ABC de las Polaridades Humanas

Guillermo Laich
24/08/2023 22:49

 

“Las situaciones mas estimulantes de la vida se dan entre dos distintas polaridades que jamas se juntan ni ponen de acuerdo."

 

Andy Warhol (1928-1987)

 

Polaridad en el Imán

Un imán es una pieza de hierro u otro material que tiene en sus átomos ciertos componentes ordenados de tal manera que el material exhibe propiedades de magnetismo, como atraer otros objetos que contienen hierro, o alinearse en un campo magnético externo. 

Los imanes pueden actuar a distancia siendo posible movilizar un clavo incluso estando un trozo de papel por medio.

El término “magnetismo” proviene de “Magnesia”, una provincia de Grecia donde años se encontraron ciertas piedras llamadas “imán”. Estas piedras tenían la propiedad de atraer trozos de hierro. 

La palabra «magnetismo» viene del griego "μαγνῆτις λίθος" (magnētis lithos) que significa “piedra de Magnesia” y hace referencia a la magnetita, un mineral de hierro ferromagnético. Los imanes fueron utilizados por primera vez como brújulas y utilizados para la navegación por los chinos en el siglo XII.

La mayoría de los imanes son dipolos magnéticos ya que están dotados de un polo positivo y un polo negativo. Por lo tanto, cada imán tiene dos polos distintos: norte y sur, donde los polos iguales se repelen y los polos opuestos se atraen. 

Esta regla es similar a la regla para las fuerzas entre cargas eléctricas, donde las cargas iguales se repelen entre sí y las cargas diferentes se atraen sin tocarse. Sin embargo, existe una diferencia considerable entre los polos magnéticos y las cargas eléctricas. Un campo magnético es producido por una carga eléctrica en movimiento.

La descripción surge de la idea de considerar a la Tierra misma como un enorme imán con un Polo Norte que se encuentra en el extremo opuesto al Polo Sur. La única definición del Polo Norte es que está en el extremo opuesto al Polo Sur, y viceversa. Polarizar un tema es crear dos polos opuestos y empujar todo hacia un polo o hacia el otro.

Polaridad en el Humano

Llevando el concepto de polarización un paso más hacia el dominio humano, podríamos afirmar que hace aproximadamente 2000 años Jesucristo polarizó la situación cuando dijo a sus discípulos que “aquel que no estaba con él, estaba en su contra,” por ejemplo.

Un tipo similar de polarización ocurre naturalmente en el seno de cualquier grupo fuerte y testarudo, especialmente si basa su filosofía conceptual en ideologías y/o creencias duras, inflexibles, y eminentemente dogmáticas. Es triste decirlo, pero la ideología humana tiene una precedencia fuerte y altamente polarizadora sobre casi todo lo demás en la vida social interactiva.

Este tipo de mecanismo polarizante indefectiblemente crea adversarios extremadamente inmaduros e impenitentes. En tal caso, el unico fin consiste en encontrar fallos en las bases conceptuales y argumentos de la oposicion (opuesto polar), en vez de intentar llegar a una comprension mutua madura e inteligente. La limitacion critica y fundamental de tal sistema radica en sus componentes infantiles de destructiva y negatividad.

De hecho, tales sistemas basados en adversarios polares carecen totalmente de elementos comprensivos y constructivos de ningun tipo. Por definicion, solo son destructivos, basandose en la aplicacion de dosis masivas de amargura e ira dirigidas hacia la linea de flotacion existencial del supuesto adversario polar.

Finalmente, podemos describir el concepto de polaridad como aquel estado que presenta dos aspectos o tendencis opuestas entre si. En la psiquiatria clinica la polaridad, por definicion, representa un componente esencial del trastorno bipolar y posee capacidad predictiva sobre ulteriores episodios tipo bipolar o maniaco-depresivos.

Cuando este grave trastorno mental comienza con un episodio maniaco, el 75% de los episodios subsequentes tambien comenzaran con una fase maniaca. En contraposicion, cuando el trastorno comienza con un episodio depresivo, el 55%-60% de los episodios subsequentes tambien comenzaran con una fase depresiva.

Polaridad y sus Efectos

Siendo así, y pudiendo comprobar en la vida diaria, existe la posibilidad de ubicarse dentro o fuera del grupo. No existen más que esas dos posibilidades altamente polarizadas y estrictamente binarias, o sea, dentro o fuera. El hecho es que es imposible ubicarse mitad dentro y mitad fuera de algo, uno siempre esta bien dentro o bien fuera de un grupo, equipo, partido, sistema, etc. 

