Flujo Determinista No Periodico

Guillermo Laich
17/01/2023 21:28

 

Ludwig Boltzmann (1844-1906) 

El flujo determinista no periódico torna imposible predecir lo que va a suceder de un momento a otro. 

 

Me gusta llevar al lector a mundos de difícil acceso, pero con ejemplos y conceptos de fácil comprensión y asimilación. Intento cubrir un amplio espectro de la naturaleza y la condición humana. Un espectro que va desde la filosofía, que vive en el limite de la duda y trafica con la racionalidad, hasta la psiquiatría que vive en el limite de la realidad y trafica con la irracionalidad. Entre esas dos extremas y dispares polaridades se encuentran un sinfín de escalones intermedios tan profundos como interesantes. El concepto de flujo determinista no periódico es uno de ellos. 

Un Rio y Una Gota de Agua

Lo que se conoce como un rápido es una zona de un río donde el cauce tiene una pendiente relativamente pronunciada provocando un aumento en la velocidad del flujo y la turbulencia del agua. Tales zonas se caracterizan por poseer poca profundidad y por tener algunas rocas expuestas sobre la superficie del flujo acuático. Como el agua que fluye salpica sobre las rocas, las gotas de agua y las burbujas de aire que se forman se mezclan entre si otorgando a la superficie un típico color blanco, formando lo que se conoce como, "aguas bravas." 

El descenso de tales ríos se con el nombre de “rafting.” El rafting es una actividad deportiva y recreativa que consiste en recorrer el cauce de los ríos en dirección de la corriente – o sea río abajo. Por lo general tal actividad se realiza sobre embarcaciones rígidas o inflables como balsas, canoas, o kayaks, donde los grados de dificultad se extienden desde el más facil (grado I) al más difícil (grado IV).

El Río Gallego, ubicado en España, y más específicamente en el Pirineo de Huesca, es uno de los ríos más divertidos para navegar deportivamente. Sus aguas fluyen cuesta abajo formando zonas rápidas con diversas condiciones de flujo, endiablados remolinos, y olas de varios tamaños que al chocar contra las rocas producen grandes salpicaduras y cortinas de agua. 

Ahora bien, demos rienda suelta a nuestra capacidad de visualización e imaginemos momentáneamente que fuésemos capaces de hacer que el flujo del tiempo y los correspondientes eventos, en su inexorable trayectoria hacia el futuro, se detengan por completo en un momento determinado … o sea en el momento presente. 

De repente, la enorme, dinámica, e impredecible masa de agua y piedra que forman el Río Gallego se queda congelada en el tiempo, y totalmente inmóvil. En ese momento enfocamos nuestra mirada hacia la superficie del río e inmediatamente distinguimos una esférica y transparente gota de agua suspendida en el aire y en lo mas alto de una de las tantas salpicaduras. 

En ese preciso momento toda nuestra atención queda concentrada sobre una única y resplandeciente gema hídrica retratada nítidamente contra el bonito cielo azul del Pirineo de Huesca. ¿Vamos bien?

Manteniendo la imagen de la gota de agua en nuestra mente podemos intentar determinar su procedencia en su flujo histórico a través del tiempo. Estamos hablando de como el enorme y poderoso flujo del caudal de agua del Río Gallego es capaz de producir semejantes cambios en los estados físicos de las moléculas de agua que lo componen y definen. 

Para cualquier rasgo del mundo físico, y partiendo del conocimiento de las fuerzas relevantes, podemos mirar por los corredores del tiempo y avanzar una posible secuencia sobre como este proceso podría haber culminado en el precioso y esférico resultado final que tenemos ante nosotros. 

La cuestión de flujo - que se define como “eventos a través del tiempo” - que deseamos responder, ya se trate de la configuración de una gota agua, o bien de la mente humana, la pregunta es: ¿cuál fue su origen?, ¿cuál ha sido su evolución?, y ¿cómo llego a ser lo que es ahora, en este mismo momento? 

Además, partiendo de la misma estructura, y centrándonos en el eje temporal del “aquí y ahora” para enfrentarnos al futuro, inmediatamente se nos presenta un enigma totalmente diferente: ¿cuál será el destino ulterior de esa gota de agua o esa mente humana?, y ¿qué contorno externo y configuración interna, respectivamente, adoptaran ambos en el lapso de tiempo correspondiente a una centésima de segundo, un segundo, un minuto, una hora, una semana, un mes, un año, diez años, cien años, o mil años? 

