Un Ego Vacío Es Un Ego Rabioso

Guillermo Laich
09/01/2013 16:05

El arte de criticar a los demás a la vez que se reconstituye el ego.

El aspecto o la imagen externa de algo juega un papel muy importante en las decisiones que tomamos respecto a lo que estamos observando o haciendo. Lo importante no es lo que ese algo “es” en realidad, sino, más bien, “cómo” lo percibimos subjetivamente en el interior de nuestras mentes. En resumidas cuentas, podemos afirmar que "percepción es realidad," ya que cada uno de nosotros tiende a asociar todo lo nuevo al repertorio de nuestra memoria previamente formada.

De esta manera, y como todas las percepciones humanas, son distintas y parciales, todas las realidades también son distintas y parciales. De hecho, no hay dos personas que vean las cosas exactamente de la misma manera.

Los datos estadisticos correspondientes a una serie de estudios sociales han demostrado que en la mayoría de los casos elegimos a nuestras parejas por su aspecto físico. De hecho, si alguien es feo y poco atractivo para nosotros, simplemente lo pasamos por alto, siendo muy difícil que lleguemos a establecer una buena conversación y menos un romance ó una relación seria con dicha persona.

Si bien es un gravísimo error juzgar un libro por su tapa, también es importante tener en cuenta que todo el mundo intenta presentarse a los demás con su mejor aspecto posible, por ejemplo, cuando usted va a comprar una camisa, no piensa en comprarla para que no la vea nadie, piensa comprarla para lucirla y lucirse. Es ahí, donde radica la importancia de lo que denomino el Efecto Tiffany, asi como su inteligencia emocional en las relaciones e interacciones humanas.

Supongamos que un día cualquiera un amigo le ofrece un inesperado regalo. Este llega envuelto en un papel simple con el logo de una tienda de productos de bajo costo. Si bien en ese momento Vd. Puede sentir cierta gratitud por la atención de su amigo, es casi seguro que no tendrá ni la alegría ni mayores ganas de desenvolverlo para ver su contenido. Al percibir que el valor material del regalo es mínimo, inmediatamente deducira que el aprecio personal de su amigo hacia usted tambien es mínimo. En consecuencia su ego se sentira poco valorado, dolido, y dañado. Un ego vacío y dolido es un ego rabioso y resentido.

Ahora bien, coja el mismo regalo y sustituya el papel anterior por el prestigioso papel de la famosa tienda de joyas Tiffany. De repente, y como si de magia se tratase, el regalo adquire una categoria considerablemente mayor. De repente, el logo de Tiffany se enclava firmemente en la mente del receptor, y todo el acto de desenvolver el regalo consiste en satisfacer su curiosidad y admirar la posible grandeza y alto valor del regalo. Simultáneamente tal percepcion causa que su estima y agradecimiento hacia quién aparentemente le presentó tan valioso regalo se eleva sustancialmente.

Con toda certeza, el simple logo de Tiffany, pesará mucho más en su mente como valor añadido que el logo anterior, incluso si la caja contiene el mismo regalo u otro de menor valor. Así somos los seres humanos y así es nuestra naturaleza y tenemos gran habilidad para distorsionar los hechos cuando de nuestras percepciones se trata.

Supongamos que Vd. se encuentra en una fiesta con su esposa y un grupo de conocidos. De repente uno de ellos se les acerca y cuenta un chiste grosero, irrespetuoso, y muy malsonante a su mujer. Su mujer lo mira horrorizada por la barbaridad que acaba de escuchar, y le pide que le llame la atencion para que se disculpe.

¿Qué hace usted? Hace piña con el chistoso y se ríe con el insulto hacia su mujer? ¿O se enfrenta directamente a él, haciéndole saber que no está de acuerdo con ese tipo de broma y lenguaje? ¿O bien espera un tiempo prudente antes de actuar y emitir su opinión? Estudiemos las opciones disponibles.