En otra línea, el término “pole position” o simplemente “pole” tiene su origen en la hípica, donde el primer corredor salía desde el lugar más próximo a los postes interiores (interior poles) más cercanos a la cuerda de la pista. Tal posición es una y única, y se logra o no se logra, sin término medio. Como en el caso anterior, es imposible estar dentro y fuera de la pole position simultáneamente. 

La pole corresponde a la privilegiada primera posición en la grilla de salida de una carrera de formula-1, por ejemplo. Por lo tanto, el termino pole se utiliza en ciertas modalidades de automovilismo y motociclismo en circuito para designar tanto el mejor tiempo como el primer lugar en la parrilla de salida de una carrera. 

Ejemplos de Polaridad

En algunas situaciones, como la actitud hacia la propia filosofía de vida, es posible que coexista una amplia gama de posibles pensamientos, actitudes, y comportamientos. Por ejemplo, algunos podrían preferir una vida libre y sin ley para todos los elementos excepto los esenciales de supervivencia. 

Otros podrían preferir estar a favor, solo cuando se aplicara un freno al exceso de libertad individual y a la explotación por vía externa. Otros podrían estar en contraposición de la libertad individual global, excepto en ciertas áreas de la geografía mundial.

En términos políticos, entendiéndose por política aquellas actividades asociadas con la gobernanza de un país o área, especialmente el debate entre los partidos que tienen el poder, es difícil lidiar con un espectro amplio y en constante adaptación de opiniones y comportamientos. 

Por ejemplo, si uno habla contra el capitalismo o impone las virtudes relativas a la libre empresa, debe saber ejercer una altísima específidad y precision en tolo lo que dice y/o implica. No es posible continuar alegremente expresando, en términos estrictamente condicionales, que esto o aquello solo es viable y aplicable “dentro de ciertos límites y limitaciones,” o “con la obligada implementación de ciertos mecanismos de seguridad,” o bien “bajo un gigantesco paraguas de elementos restringentes y condicionantes”.

De esta manera, la primera situación se polariza de forma binaria en dos ámbitos distintos u polos opuestos: 1.- “a favor de algo o alguien”; y 2.- “en contra de algo o alguien.” Ante tal escenario, y en un abrir y cerrar de ojos, todo se fracciona, se recogen los elementos, se procede a agruparlos convenientemente, se empuja fuertemente hacia un extremo u otro del espectro de polarización y, al finalizar el proceso, sólo permanecen dos posiciones marcadamente polarizadas que se enfrentan y/o se oponen brutalmente. 

Estas posiciones altamente polarizadas, lamentablemente y a menudo, se tornan vengativas, insultantes, descalificantes, agresivas, violentas, e incluso imperdonables. No hay más que echar un vistazo a la actual situación económica, medioambiental, y geopolítica mundial para comprender este concepto en todo su esplendor y vergüenza.

Una vez que las posiciones polarizadas han sido claramente definidas, clasificadas, y formadas, toda fluidez existente entre ellas se pierde por completo. Esto se debe a que cualquier individuo que abandone uno de los polos debe, necesariamente, unirse al polo opuesto. En tal caso, ya no existen posiciones intermedias oficiales basadas en una benevolencia madura, comprensión, y respeto mutuo.

Paradoja de la Polaridad

Tal cual expone el artista plastico y artista estadounidense Andy Warhol, la mayoría de las veces, y paradójicamente, es precisamente en tales posiciones intermedias, típicamente tan inestables y potencialmente peligrosas, donde se encuentra la máxima eficacia, rendimiento, valor y felicidad. Warhol desempeño un papel crucial en el nacimiento y desarrollo del pop art.

El pop art fue un movimiento artistico eminentemente polarizante de mediados del siglo XX (final decada de los años 1950) en los EE.UU. e Inglaterra. Este tipo de arte fue polarizante porque incorporo temas de cultura de masas al repertorio de las artes, rompiendo el aura de intelectualidad con que el arte previamente era asumido. De hecho, explora la cultura popular, y la relacion de la expresion artistica con el crecimiento de fenomenos como la publicidad y las celebridades mediante la fotografia, el cine, y la serigrafia.

El efecto polarizante del pop art surgio y fue basada como una reaccion artistica hacia el expresionismo abstracto porque lo consideraba vacio, carente de sustancia, elitista, y porque no reflejaba fielmente la realidad de la sociedad actual. El expresionismo abstracto fue movimiento pictorico de la abstraccion posterior a la segunda guerra mundial que, en funcion de lo sucedido, cuestionaba seriamente los fundamentos de la moral humana.

