El Maestro Invisible

Guillermo Laich
18/06/2025 20:32

 

 

 

 Y tu quien eres?: "no lo se ..."

 

El Camino Más Largo y Pausado es el Mejor

 

Alumno: “¿Cuánto tiempo tardare en llegar a ser un maestro si trabajo largo y duro?”

Maestro: “Te tardara el resto de tu vida …"

Alumno: “¿No puedo esperar tanto tiempo, cuanto tardara si trabajo con la mayor intensidad?”

Maestro: “Te tardara mas de veinte años ...”

Alumno: “¿Y si dejo todo lo demas, entonces en cuant tiempo lo puedo lograr?”

Maestro: “En tal caso, probablemente treinta a cuarenta años.”

Alumno: “usted se rie de mí, primero dijo el resto de la vida, luego mas d veinte años, ahora treinta o cuarenta años, cual es la mejor forma de llegar a ser un autentico maestro?

Maestro: “Bien, en ese caso, debera permanecer bajo mi tutelaje un minimo de sesenta años, alguien impaciente que desea resultados inmediatos es incapaz de aprender correctamente ... el camino más largo siempre es el mejor.”

 

Francamente hablando, resulta muy difícil sino imposible, determinar con precisión el punto o el limite donde una historia autentica y real se confunde con la imaginación en ese espacio tal especial, sutil, mágico, y sublime donde habitan las almas de los grandes maestros de las artes marciales japonesas.

Todas las interesantes y pintorescas narraciones que se suelen transmitir respecto a tales maestros poseen tres denominadores comunes que suelen caen presos en sus propias redes: 1.- el espíritu abstracto, lógico, y racional; 2.- el deseo de vencer al enemigo externo; 3.- la necesidad egocentrica de ser visto y reconocido como maestro.

Por regla general, en base a los tres denominadores comunes antes mencionados, y mas allá de los limites determinados por la realidad consensual, tiende a aparecer otra realidad. Estamos hablando de una realidad más genuina, de dificil acceso, y de mayor relevancia existencial. Una realidad que, en su eje central lleva implícito un componente intangible e espiritual casi absoluto. 

Nos referimos a un componente misterioso y tan dificil de captar como una colorida y elusiva mariposa. Tal componente  es conocido como el “ki” y para el, el autentico enemigo no es externo sino interno.

Siendo el interno el verdadero enemigo, podemos afirmar que tal enemigo solo existe y funciona en ralacion al propio Yo. De echo, cuando el Yo ha sido triturado y cesa de existir como tal, tampoco existe el enemigo ... tanto externo como interno. No existe, entonces, ni el Yo ni los dos enemigos mencionados, y la perdida de control y los conflictos cesan de existir.

En Zen, el estado libre de la influencia tiranica del propio Yo se denomina "satori." Por mas complejo y abstruso que parezca, el concepto esencial respecto al satori no es más que lograr ver claramente en el interior de uno mismo. Todo ello al mismo tiempo que literalmente se tritura el Yo para que no influya ni interfiera en cualquiera de las acciones y/o no acciones que emprendemos.

Dicho en otras palabras: "si no existe el Yo … no existe el problema.” 

En japonés, "ki" corresponde a un término que se refiere a la presencia de una energía o fuerza vital de carácter espiritual. Una fuerza universal que fluye a través de todos los seres vivos y no vivos. El termino "ki" también significa belleza, amor, sabiduría, humildad, y la ausencia de un Yo divisorio y polarizante.

Es por eso que el "ki" de un maestro de artes marciales suele ser suave, adaptable, y poderoso a la vez y, por lo tanto, estara colmado de sabiduría, belleza, amor, comprensión, y humildad. El autor de este humilde articulo ha sido honrado tanto con la obtencion los titulos de Maestro y Maestro de Maestros y, por lo tanto conoce el alcance de este concepto en su debida extension y profundidad.

Para lograr cultivar y desarrollar semejante "ki," el maestro de artes marciales siempre debe estar en busqueda de la verdad, de hecho ... de una verdad que no siempre es evidente. El maestro sabe muy bien que la mayor paradoja respecto a su valor intrinseco consiste en estar dispuesto a reírse de sus logros y status.

Es más, el maestro debe saber dar, de forma totalmente natural, la impresión de no saber absolutamente nada de nada, y de star dispuesto a aprender hasta de un cinturon blanco. Su mente y espíritu deben ser totalmente diáfanos y sencillos en semejanza a la disposicion existencial de un niño recién nacido.

El autor de este articulo, a lo largo de su vida, ha tenido el honor de conocer a grandes maestros de artes marciales. Autenticos maestros que, en apariencia y proceder externo, podrian ser fácilmente confundidos con cualquier persona corriente y comun … pero que en su interior no lo eran, de hecho eran personas muy poco comunes. 

Y eran poco comunes porque cuanto más uno se acerca y ahonda en el "ki" profundo e intangible de un auténtico maestro, más somos captivados y atrapados por una sensación inefable de estar ante una profundidad y grandeza espiritual de proporciones insondables e incomesurables.

A menudo decimos que un auténtico maestro, y sobre todo un maestro de maestros, debe ser capaz de desaparecer y convertirse en invisible. Pues bien, el maestro debe saber realizarlo para que su auténtico arte quede libre para aparecer de forma natural, espontanea, y sin censuras racionales. Su espiritu y arte solo aparecen cuando el desaparece ... cuando su Yo se torna invisible y virtualmente inexistente. 

Por lo tanto, por desaparecer o ser invisible nos referimos a la cualidad del maestro para permanecer desconocido e insondable ante los propios alumnos y ante si mismo. De ahí que cuando en el Zen preguntamos: "quien es usted?", la tipica respuesta sera: “no lo se” ... con una sonrisa abierta y sincera. Es en esos momentos, cuando el maestro es capaz de responder con un "no lo se" que el maestro se torna invisible para los demás, así como para el mismo, y accede a otra realidad.

La historia cultural del ser humano está colmada de maestros de artes marciales orientales cuyas vidas y cualidades interiores se encuentran representadas por un "ki" capaz de optimizar el aprendizaje y el honor de los alumnos dentro y fuera del dojo. Nos referimos a maestros con centros espirituales profundos y con capacidad para crear influencias y relaciones idóneas.

Nos referimos a maestros que tras largos años de aprendizaje y enseñanza han logrado la capacidad para mantener y transmitir los conceptos y los ritos tradiciónales que yacen en el corazon de las artes marciales ... y que tambien comprenden y saben como transmitir la filosofía conceptual que les proporciona estabilidad, equilibrio, e impulso.

La finalidad de la existencia y el proceder del autentico maestro de artes marciales consiste en detectar, definir, y desarrollar el centro espiritual que siempre existio en su interior y también en el interior de cada uno de sus alumnos.

Tal proceso no requiere absolutamente nada que no haya estado dentro del mismo hombre o mujer desde el momento de su concepcion. En realidad, solo requiere una apertura mental, emocional, y espiritual a la sabiduría y la expresión del "ki" … siempre partiendo desde lo más auténtico y profundo del propio interior ... asi como de la capacidad para tornarse invisible.

 

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