Es obvio que estamos intentando responder a tres preguntas íntimamente encadenadas entre si: 1.- ¿cuál fue su aspecto anterior y de donde proviene?; 2.- ¿cuál es su aspecto actual y dónde se encuentra ahora?; y 3.- y ¿cuál será su aspecto y donde se ubicara en el futuro? Para responder a estas tres preguntas nos vemos obligados a solicitar ayuda a los conceptos implícitos en la teoría del caos.

Tenemos que partir de la base de que la teoría del caos declara como imposible la realización de esta búsqueda. Si bien con el tiempo congelado somos capaces de conocer la situación actual de la gota de agua, tal capacidad se pierde por completo cuando nuevamente se pone en marcha el flujo inexorable del tiempo en sentido hacia el futuro. En tal caso se permite que pase el momento y, la gota, en virtud de la fuerza de gravedad, cae nuevamente al flujo del río y se dispersa en sus aguas. 

Según la teoría científica del caos nadie es capaz de prever con certeza donde irán a parar las moléculas de agua dentro de unos pocos segundos. ¿Varios metros más abajo en el río?, seguro que si; hacia alguna otra roca?, posiblemente; a la rivera lateral del río?, quizás; ¿pero dónde exactamente?, no se sabe. Según la segunda ley de la termodinámica del físico austriaco Ludwig Boltzmann (1844-1906), todo en el universo tiende al desorden y por lo tanto se nos niega una visión futurista más especifica respecto a este proceso. La enorme cantidad de posibilidades que aguardan a la gota, una vez devuelta a las agitadas turbulencias de las aguas del Río Gallego son demasiado numerosas para que las podamos contabilizar.

Un Río y Tres Canoas

En semejanza a lo que hemos visto en el ejemplo anterior - correspondiente a la incierta e impredecible procedencia, actualidad, y destino de una gota de agua – el flujo en el tiempo de la vida humana demuestra una gran similitud. Y es similar porque en realidad nunca tenemos la absoluta certeza respecto a donde iremos a parar o lo que nos podemos encontrar a lo largo del flujo del tiempo a lo largo de nuestras vidas.

Para comprender este proceso imaginemos tres canoas de idéntica construcción: la primera de color azul, la segunda de color rojo, y la tercera de color blanco. Cada canoa lleva tres tripulantes del mismo peso, altura, y composición corporal. Las tres embarcaciones están ubicadas perfectamente paralelas y separadas por un metro de distancia, exactamente. Además, están colocadas al comienzo de una sección de dificultad grado IV (para expertos) de los rápidos del Río Gallego. Para que todo permanezca igual, todos los tripulantes deberán remar con la misma fuerza y velocidad a la orden de veinte paladas por minuto. Según estos datos todo apunta a que las relativas trayectorias de las tres canoas deberían semejarse mucho entre si.

Ahora bien, usted y yo nos encontramos en tierra firme en una de las orillas del río, y a punto de observar el flujo o trayecto río abajo de las tres canoas. Al comienzo, y si bien todos los parámetros físicos relevantes son idénticos, la canoa azul es atrapada en un remolino y da una vuelta de campana. La canoa roja vira a su izquierda, se encuentra con una serie de rocas, y se mueve lentamente en zig-zag entre ellas. La canoa blanca continua avanzando sin problemas en línea más o menos recta. 

La canoa azul de repente se coloca perpendicular al flujo del agua y su estructura se parte al golpear contra una roca semi-sumergida. Todos sus tripulantes son lanzados al agua y, gracias a sus chalecos salvavidas y un enorme esfuerzo, son capaces de nadar hasta la orilla y ponerse a salvo. A todo esto, la canoa roja coge mayor velocidad y va a parar debajo de las ramas de un enorme árbol donde acaba por detenerse. Finalmente, la canoa blanca continua navegando en rumbo recto río abajo hasta perderse de vista en la distancia y, curiosamente, sin haber sufrido accidente o alteración alguna.

¿Qué Explicación Tienen Estos Eventos? 

