El Factor X

Guillermo Laich
27/07/2012 17:50

 "La genialidad consiste en la perfección de la técnica ... y algo más."

El movimiento humano consiste en una variación de lugar y posición del cuerpo - o de segmentos del mismo - dentro de su entorno. Siguiendo esta definición, el movimiento deportivo es un proceso motor complejo y orientado hacia el logro de un objetivo determinado. El proceso de movimiento, considerado a modo de una acción, consiste de una serie de fases secuenciales dentro de un mismo proceso de ejecución. La complejidad hace referencia a las condiciones fisiológicas y energéticas implicadas, así como a los procesos reguladores y directivos cerebrales. La orientación en un objetivo indica que la realización del movimiento siempre persigue una finalidad o bien la superación de una tarea motora.

Por aprendizaje y control motor se entiende el estudio científico y la comprensión del desarrollo y la ejecución de los procesos que conducen a la expresión del movimiento humano. Este estudio se considera una ciencia porque quienes se dedican a ella formulan preguntas, testean hipótesis, conducen experimentos, desarrollan teorías, y construyen modelos explicativos.

En esta sencilla definición podemos apreciar que se trata de dos áreas de estudio que están íntimamente relacionadas y que interactúan entre si de manera continua: el aprendizaje motor y el control motor. El aprendizaje motor estudia la manera en que se desarrollan los procesos implicados en el movimiento humano, así como los factores que facilitan o inhiben tal desarrollo. El control motor estudia la ejecución de aquellos procesos que conducen al movimiento humano, así como los factores que facilitan o inhiben tal ejecución.

Ambas disciplinas han nacido, y aun continúan estrechamente alineadas, con las disciplinas de fisiología, psicología, biomecánica, ingeniería, y educación. De hecho, ambas están tan íntimamente relacionadas entre si y nos resulta prácticamente imposibles separarlas una de la otra. Esto se debe a que los factores que influyen sobre el aprendizaje motor también influyen sobre el control motor, y viceversa. De esta manera los múltiples procesos responsables del movimiento se encuentran en un proceso de sutil y constante cambio. Tal estado de dinamismo interactivo condiciona que cada nueva experiencia posea tanto la capacidad como el potencial para modificar las características de nuestra respuesta motora.

La actividad y el control del rendimiento motor humano es universal ya que se encuentra integrado en todas las culturas humanas, sin excepción. Con el termino universal quiero decir que no esta ligado o asociado a ningún país en particular o a ninguna época especial de la historia. La actividad y el control motor es tan viejo como lo es la raza humana y representa una parte intrínseca del hombre, como el sistema neuroendocrino, o el sistema musculoesqueletico, o bien el sistema neuromuscular.

A pesar de la evidente antigüedad de la actividad motora humana, existe una paradoja entre las complejidades del movimiento humano y la facilidad o eficiencia con la cual nos movemos. A modo de ejemplo, cada vez que escribimos presionando ligeramente y con un alto grado de precisión las teclas del teclado de nuestro ordenador, estamos ejecutando acciones precisas y de una alta complejidad coordinativa motora. Esto también es perfectamente aplicable a los actos de atrapar un balón de fútbol como Iker Casillas, efectuar un servicio de tenis como Rafa Nadal, correr como Usain Bolt, nadar como Mark Spitz, bailar como Fred Astaire, realizar una rutina de gimnasia deportiva como Nadia Comaneci, cantar como Placido Domingo, construir los mejores violines como Daniel Estradivari, tocar el piano como Arthur Rubinstein, esculpir el mármol de Carrara como Miguel Ángel, o realizar el rápido y preciso toque único de balón de la Selección Española de fútbol, por nombrar solo algunos.

Si bien todas las habilidades anteriormente mencionadas son relativamente difíciles de aprender y ejecutar, podemos llegar a dominarlas si poseemos el debido talento y les dedicamos largos años de practica continuada. El elemento paradójico que se encuentra en el eje central de todas estas actividades motoras consiste en que si bien todas ellas son complejas, suelen ser ejecutadas de manera fluida, sin esfuerzo, y natural, y aparentemente en ausencia de un control consciente.