Desde tal perspectiva, la polarización puede considerarse como un mecanismo social altamente eficaz para excluir ciertas soluciones y al mismo tiempo incluir y ofrecer la máxima oportunidad a la exhibición dramática-emocional, distorsiones y tergiversaciones, manipulación de masas, y otras travesuras inmaduras de corte ideológico. Entendemos como ideológico una serie de actividades o maniobras secretas, semi-secretas, furtivas, o directamente deshonestas.

Jung y la Polaridad

En su momento, el médico psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) expreso el carácter eminentemente intrínseco, y no extrínseco, de las experiencias de carácter polar y diametralmente opuestas que rigen la vida del ser humano.  Tales polaridades se nos presentan a todos y de forma constante.  

Según Jung, la angustiosa realidad es que la vida del ser humano se halla atrapada en un complejo inexorable de opuestos y ambigüedades tales como: día y noche, nacimiento y muerte, felicidad y desdicha, pensamiento y acción, causa y efecto, luz y oscuridad, evolución e involución, anterógrado y retrogrado, fuerte y suave, cerebro y mente, realidad y apariencia, alegría y sufrimiento, amor y odio, pasado y futuro, consciente e inconsciente, nada y todo, objeto y sujeto, bien y mal, etc. 

Algunas de estas polaridades son claras y otras no tan claras, otras son violentas y algunas no violentas. No obstante, todas permanecerán como claras polaridades. En realidad, y hablando con total sinceridad, ni siquiera estamos seguros de que uno de los polos sea capaz de subsistir sin la existencia del otro polo. Estamos hablando de que el bien pueda superar al mal o que la alegría derrote al sufrimiento, entre otros. 

Es así como la vida se torna en semejanza a un peligroso y traicionero campo de batalla donde constantemente se enfrentan ideologías y ejércitos polarmente opuestos. Es más, la historia ha comprobado que siempre lo ha sido y siempre lo será. Si no fuera así, es posible que nuestra existencia y convivencia humana llegara a su fin. 

El Ego y su Polaridad

El ego del ser humano, en función de su naturaleza como tal, raras veces se ubica por completo en el seno del momento actual. El ego analiza los hechos desde una dimensión exclusivamente temporal, asentándose en el pasado y proyectándose hacia el futuro. Por naturaleza, desprecia y desestima el momento actual ubicado en el “aquí y ahora” del presente. 

Si bien todo ser humano vive en el presente, no es ahí donde realmente se ubica, ya que sus pensamientos abstractos se desplazan entre dos polos definidos por los recuerdos del pasado y los proyectos del futuro. El ego humano es un especialista en traficar con polaridades.

Tal trafico sucede debido a que el ego posee un carácter racional, y desarrolla una visión lineal y horizontal que se corresponde al tiempo cronológico. Su capacidad de percepción, solo considera real aquello que capta a través de los cinco sentidos, siendo dicha percepción la que establece el juicio de lo que es o no es real. 

De este modo la realidad queda reducida, de modo exclusiva, a lo tangible y verificable, sin tener en cuenta lo intangible (como la la música) y lo no verificable (como el inconsciente).  Si acotamos la existencia de la realidad dentro de tales parámetros se corre el riesgo de juzgar como genuino, autentico, y verdadero aquello que solo es aparente e ilusorio. 

Einstein y la Polaridad

En relación a lo expresado en el párrafo anterior referente al Yo, Albert Einstein (1879-1955), opinaba que podemos considerar la mente intuitiva (ilógica) como un regalo sagrado y la mente racional (lógica) como un sirviente fiel.

Paradójicamente, y en los últimos 6000 años de evolución cultural, el ser humano ha creado una sociedad basada en un Yo aparentemente racional y equivocado que llego a honrar al sirviente y olvido el regalo. 

El No-Yo y la Polaridad

El No-Yo representa todo lo que no es Yo, o sea todo lo que no corresponde al Yo o ego. Es precisamente ahí, en ese locus ajeno al Yo, donde operan el instinto y la intuición. Es una clara tendencia de los seres humanos a pensar en términos de polos diametralmente opuestos. Sin lugar a duda, pensar de tal manera conlleva varias características que resultan sumamente atractivas para la supervivencia individual y colectiva. 

Por un lado, logra que ciertas cuestiones de elevada complejidad parezcan más simples. Además, el enfrentamiento y la yuxtaposición de polos opuestos suele crear una tensión intelectual y emocional altamente placentera y estimulante.  

La verdad de todo este asunto es que, en realidad, no existe una única perspectiva humana conceptual y, por lo tanto, racional, que resulte suficiente para explicar todas estas cuestiones de claro corte polar. Sin embargo, si es posible e incluso necesario, intentar trascender los múltiples y variadas diferencias y conflictos que constante y profundamente invaden y plagan dichas polaridades.

 

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