OPCIÓN 1.- Elige pasar del tema. Puede pretender que encuentra el chiste relativamente gracioso y reirse, incluso delante de su mujer. Pero esa no es la esencia de una persona educada y culta ya que si el chiste es lo suficientemente ofensivo usted se va a culpar a si mismo por su fracaso, temor, e ineptitud personal en el momento de tener que actuar en representación del respeto que merece su mujer. Peor aún, el chistoso vera su actitud reforzada de tal manera que seguramente contara chistes parecidos, e incluso peores, en el cercano futuro, 

La lección es simple y directa, evadiendo la responsabilidad y confrontación con el chistoso usted está fracasando en la resolución de la misma situación que está identificando – y es más – está fomentando que se repita de manera cada vez más insultante. Y recuerde que estamos hablando de percepción subjetiva. O sea que si usted se ríe del chiste, estará aprobando esas mismas acciones que está condenando y avalando ese mismo comportamiento.

A pesar de ser una persona educada, a los ojos de su querida mujer, se ha comportado como un maleducado – cosa que seguramente no es así – pero estamos hablando de percepción, y esa será la percepción evaluativa que su mujer tendrán de usted a partir de ese momento. Tal percepcion sera que le da igual y que por algun motivo no la proteje ante los insultos y desaires de los demas.

En tal caso los valores negativos percibidos en ese mismo momento pesarán incluso más que los positivos que a acumulado durante todo el tiempo anterior en su relacion con ella. Además, a partir de ahí no habrá practicamente nada que usted pueda hacer al respecto para corregir el daño moral causado, y en consecuencia habrá perdido el control de la situación.

OPCIÓN 2.- Elige confrontar al chistoso. Ahora bien, usted no puede ir directamente y hablar cara a cara con la persona que contó el chiste en presencia de su esposa. Usted no puede ni debe cantarle las cuarenta en voz alta y agresivamente, diciéndole que es un irrespetuoso, y un maleducado – y que su chiste era de mal gusto y agresivo – y que no va a permitir que vuelva a ocurrir en su presencia o en la de su mujer. A ésto se le conoce como “desvestir" a la persona en público, y para quién lo padece no es nada agradable, de hecho es profundamente avasallante e insultante porque su ego se siente desvalorado y aplastado.

Hay muchos más componentes negativos adicionales en este tipo de actitud. Primero, usted no está considerando para nada los sentimientos de la otra persona, haya hecho lo que haya hecho. Ante todo, educado ó maleducado, es un ser humano. Llamarle la atención a alguien públicamente y colocándonos en plan moralista y bravucón es algo inaceptable y terriblemente corrosivo para el ego y la autoestima de la otra persona, quién como hemos dicho anteriormente, lo pasará muy mal. Incluso es posible que el respeto, afecto, y la colaboración de esa persona hacia Vd. se pierda para siempre.

A pesar de que a veces las emociones le dictan lo contrario, piénsenlo bien, y verán que tengo razón. Por lo general, quien es capaz de controlar su emoción y su reacción, también controla la situación. Jamas coloque su ego por delante del de otra persona que esta increpando, sea quien sea.

Incluso es posible que otros invitados se pongan del lado del chistoso que Vd. está increpando. Si es así, terminará por alienar a todos los que ahí se encuentran, quedando Vd. totalmente solo, abierto, y vulnerable al ridículo y la falta de respeto. Pero eso no es lo peor.

Lo peor de todo es que todo el esfuerzo de caracter etico y moral que usted ha realizado, posiblemente haya sido en vano y para nada. El ser humano por lo general no acepta ni asume ser increpado ni “desvestido” directamente en público, especialmente delante de sus amigos ó conocidos, sea donde sea y viniendo de quien sea. No existe excepción alguna a esta regla ya que el ego humano simplemente no lo tolera.

En tales circunstancias, todo ser humano tiende a rechazar y a eliminar de su mente a todo el contenido del mensaje que se le está indicando a medida que su incontenible ira y vergüenza aumentan exponencialmente y en crescendo. Simplemente va a hacer oidos sordos y no va a escuchar nada de nada de lo que usted le dice y punto. Es muy posible que incluso se de media vuelta y se marche, y lo deje hablando solo. Tambien es posible que en ese momento de desesperacion lo agreda fisicamente.