El termino “genio” o “genialidad” – sea intelectual, musical, artística, o motora – suele referirse a la “perfección de la técnica … y algo más.” No obstante, lo que representa ese “algo más,” es de muy difícil definición. En su momento, James "Doc" Counsilman, entrenador de natación extraordinario de la Universidad de Indiana en Bloomington, simplemente denominó ese "algo mas" con el singular termino de “factor X.” Doc Counsilman también fue la primer persona en utilizar el concepto de "genio motor" para definir a aquellos nadadores de elite cuya actividad motora se encontraba a nivel de genio. Desde que lo conocí a través del Dr. Dave Tanner en el año 1975, mis largos años de amistad con Doc sirvieron para comprender y a conceptualizar con claridad el verdadero significado de ser un genio motor, así como del factor X implicado.

Según la propias palabras de Doc Counsilman, el factor X consiste en: "poseer la capacidad, consciente y/o inconsciente para ver y/ sentir lo que hay que hacer, y simplemente proceder a hacerlo." Es evidente que el factor X es aplicable a todas las áreas del rendimiento humano.

Algunos autores se refieren a la genialidad motora como una capacidad avanzada para crear, coordinar, integrar, y expresar consciente e inconscientemente múltiples y complejos patrones de movimiento. Coordinaciones, integraciones, y expresiones que solo el genio es capaz de realizar con sencillez y calidad, y mediante un flujo de movimientos y sentimientos expresados de una manera artística tan tenue y sutil que la ciencia es incapaz de captar. A esto, precisamente, se refería Doc Counsilman.

No obstante, sea lo que sea ese misterioso “factor X,” estoy totalmente convencido de poder distinguirlo con nitidez y claridad en el instante en que lo vea, lo escuche, o lo sienta. Es como ver bailar a Rudolf Nureyev y a Margot Fontaine juntos por primera vez y sin saber absolutamente nada de ballet - la presencia de la genialidad motora y del factor X en ambos se evidencian claramente de manera natural e inefable.

De todos los movimientos que existen en el reino animal, ninguno se aproxima en dificultad a los movimientos de las manos y dedos de un virtuoso concertista de piano. Si un pianista solo es capaz de concentrarse en la ejecución técnica de su música, jamás lograra llegar a la categoría de élite. El pianista de élite se concentra más en la calidad de su expresión artística que en los detalles técnicos de su ejecución motora – los cuales realiza de manera inconsciente.

Al igual que un deportista de élite, la repetición y la perseverancia en la práctica tienden a esconder la técnica en las profundidades del inconsciente. El genio es aquel que sabe como liberarla y expresarla. Es esta capacidad de ir “mas allá” de una ejecución técnica, fría, y robotizada, mediante la fluida, amplia, y profunda intervención preliminar de la mente inconsciente, lo que distingue al genio. De ahí que el genio artístico sea aquel a quien, le es dado rozar o alcanzar la perfección en la expresión artística de sus sentimientos, uniendo íntimamente la técnica de la ejecución motora con la sensibilidad emotiva del corazón.

En el momento de valorar a un artista nos debemos preguntar: ¿Qué es lo que desea comunicar esta persona acerca de sus valores y emociones más profundas? … y … ¿consigue expresarlo llegando plenamente tanto a nuestra mente simbólica y racional como a nuestro corazón emotivo e irracional? En base a estas dos preguntas podemos discernir con claridad entre lo que es una genialidad artística, y lo que no lo es. Veamos algunos ejemplos interesantes.