Es en este momento cuando nos planteamos dos preguntas obligatorias: 1.- ¿por qué, en semejantes condiciones de igualdad y semejanza, los recorridos y destinos de las tres canoas han sido tan dispares?; 2.- ¿qué factor o factores han determinado semejantes discrepancias en sus respectivas trayectorias? La respuesta, según la teoría científica del caos elaborada por el matemático estadounidense Edward Lorenz (1917-2008), corresponde al concepto de “flujo determinista no periódico,” que el mismo explico en un importante articulo publicado en el año 1963. Vayamos paso a paso.

Determinismo

El determinismo es una doctrina filosófica según la cual todo fenómeno está prefijado de una manera necesaria por las circunstancias o condiciones en que se produce, y, por consiguiente, ninguno de los actos de nuestra voluntad es libre, sino necesariamente preestablecido. Por lo tanto, el determinismo es lo opuesto al libre albedrío o la libre elección. El concepto de libre albedrío o la libre elección es la creencia que sostiene que las personas tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. 

Tal concepto ha surgido porque somos conscientes de la diferencia existente entre dos razones fundamentales: 1.- hacer algo porque se nos dice que lo hagamos; y 2.- hacerlo porque independientemente deseamos hacerlo. La diferencia es muy real, ya que si una situación consiste en que la persona es forzada a hacer algo sin libertad de elección, la otra debe forzosamente consistir en hacerlo con total libertad de elección. Si la situación de libertad es verdaderamente libre, o simplemente una ilusión, realmente no importa. Veamos un ejemplo.

Supongamos que hemos hipnotizado una mujer a quien hemos implantado la palabra “árbol” como código posthipnótico para comenzar a cantar. Al despertala del trance la mujer tranquilamente se junta con un grupo de personas conocidas. A los tres minutos la palabra “árbol” es introducida en la conversación y de inmediato la mujer comienza a cantar. Si alguien le pregunta por que canta ella responderá que decidió hacerlo libremente. La mujer siente que es totalmente libre de elegir sus actos, pero los demás miembros del grupo saben que su acción de cantar ha sido previamente determinada.

En la práctica es nuestra sensación de libertad la que nos proporciona el sentido de nuestro Yo así como el de nuestro individualismo. Si todas nuestras acciones fueran determinadas por ordenes o condicionamientos nuestras vidas darían todo el aspecto de estar montadas sobre dos rieles guía como un tren en vez de una carretera abierta y libre donde nos podemos mover a gusto.  No obstante y, en caso de no saber o sentir que nuestras acciones están determinadas, nos consideraríamos las personas mas libres del mundo.

Flujo Determinista No Periódico

El flujo determinista no periódico es una de las características fundamentales de los eventos que suceden dentro de un sistema caótico en el que las distintas variables cambian de forma compleja, incierta, y errática. Tales características hacen imposible efectuar predicciones validas más allá de un determinado punto en el tiempo. A tal punto se le conoce con el nombre de: “horizonte de predicciones.” Mas allá de tal punto es virtualmente imposible determinar que es lo que va a suceder.

La consecuencia práctica de este proceso, es que en los sistemas complejos, tales como el estado del tiempo, la bolsa de valores, o las trayectorias de las tres canoas, se producen errores que se suman entre si y van en aumento, y por lo tanto resulta muy difícil poder predecir con exactitud lo que va a suceder en un determinado intervalo de tiempo. De hecho, los errores tienden a incrementar en función de la unidad de tiempo, hasta que el error global resultante incluso – y por mas increíble que parezca - llega a superar el cien por cien.

El mecanismo de acción del flujo determinista no periódico se corresponde con el “efecto mariposa” en la teoria del caos. En las dos peliculas, “El Efecto Mariposa I” (2004), y “El Efecto Mariposa II” (2006), los respectivos temas tratan de un sujeto con la capacidad para viajar en el tiempo hacia el pasado en un intento de alterar los hechos del presente. Al hacerlo, intenta varias veces cambiar el pasado para mejorar su mundo presente, pero cada cambio que efectúa en el pasado condiciona más consecuencias de las que creó, produciendo resultados catastróficos en el presente. 

Finalmente, en la película, “El Efecto Mariposa III” (2009), se profundiza aún más en el efecto demoledor que tiene la alteración de la línea temporal, y el viajero en el tiempo se ve obligado a realizar un gran sacrificio para deshacer sus torpes injerencias en el flujo de la realidad.