Esto sucede fundamentalmente porque el chistoso va a estar demasiado rabioso, avergonzado, dolido, descontrolado, y defensivo para poder escuchar sus palabras increpantes. Su sensible ego se cerrara dentro de un bunker psiquico fuertemente protegido y no habra manera de llegar a el o de moverlo de esa posicion.

Y justamente aquí, en la opción 3, es donde entra en acción el suavizante pero efectivo Efecto Tiffany.

OPCIÓN 3.- Considere su mensaje en respuesta al chiste malsonante como si de un regalo se tratase. Si ese regalo va envuelto en papel que lleva el logo de un comercio barato, es decir, si lo entrega de una manera ordinaria, cruda, y sin tacto, expresandole al chistoso que se ha comportado como un reverendo maleducado, lo más probable será que se ponga en plan defensivo y que deje de escucharle antes de terminar su primer párrafo. Incluso lo puede mandar a algun "estercolero" muy desagradable, por ponerlo suavemente.

No obstante, si usted entrega su mensaje simbólicamente y envuelto en papel Tiffany, se desarrolla y aplica siguiendo una secuencia de tres pasos bien definidos.

Primero, tiene que abrir el diálogo mostrando la envoltura con el logo de Tiffany para afirmar y fortalecer el ego del chistoso. O sea, que tiene que apartar y aislar al chistoso del grupo, y hablarle en privado y a solas respetuosamente y en un tono firme pero amistoso. Luego debe decirle algo agradable tal como: “Sé que usted se considera una excelente y educada persona; también sé que en estos momentos usted se encuentra enfadado y alterado porque piensa que todo ésto que le está sucediendo no es honesto ni justo para usted; no obstante pienso que usted es una persona honorable y razonable.”

Segundo, tiene que mostrar el verdadero regalo – o sea decir lo que le tiene que decir al chistoso con seguridad y firmeza, pero no dañar demasiado su ego. A continuación se le explica que su conducta al contar el chiste de mal gusto no fue todo lo respetuoso que podía haber sido con su mujer y que seguramente había dado una impresión distinta de la buena y correcta persona que en realidad es. Y que si en ese momento otra persona hubiese escuchado el chiste, esta hubiese pensado que usted es una persona insensible, irrespetuosa, y maleducada. En estas circunstancias su tono lo es todo.

Tercero, y como si del trozo de pan inferior de un sandwich se tratase, tiene que concluir el diálogo mostrando nuevamente la magnífica envoltura con el logo de Tiffany. Termine el proceso diciéndole algo positivo como en el primer paso para reconstituir y refortalecer su ego nuevamente. Esto aumentará nuevamente la autoestima del chistoso y logrará cuatro efectos fundamentales: eliminar la ira defensiva, que lo escuche atentamente, que haga lo que usted sugiere, y que se aguarde un respeto mutuo de ahi en adelante.

Utilizando la tecnica del Efecto Tiffany es muy probable que todas las situaciones de este tipo se resuelvan amistosamente. El sujeto comprendera exactamente lo que usted le está diciendo, lo aceptara respetuosamente, asumira toda la responsabilidad por sus acciones, y de ahi en adelante modificara su conducta en consecuencia.

Incluso, si al comienzo del proceso de llamada de atencion el sujeto está algo ofendido, usted ha presentado su crítica de la manera más positiva y respetuosa posible, y es muy probable que a medida que se desarrolla el dialogo la persona increpada acate todo lo que se le dice gustosamente. De esta manera es muy probable que a partir de ese momento piense dos veces antes de contar tales chistes a su esposa, o a cualquiera.

Es importante recordar que en todas estas situaciones el ego de la persona criticada, y su relacion con la actitud, y el tono del que realiza la critica, lo es todo. Con clase, estilo, y un buen tono, todos aceptamos ser corregidos y criticados; en ausencia de esos tres componentes nuestro ego se percibe la existencia de un fuerte ataque y en consecuencia se defiende y se cierra en banda. 