El Dr. James Paget, un conocido cirujano del siglo XIX, cronometró a la pianista Mlle. Jonatha mientras ejecutaba el presto Perpetuum Mobile, Op 119 de Mendelssohn, una de las piezas de música mas rápidas de su repertorio musical. La Sra. Jonatha ejecuto un total de 5995 notas en cuatro minutos y tres segundos, correspondiente a una media de 24 notas por segundo. Paget determino que se producían mas de setenta y dos acciones motoras digitales distintas en cada segundo, cada una de ellas calculadas con precisión y expresadas con un alto nivel musical y artístico.

Un pasaje rápido tipo trémolo, que se caracteriza por una sucesión rápida de muchas notas iguales de la misma duración, y en el cual cada mano toca notas de modo alternativo, se puede ejecutar a la orden de 80 notas por segundo. Tal rapidez de ejecución es consistente con un alto nivel de calidad y precisión en la interpretación musical. Si bien son posibles mayores velocidades de ejecución, estas no serian capaces de mantener el nivel de la expresión artística y por lo tanto tampoco el nivel de la calidad musical.

La genialidad motora digital de un pianista quizá adquiera su máxima expresión y complejidad en los trabajos de Leopoldo Godowsky (1870-1938). Por ejemplo, en el Badinage de este compositor, la Etude Llave Negra de Chopin (Op. 10, Nº 5) es alternada con su Etude Mariposa (Op. 25, Nº 9) con la mano derecha e izquierda, respectivamente, conservando las melodías originales. Ambas manos trabajan furiosamente a lo largo de toda la obra. Este pasaje posee un total de 1680 movimientos digitales individuales y requiere 80 segundos para su ejecución, expresando una media de 21 notas por segundo. La dificultad técnica en su ejecución radica en que constantemente se utilizan dos notas contra tres (conocido como poli-ritmos), algunas veces dos en la izquierda y tres en la derecha, y a veces a la inversa. El Badinage de Godowsky es, con gran diferencia, mucho mas difícil de ejecutar que el presto de Mendelssohn.

Frederic Chopin es conocido por sus pasajes complicados. Los pianistas suelen hacer especial mención del presto de la Sonata en B menor. Este pasaje contiene 1760 notas. Los geniales pianistas Arthur Rubinstein y Sergei Rachmaninoff, en sus grabaciones realizadas para "Víctor Recordings," eran capaces de ejecutarlo de manera impecable en 1 minuto y 16 segundos, a una velocidad media de 23 notas por segundo.

En contraste, la Etude Op. 25, Nº 11 en A menor de Chopin (La Etude “Viento de Invierno”) asimétricamente posee 2043 notas para la mano derecha y 1081 notas para la mano izquierda. Esta obra requiere 3 minutos y 11 segundos, a una media de 11 notas por segundo para una mano, y 16 notas por segundo para las dos. Las limitaciones de velocidad de ejecución son debidas a las amplias excursiones de las mano por el teclado, y a unos bajos relativamente lentos. La complejidad en la ejecución motora que requiere esta obra es de un nivel altísimo.

Por otro lado, la Toccata en C mayor de Schumann, Op. 7 posee 6266 notas en total. Ejecutada por Simon Barere, sin las repeticiones, requiere 4 minutos y 20 segundos - correspondiente a una velocidad de ejecución motora de 24.1 notas por segundo.

Es obvio que en todas estas obras musicales los impedimentos cualitativos en la velocidad de ejecución motora son considerables. No obstante, existen algunos pasajes de piano relativamente complicados que pueden ser ejecutados a una velocidad que oscila entre las 29 y 33 notas por segundo – con la contrapartida antes mencionada de que tan elevada velocidad de ejecución no suele ser compatible con una alta calidad artística. Todos estos ejemplos indican que el limite superior en la capacidad motora de ejecución manual-digital humana oscila entre las 20 y las 30 notas por segundo.