El Flujo en la Vida Humana

Lo mismo sucede con la vida humana. En tiempos desafortunados tendemos a formularnos varias preguntas similares relativas al fluir de nuestras propias vidas, tales como: 1.- ¿qué procedencia tienen, o de que dependen, los eventos que se presentan en nuestras vidas?; 2.- ¿dependemos de los misteriosos dictámenes de un destino tan complejo como incierto, o dependemos de que otro elemento o factor nos esté guiando?; 3.- ¿realmente poseemos una capacidad de autodeterminación independiente respecto a nuestras vidas, o simplemente somos arrastrados por la corriente del tiempo y los eventos de la vida en semejanza a las canoas?; 4.- ¿por qué son tan impredecibles nuestras vidas?; 5.- ¿por qué nuestro compañero de bachillerato más aplicado y brillante acaba en la cárcel por asalto, robo, y abuso de múltiples sustancias ilegales, mientras que el más vago y mediocre payaso de turno se convierte en un eminente profesional y persona de bien?; 6.- ¿qué ha sucedido?

Si en este mismo momento me equivoco al escribir una sola letra o palabra en mi ordenador, y tengo que dedicar un mínimo de tiempo para efectuar la corrección, la totalidad de la configuración de mi futuro habrá cambiado de una manera u otra. A efectos del concepto implicado en el flujo determinista no periódico mi futuro ya no es lo que era antes de corregir el error. 

Según los eventos que se vayan presentando en el presente, el pasado y el futuro se van modificando correlativamente. De ahí que para controlar el futuro hay que saber controlar el pasado; y para controlar el pasado hay que saber controlar el presente. Por lo tanto, todo el poder de autodeterminación recae en el momento presente ubicado en el aquí y ahora.

Por ejemplo, un señor sale de su casa diez segundos mas tarde porque se le desato un zapato en la cocina. Y cinco minutos más tarde sufre un accidente de coche cuando en una intersección un conductor se salta un semáforo en rojo. Este accidente no le hubiese sucedido si hubiese pasado por la intersección diez segundos antes. Obviamente, esos escasos diez segundos, fueron demasiado.

Felices o Infelices

De la misma manera en que el flujo determinista no periódico torna imposible predecir lo que va a suceder de un momento a otro, los especialistas en salud mental tenemos dificultades prediciendo como una persona va a reaccionar ante una motivación o estimulo determinado. De ahí que no exista ninguna explicación coherente, valida, o definitiva para aclarar por qué unas personas viven vidas felices y exitosas, mientras otras viven en la infelicidad, la inopia, y el desastre. Lo mismo que sucede en la vida de las personas sucede en el sistema límbico, o sea la mente emocional que determina el flujo de nuestras emociones. 

Si el agua del Rio Gallego se congelara tan sólidamente como la roca que la encierra, podríamos predecir su configuración y forma en el momento y con la más absoluta certeza. No obstante, si la totalidad de las posibles disposiciones de las moléculas de agua fueran igualmente probables en situaciones cambiantes donde fluye el tiempo, podríamos cruzarnos de brazos en un gesto de derrota hasta la eternidad. 

Lo que nos desconcierta es la liquidez y plasticidad del agua y también de la mente, en esencia la capacidad para adoptar una gama inconmensurable de formas distintas con una inmensa – pero no ilimitada – variedad. Como una gota de agua del Rio Gallego suspendida en el aire, el futuro de una mente emocional pende entre la inmovilidad de la piedra contra la cual choco y la libertad de un cielo azul. La identidad puede modificarse y cambiar, pero únicamente dentro de aquellas posibilidades que su arquitectura exige: pasado, presente, y futuro

El proceso anterior es semejante al aprendizaje emocional de un niño permitido por su neurofisiología. Y así nos preguntamos: ¿pueden esperar vivir una vida sana aquellos niños que han sufrido graves y constantes abusos en su juventud?, ¿acabará siendo una persona dañada?, ¿cómo será su vida adulta, una copia del sufrimiento experimentado en su pasado, o demostrará una mejoría hacia una vida más sana? 

Considerando los múltiples e impredecibles impedimentos relacionados con el flujo temporal del progreso: ¿cómo se produce la curación en la mente de tal persona?, y ¿cómo se libera una mente emocional del intrusismo obsesivo y la tirana esclavitud de las memorias dolorosas, insultantes, y negativas procedentes del pasado?. Finalmente, como se reduce o elimina el miedo, la ansiedad, el resentimiento, la culpa, y la amargura en tales personas.

