes a los que tratan con otras formas de dolor. Las señales del dolor agudo y punzante siguen una ruta más rápida hacia la médula espinal y en sentido vertical y, una vez en el cerebro estimulan los actos reflejos. Por el contrario, un dolor sordo y punzante se procesa en zonas del cerebro que se ocupan de las decisiones conscientes, dejando que el usuario decida por sí mismo si deja de entrenar o no.  

El sistema nervioso central no se limita a recibir pasivamente información del exterior. También recibe información procedente del propio cerebro y la médula espinal, cosa que modifica la información sobre algunos tipos de dolor antes de que sea procesada por el cerebro.

Esta habilidad para filtrar y/o modificar las señales de dolor es lo que da al corredor de fondo un aspecto de aturdido pero feliz. A mediados de los años 1970 se descubrio que el cuerpo cuenta con una reserva privada de analgésicos que poseen casi el mismo efecto que la morfina. Pero tienen un alto precio ya que tales analgésicos, conocidos como endorfinas, se liberan en la médula espinal y el cerebro sólo ante un estrés físico severo. 

Es precisamente por poner en marcha la liberación masiva de tales endorfinas que muchas personas tienden al sobre entrenamiento físico crónico. Tal proceso les produce una sensación de bienestar en el sistema límbico en base a la sensación de recompensa causado por la liberación de opiáceos endógenos. De esta manera la actividad de entrenar en exceso sin una adecuada recuperación manda devuelta mensajes al sistema límbico. Este, a su vez, libera neurotransmisores opiáceos que elevan los niveles de dopamina circulante generando una sensación de bienestar. Por otro lado, la insatisfacción o sensación de malestar podrían surgir a raíz de muy poco entrenamiento y niveles bajos de dopamina.

Los deportistas pueden incluso tener otras formas de vencer el dolor. Las personas en estado de hipnosis son capaces de doblar el umbral a sentir dolor ante una descarga eléctrica que las personas no hipnotizadas. Es más, los sujetos hipnotizados continúan experimentando una mayor tolerancia al dolor después de ingerir un fármaco que anula la liberación de endorfinas. Esto sugiere que existen otras moléculas analgésicas además de las endorfinas. 

Ambos sistemas, el de las endorfinas y el de las no endorfinas, entran en acción mediante una terapia anti-dolor utilizada por los atletas antes, durante, y después de las competiciones. Ciertas terapias de neuroestimulación consisten en pegar parches con cables en la piel cerca de la lesión. A continuación, una corriente eléctrica de baja frecuencia y alta intensidad estimula la liberación de moduladores endorfinicos. Por otro lado, los impulsos de alta frecuencia y baja intensidad estimulan los moduladores de dolor no endorfinicos. 

Sin embargo, aún existe un problema adicional. A medida que las células ejercitadas acumulan desechos metabólicos, el líquido intersticial circundante se desplaza hacia el interior de la célula convirtiéndose en liquido intracelular. La hinchazón celular resultante ejerce presión sobre las terminaciones nerviosas causando rigidez, dolor, y la necesidad de descanso y recuperación. 

La tendencia general hacia el sobre entrenamiento puede privar a muchas personas y deportistas de los beneficios duraderos del ejercicio físico. Alrededor del 50% de las personas que inician programas de ejercicio físico lo abandonan entre los 1 y 6 meses. Las razones más comunes son: 1.- la falta de tiempo, 2.- lesiones, y 3.- dolor. 

Aunque el término "no pain, no gain" puede estar bien para militares y otros grupos semejantes, tal actitud tiene muy poco sentido para quienes simplemente desean mantenerse en forma y mejorar su estado de salud general. De hecho, nadie tiene la necesidad de realizar ejercicios físicos soportando el dolor con el fin de obtener beneficios fisiológicos. Eso es, siempre y cuando la persona no sufra de un trastorno de personalidad masoquista o autodestructiva.

Tal trastorno de personalidad es caracterizado por la presencia de un patrón de comportamiento y visión del mundo rígido y relativamente estable en el tiempo en que aparecen de manera constante elementos autodestructivos y de autonegación.

Los individuos con este tipo de personalidad se caracterizan por presentar un comportamiento autodevaluativo y buscador de dolor y sufrimiento. Siempre están a la búsqueda de entornos que tiendan a llevarle a la presencia de frustración o incluso a la búsqueda de maltrato o vejación. Incluso, y con frecuencia, consideran aburridas a aquellas personas que se sienten atraídos por ellos, mientras que sienten atracción por las personalidades sádicas que disfrutan del dolor ajeno. Todo ello desemboca en una constante negación de sus propias necesidades y evitación del placer y la diversión. También exhiben un determinado rechazo hacia aquellas personas que los quieren y tratan bien, negando toda posibilidad de ser atendido y/o ayudado.