El Dr. James Paget asigno tres movimientos musculares a cada nota, pero prácticamente todos los movimientos de un dedo determinado involucra las tres articulaciones. De esta manera una nota única requiere por lo menos tres acciones motoras para la flexión, tres acciones mas para la extensión, y por lo menos una mas para el movimiento lateral. Además, un dedo inmóvil no significa inactividad, sino que se mantiene tenso en posición inmóvil gracias a las acciones motoras opuestas de los músculos flexores y extensores. Además, para que cualquier dedo entre en acción, por lo menos dos de los demás deben ser desplazados para no estorbar, involucrando 14 acciones motoras adicionales.

Ahora bien, todas las acciones motoras anteriores suelen ser ejecutadas sin tomar en consideración los movimientos adicionales de las muñecas, los antebrazos, los hombros, el resto del tronco, o las piernas y los pies con respecto a la utilización de los pedales. Considerando todos estos factores, una velocidad de ejecución que oscile entre las 20 y 30 notas por segundo requiere entre 400 y 600 acciones motoras independientes – todas ellas integradas y ejecutadas por un genio motor con tal grado de automatismo inconsciente que le permita concentrar su atención en los efectos generales de expresión artística de su música en vez de los detalles mecánicos básicos.

En todo esto, mediante una delicada “danza” de la consciencia del artista, lo consciente va por detrás y dirige la obra, mientras que lo inconsciente va hasta medio segundo por delante, aproximadamente 450 milisegundos por delante pare ser exacto, y la planifica y ejecuta.

Según algunos autores, lo consciente y lo inconsciente no son totalmente capaces de funcionar de una manera simultánea y/o paralela. De hecho la consciencia no es, ni jamás ha sido, un elemento absolutamente necesario para el funcionamiento del sistema nervioso. La mayor parte de la evolución de nuestro sistema nervioso fue realizada en total ausencia de una consciencia de si mismo. Por ello, es obvio que cuanto mayor sea la habilidad o la exigencia motora del sujeto, menor será el componente consciente y mayor el inconsciente. De hecho, es muy posible que el exceso de consciencia constituya un verdadero estorbo.

El genio motor es aquel que posee la capacidad para integrar su actividad motora, intelectual, y emocional, a tal nivel y a tal velocidad, que está puede oscilar con increíble rapidez entre su mente consciente y su mente inconsciente a lo largo de toda la ejecución de su obra. Como la mente inconsciente siempre va por delante, y como el artista es capaz de unir su técnica motora con los sentimientos en su corazón, también es capaz de ver la respuesta antes que la pregunta.

A menudo, las acciones conscientes pueden parecer como los resultados de una “decisión.” Pero en realidad las zonas inconscientes del cerebro planifican y comienzan la ejecución de los movimientos antes de que las zonas conscientes se decida a realizarlos. La “decisión” es solamente el reconocimiento consciente de lo que la mente inconsciente de antemano ha planeando hacer.

Para ser mas precisos, la actividad inconsciente del cerebro suele comenzar aproximadamente dos segundos antes que el inicio de la acción motora, pero la “decisión” de actuar ocurre solo una fracción de segundo antes que la acción. Esto se debe a que el cerebro es capaz de registrar eventos sensoriales de forma inmediata, pero requiere de un proceso escalonado en fases que dura entre 100 y 500 milisegundos para hacerlos conscientes.

El genio motor, para generar respuestas efectivas y de alta velocidad en el medio altamente cambiante del alto rendimiento deportivo, debe planificar y ejecutar las acciones de momento a momento de manera predominantemente inconsciente.

En realidad, no se trata de decir “si” conscientemente a toda la gama de posibles movimientos; sino de decir “no” inconscientemente a todos, menos aquellos que conforman los patrones más simples, directos, y cruciales para la integración de la expresión motora. Esto, en esencia, es lo que representa el factor X en su aplicación al genio motor. Y es justamente ahí, en ese sitio silencioso, solitario, y misterioso, mas allá de la técnica, donde encontramos la genialidad y la capacidad para poder expresar ese “algo más” que convierte lo que estamos realizando de manera técnica en una autentica e irreproducible obra de arte. 

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