Complejidad, Incertidumbre, y Las Reglas del Juego

Las palabras “las reglas del juego” corresponden a un concepto que se aplica al flujo temporal inherente a la complejidad y la incertidumbre existentes en la vida humana. Se refiere a que algunas cosas se saben, otras se saben a medias, y otras directamente no se saben. Algunas de ellas podemos suponer que van a ocurrir y otras no. Toda esta complejidad inherente a la vida nos crea un cierto grado de incertidumbre, y a la vez la incertidumbre crea complejidad, donde tanto la complejidad como la incertidumbre parecen estar directa e íntimamente relacionadas. 

De esta manera cuando existe una baja complejidad conjuntamente con una baja incertidumbre estamos hablando de hechos reales constatables de los cuales nos podemos fiar. Cuando existe una complejidad media y una incertidumbre también media estamos hablando de predicciones en el tiempo con ciertas posibilidades de hacerse realidad. Cuando existe una complejidad avanzada combinada con una incertidumbre también avanzada tenemos en orden creciente extrapolaciones, proyecciones, escenarios, y exploraciones. Todo lo anterior indica que nos estamos aventurando en terrenos desconocidos. 

Cuando tanto la complejidad como la incertidumbre se encuentran en sus máximos niveles tenemos conjeturas (juicios u opiniones formadas a partir de indicios o datos incompletos o supuestos), y especulaciones (ideas o pensamientos no fundamentados y formados sin atender a una base real). Mas allá de esos niveles los posibles asesoramientos futurísticos basados en las interacciones e interrelaciones entre la complejidad y la incertidumbre se tornan imposibles.   

Complejidad e Incertidumbre

Por complejidad se entiende algo que contiene múltiples partes que se relacionan e interactúan entre sí de múltiples formas y mediante complejos procesos de acoplamiento. La ciencia de la complejidad corresponde al estudio de los fenómenos que emergen de una colección de objetos que interactúan entre sí de múltiples formas. La definición del término complejidad depende del concepto de sistema. Un sistema es un conjunto de partes o elementos que se relacionan entre si de una manera distinta a como se relacionan con otros objetos que yacen fuera del sistema de relaciones. 

Incertidumbre 

Podemos afirmar que es posible incrementar la complejidad y dificultad de un procedimiento determinado cuando se incrementa su nivel de incertidumbre. Si bien muchas personas son capaces de tratar con niveles progresivamente decrecientes de simplicidad y sencillez con efectividad, son muy pocos los que son capaces de tratar efectivamente con niveles progresivamente crecientes de incertidumbre.   

La incertidumbre es la extensión en la cual se requiere que un individuo procese información con la finalidad de determinar un curso de acción o no-acción. En la vida humana, la dificultad de cualquier acción o no-acción incrementa de acuerdo al grado de incertidumbre que esté presente. Muchos factores son capaces de incrementar el procesamiento de datos en la etapa de elección de respuestas, como por ejemplo al ser confrontado con múltiples opciones y donde uno no está seguro cual es la más apropiada para seleccionar.  

Los factores que incrementan la dificultad causan incrementos en el tiempo de reacción y/o incrementos en la selección de respuestas erróneas. En nuestras vidas eminentemente competitivas, intencionalmente intentamos incrementar la dificultad de la selección de respuestas de nuestros competidores y a la vez que intentamos reducir la nuestra al mínimo. A medida que incrementan los niveles de incertidumbre también incrementa el lapso de tiempo necesario para que se produzca un error en la selección de respuestas. Debido a esto, el factor de incertidumbre posee serias connotaciones tácticas y estratégicas en la adaptación y supervivencia humana. 

Una persona capaz de tratar efectivamente con la incertidumbre casi siempre responde de manera rápida y correcta. Cada una de sus decisiones está caracterizada por rapidez de evaluación de la situación, rapidez en el proceso de datos, acierto reiterado en la respuesta seleccionada, una sensación de facilidad inherente al proceso, y un halo aplastante de sencillez y eficacia. Estas personas, más que saber elegir la mejor opción posible, son capaces de determinar con exquisita exactitud la mejor alternativa disponible.

 

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