Ahora bien, ¿porque es tan importante implementar todas estas delicadas y respetuosas precauciones emocionales, e intentar envolver el ego ajeno en una fina y protectora envoltura tipo Tiffany, incluso cuando se efectua una critica constructiva? La naturaleza del ego humano nos da la clave.

Segun Freud, el "ego," tambien conocido como el "yo," corresponde a la experiencia de un individuo respecto a si mismo, o al concepto de si mismo, o bien a la unidad dinamica que representa al individuo. El ego tambien representa el egoismo o el amor hacia uno mismo en la jerga no psiquiatrica.

El ego tambien sirve para controlar la expresion de nuestros impulsos instintivos mediante mecanismos de defensa. Todo con la finalidad de poder lograr una mejor adaptacion al mundo externo. Metaforicamente podemos decir quer el ego es una especie de pegamento que une el concepto de nosotros mismos con nuestras creencias, valores, y comportamientos. 

Segun el escritor y artista chileno de origen judio-ucraniano nacionalizado francés Alejandro Jodorowsky, "el ego es un yo o individualidad artificial creado por la familia, la sociedad, y la cultura; una mascara, una cara mas sobre muchas otras caras; una especie de jaula mental que restringe y limita el contacto con la realidad." De ahí que metaforicamente el ego sea una especie de casa pequeña donde el ser esencial es un gigante que habita en ella.

Jodorowsky también opina que la felicidad es un estado en el cual no existe el ego. De hecho, la practica del Zen representa uno de tales estados, ya que se trata de trascender el ego para lograr un estado de consciencia y unidad indivisible y consensustancial con todo simultaneamente.

Pero esto corresponde a un estado meditativo muy especial asi como sumamente natural y saludable del ego. Un ego con fronteras muy amplias - quizas ilimitadas - que no tiene nada que ver con los conceptos de estar "lleno" o "vacio" que estamos tratando en este articulo.

Por tal motivo, y debido a su inherente fragilidad, el ego esta rodeado de multiples mecanismos de defensa que se clasifican de menor a mayor segun su severidad en: maduros, neuroticos, inmaduros, y psicoticos. Todos ellos, salvo la supresion, corresponden a mecanismos inconscientes cuya finalidad es defender la integridad de un ego vacio, sensible, y vulnerable.

Un ego vacio es un ego agresivo, rabioso, y muy defendido. Cuanto mayor es la salud del ego, menores son las defensas que este utiliza ante los demas asi como ante si mismo.

En realidad, todos los mecanismos de defensa del ego puerden ser considerados como mecanismos que utilizamos sin darnos cuenta para autoengañarnos con la finalidad de sentirnos mejor en un mundo externo que percibimos como intimidante, agresivo, e incierto.

Cuanto mayor sea la autopercepcion de vacuidad o agresion externa hacia el propio ego, mayor sera la intensidad y virulencia del mecanismo de defensa utilizado. Es por eso que cuando corregimos o increpamos a un individuo, lo que esa persona percibe de nosotros es que le estamos vaciando el contenido de su ego, y en consecuencia se defiende y nos contraataca desesperadamente.

Por lo general, el contenido del ego aumenta en proporcion directa a la cantidad de autoestima del sujeto. O sea que a mayor autoestima, mayor contenido, y viceversa. De ahi que una persona con alta autoestima sea capaz de recibir las criticas ajenas con mayor elegancia y aceptacion que una persona con baja autoestima. Esto se debe a que la persona con baja autoestima percibe que su ego se encuentra practicamente vacío, y por lo tanto no puede permitirse el lujo de perder una gota mas de la poca autoestima que tiene. El resultado es una respuesta rabiosa, defensiva, y agresiva.

Por todo lo anterior, y sí somos capaces de conocer la naturaleza mas íntima del ego de una persona determinada, seremos capaces de predecir, con relativa exactitud, lo que tal persona esta forzada a ver, a percibir, a pensar, y a hacer ante una situacion determinada. De ahi la extraordinaria necesidad social de saber aplicar con amor, tacto, y arte ... el Efecto Tiffani.

Recuerden: "un ego vacío, solitario y dolido es un ego rabioso, resentido, y agresivo ..." 

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