Es probable que tras ciertas vivencias positivas busquen activamente vivir experiencias negativas y/o aversivas, o que eventualmente se depriman. Se trata de personas que manifiestan un comportamiento excesivamente abnegado y generoso hacia los demás, y auto sacrificándose a pesar de no ser necesario ni requerido. Además de ello, tiende a fracasar en el cumplimiento de sus propios objetivos. Suelen acumular situaciones de frustración y de auto perjuicio. 

Si bien el placer humano es de orden consciente, todo apunta a que el dolor físico descrito anteriormente les crea una poderosa sensación de goce inconsciente de carácter obsesivo e incontrolable. De esta manea el placer consciente se diferencia enormemente del goce inconsciente. De hecho, estas personas disfrutan profundamente con el dolor y el maltrato auto y hetero infligido. Es precisamente por todo esto que “el dolor se vende y se compra muy bien.”

Finalmente, todos los deportistas de élite aprenden a “jugar” con el dolor de una forma u otra. Un profesional de tenis, fútbol, baloncesto, o cualquier otro deporte de alta exigencia física y mental suele tener una carrera limitada en el tiempo, y perderse un mes o dos significa mucho tiempo. Sin embargo, las personas normales simplemente desean experimentar una sensación de salud y bienestar en su cuerpo que los acompañe durante toda la vida, sin necesidad alguna de experimentar un nivel excruciante de dolor. 

 Todos tendemos a movernos hacia aquello que nos hace sentir bien y contribuye a nuestra felicidad, y alejarnos de aquello que nos hace sentir mal y contribuye a nuestra infelicidad.  Todos tenemos total autonomia y libertad para ejercer nuestro poder de decision con el fin de movernos en un sentido u otro a lo largo de dicho espectro. En resumidas cuentas, nuestro exito y felicidad en la vida no van a depender de lo que nos suceda de forma azarosa o aleatoria, sino directamente de la calidad de nuestro criterio racional para adoptar las mejores decisiones conscientes.

El termino "libertad" hace referencia a aquel que es de condicion libre y cuyos actos son el resultado de una decision personal e independiente de cualquier elemento o fuerza exterior. La libertad fisica y emocional para decidir adecuadamente frente al placer o el dolor, o bien ante la felicidad y la infelicidad, representa el estado emocional natural de las personas maduras que han logrado evolucionar en el tiempo. Tales personas, por lo general, prefieren el bienestar sobre el malestar.

Tal libertad constituye nuestra capacidad para reaccionar y actuar directamente y con honestidad ante cualquier acontecimiento situado en el momento presente, sin intromision alguna de prejuicios relacionados con el pasado o falsas inferencias extrapoladas al futuro. En terminos generales, ser libre no es hacer lo que se quiere, sino aquello que se ha juzgado mejor y mas conveniente para uno mismo y los demas.

Dicha libertad refleja tanto nuestra capacidad como habilidad para actuar correctamente y en nuestro propio interes, sin solicitar el permiso o la aprobacion de los demas. En esencia, representa el resultado final de saber resolver los problemas y conflictos de la vida con decision y eficacia a medida que se presentan, en lugar de evitarlos o desplazarlos hacia otra persona, otro lugar, u otro momento en el tiempo.

Dado que la libertad fisica y emocional nacen de autoconocimiento, el autorrespeto, la autoestima, y la autoaceptacion, cuando uno se siente fisica y/o emocionalmente libre no tiene nada que demostrar a los demas ni a uno mismo. Al mismo tiempo, tomamos plena consciencia de un profundo y amplio sentido de conexion y bienestar con nostros mismos y los demas, de modo que cuando actuamos libremente no comprometemos los derechos ajenos, sino que tambien permitimos que ejerzan su derecho a ser libres.

En ultima instancia, la libertad fisica y emocional abarca valores de tipo humanistico y personal. Valores abstractos basados en la comprension, la tolerancia, y el deseo de una paz perzonal y mundial real y duradera. Tales valores tambien nos proveen con un concepto nitido y funcional respecto a la eventual evolucion de una poblacion humana mundial en la cual nos sea posible vivir, convivir, y contribuir al bien del mundo como las personas maduras y libres que somos.

Finalmente, y ante la pregunta fundamental que encabeza este articulo: "no pain, no gain?" o sea "sin dolor, sin ganancia?" ... la decision para asumir las actitudes y acciones mas autenticas e idoneas siempre descansara exclusivamente en usted de acuerdo a su particular sistema de creencias, convicciones, y valores.

 

Añadir un comentario:

Nombre:

E-Mail: (no será público)

Comentario:

Enviar >>